Cada día, al despertar, lo primero que hacemos es encender la luz, ya sea de la lámpara del buró o de la habitación, en un movimiento instintivo y mecanizado totalmente
Cada día, al despertar, lo primero que hacemos es encender la luz, ya sea de la lámpara del buró o de la habitación, en un movimiento instintivo y mecanizado totalmente, oprimimos un botón o deslizamos un apagador y la luz se hace, pero ignoramos por completo todo lo que hay detrás para que eso ocurra, para que el foco encienda y nos ilumine. Es todo un mundo de cosas que hay alrededor.
Existe una enorme infraestructura de instalaciones y humana para que eso ocurra, y para que podamos tener acceso a la energía eléctrica, y aunque parece algo muy sencillo, en realidad no lo es. Es todo lo contrario.
Este comentario o reflexión es a propósito de los recientes apagones que se han suscitado en diferentes regiones del país, y que han generado enormes pérdidas económicas a la industria, al comercio, a los gobiernos y a los ciudadanos, porque hoy toda actividad productiva gira en torno al suministro de la energía eléctrica.
Estos apagones, muy comunes en época de verano, han generado toda clase de críticas y señalamientos hacia la CFE, empresa descentralizada del gobierno federal, encargada de suministrar la energía eléctrica en todo el país, y que al día de hoy presenta serios problemas en cuanto a la forma en que genera, distribuye y transmite esta energía.
De hecho, y ese es el tema central de esta colaboración, la capacidad real de esta empresa de “clase mundial” para cubrir la demanda de energía eléctrica en nuestro país, pero no solo la de uso doméstico, sino toda la que se requiere en la industria, en el comercio, en todos lados.
Este ha sido un tema recurrente a partir de los “apagones” generalizados en distintas del territorio mexicano, pero también por el multicitado “nearshoring”, que traería desarrollo económico a México y que, al parecer, ha encontrado una importante barrera u obstáculo precisamente por la energía eléctrica.
En nuestra ciudad, que tiene una vocación eminentemente industrial, el “boom” inmobiliario de naves industriales ha encontrado un freno importante en la deficiencia en el suministro de energía eléctrica, pero, de acuerdo con expertos en el tema, no es un asunto de falta de energía sino de incapacidad en la distribución y transmisión de la misma.
Hoy, en el programa Pido la Palabra de Canal 44, a las 10 de la mañana, abordaremos este tema con especialistas y expertos en la materia, para intentar clarificar más en donde radica verdaderamente el problema y la manera o maneras de solucionarlo.
Estará con nosotros el Doctor Carlos Yates, presidente del Clúster de Energía de Chihuahua, una asociación civil que ha realizado importantes esfuerzos para solventar el problema de la energía eléctrica en el sector industrial, pero también para reeducar a una sociedad en el adecuado consumo de este importante recurso, porque no se trata solo de prender la luz y ya, o de instalar a capricho en nuestros hogares toda clase de aparatos eléctricos.
Por cierto, esta asociación civil (Clúster de energía de Chihuahua) organiza ya un foro estatal hacia las energías renovables, y tiene entre sus objetivos “Trascender por medio de la coexistencia inteligente, al buscar un mejor aprovechamiento de la energía, siendo líderes en materia de educación, tecnología, productos y servicios, que impacten positivamente al desarrollo de energías”
También participan en este programa el ingeniero Guillermo Ramón Lara, quien es presidente del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas de Chihuahua (CIMECH), y el ingeniero Ramón Delgadillo, CEO de la empresa IIEE, dedicada a la instalación de líneas de transmisión y subestaciones eléctricas, ambos con una gran experiencia en el tema de la generación, distribución y transmisión de la energía eléctrica, lo que da un gran valor a sus comentarios y aportaciones.
Todos ellos coinciden en un punto: no hace falta energía eléctrica, se genera la suficiente, incluso hay más de la que se requiere, el problema efectivamente radica en la falta de la infraestructura necesaria para llevarla a donde se requiere, y ahí está el atorón. Obviamente también en mejor logística para su distribución en horas pico.
Estamos hablando de subestaciones eléctricas, cableado y postes, y en general todo lo que hace falta para llevar la energía eléctrica a donde se requiere, y en eso, evidentemente, la CFE ha dejado de invertir durante los últimos años.
También nos hablaron de que el sistema eléctrico del país, está mallado, es decir, es una enorme malla o red intercomunicada, lo que tiene muchas ventajas o beneficios, pero también conlleva algunos problemas porque, si hay una falla en algún punto de este sistema, puede llevar a un efecto dominó por todo el país generalizando la falla.
Pero también estos expertos coinciden en que no toda la responsabilidad de las fallas recae sobre la CFE, y no es que la defiendan o protejan, reconocen bien sus deficiencias, solo que también los usuarios tenemos una enorme corresponsabilidad en el servicio que presta la paraestatal.
Por ejemplo, una gran parte de las fallas en el suministro de energía eléctrica tienen que ver con los hábitos de consumo de los usuarios, porque de pronto se nos ocurre que tener un minisplit en cada habitación es lo más adecuado, incluso para ahorrar energía y no enfriar toda la casa, pero ese consumo incrementa de manera importante la carga de la red, y si eso mismo hacen varios vecinos de una misma calle, y no lo informan a la CFE, esa sobrecarga de la red pudiera terminar en un colapso del transformador respectivo, con todas las consecuencias que eso implica, en cambio, si se notificara a la paraestatal esta situación, la empresa podría acondicionar a tiempo ese transformador o poner uno de mayor capacidad evitando así el colapso y sus consecuencias.
Es muy común que, en los hogares, sobre todo en días y horas específicos, la demanda de energía eléctrica se incremente notablemente porque se echan a andar, simultáneamente, todos los equipos eléctricos, lavadora, secadora, microondas, mastercool, televisores, plancha y otros similares, lo que por supuesto eleva considerablemente la carga en la red. Esos son los malos hábitos de consumo que alteran todo.
También debemos considerar los accidentes automovilísticos que dañan instalaciones de la CFE, tales como postes, cableado, subestaciones, etcétera, dejando sin energía a amplias zonas de la ciudad de forma inmediata y cuya reparación y restitución lleva un tiempo determinado, independientemente de quien cubra los gastos de estos daños.
Como podemos ver, el tema no es sencillo ni menor, hay muchos factores que inciden en que el servicio de la energía eléctrica sea de la calidad que requerimos, que necesitamos, y muchos de ellos tienen que ver con nosotros, los usuarios, y no única o necesariamente con la empresa que presta el servicio.
Es verdad, hay una enorme oportunidad para desarrollar la industria manufacturera de exportación en Juárez, pero sin resolver el tema de la energía eléctrica y el agua, esta oportunidad se puede diluir en perjuicio de los juarenses, por eso se requiere una concientización de la sociedad en ese sentido. Es urgente.
También, en ese sentido, vale la pena destacar el papel que desempeña el Clúster de Energía de Chihuahua, pero no solo eso, sino sumarnos en lo individual cada uno de nosotros en esa tarea, para poner nuestro granito de arena en un problema que nos atañe a todos.
Sí, debemos exigir al gobierno federal y a la CFE que mejore sus procesos, que optimice sus inversiones y que resuelva sus deficiencias, pero también, como usuarios del sistema debemos colaborar haciendo nuestra parte, mejorando y modificando nuestros malos hábitos de consumo de la energía eléctrica.