En el pequeño municipio de Meoqui se despidieron de las mafias sindicales que tenían el control del dinero público. El alcalde, Ismael Pérez Pavía, decidió cortar por completo los lujos y exceso de los líderes de los sindicatos, quien gozaban de grandes sueldos y prestaciones.
No fue fácil liquidar al sindicato y sus líderes, quienes gozaban de gasolina gratis, sueldos superiores a los 25 mil pesos, jornadas de trabajo de 4 a 6 horas, becas escolares y beneficios que ningún obrero de a pie podría tener.
Meoqui es uno de los pocos municipios que tomó la decisión de enfrentarse a los líderes sindicales que aprovechan su posición y se hacen ricos a costa del dinero público. Ningún Presidente había hecho frente a este grave problema por miedo y temor, el actual edil decidió luchar contra estas mafias y el resultado fue positivo.
El sindicato de Meoqui era un gran negocio familiar. Había 3 familias dueñas de todas las plazas, mismas que se repartían como en una monarquía, por linaje hereditario y con grandes sueldos y prestaciones. Estos liderazgos amenazaron con paros laborales, huelgas, campañas sucias y nada funcionó.
Los empleados de abajo, que se ganan el sustento honestamente, fueron respetados y siguen laborando, a otros se les liquidó conforme a derecho, ya que entregaron toda su vida al municipio, los líderes no tuvieron más opción que renunciar.
Esta decisión, que parecía nada popular, significará que la próxima administración tenga recursos de hasta 10 millones de pesos libres para poder hace más parques, dar más becas, uniformes y pavimentar calles.
Ismael Pérez Pavía, el Presidente de Meoqui, se arriesgó y le hizo frente al cáncer que tanto daño le ha hecho a México y hoy todo es distinto. La cosa es querer, pero muchos políticos no le entran a este tema.