TERCER ACTO.- HIDALGO ANTE DIOS.
De la Obra de Teatro “Don Miguel Hidalgo Padre de la Patria”.
En EL MES DE HIDALGO Y TORIBIO ORTEGA, JULIO 2022.
(Sentado en su camastro, Hidalgo se pone de pie,
Se acerca a la reja de su celda, asiéndose con sus
manos encadenadas. Eleva sus ojos y empieza a orar)
HIDALGO.-
Oh, Padre nuestro que estás en los cielos
Dios de amor y poder, humilde pido,
No por mí, que ya nada necesito.
Te pido Dios que mires a mi pueblo
Que rompas las cadenas que los atan
Que su infierno lo cambies por el cielo.
Tu plan de salvación ¿en qué consiste
si enviaste el evangelio a todos lados?
Por siglos estas almas fueron libres
¿Por qué ahora, convertidos, son esclavos?
Tú ya sabes Señor lo que me mueve:
Independencia y fin del coloniaje,
De discriminación ni la más leve.
Viste cómo luché por la justicia,
Educación que dé oportunidades,
Librar de fanatismos los cerebros
Que mueva mercancías entre los pueblos
Que nos traiga el progreso de las ciencias
Y un nuevo despertar de libertades.
Tú que de Faraón rompiste el yugo
Aquí tienes a un pueblo que es muy tuyo,
¿No alcanzas a escuchar este clamor?
Entre más requerimos tu presencia,
En tus obras parece que no existes.
Es tan duro aceptar la situación;
Pero me rindo a toda la evidencia:
Comprendo hora tras hora que estoy solo,
Y que los insurgentes están solos,
Que nada más se tienen uno al otro.
Que tal vez tu papel es darle fuerza
A quienes ya la usan en exceso.
Que ante el libre albedrío de los tiranos.
Se arrodilla el creador del universo,
Que en verdad de Satán es este mundo.
Y es más bueno ser malo y ser perverso.
Viene el malo y mancilla nuestra tierra
Cruel destroza esta patria que nos diste
Vuelve a España cargado de riqueza
Convertida la sangre en oro y plata.
Siento y quiero creer, oh dios, que existes.
Pero mi mente exige prueba clara
El hombre se inventó miles de dioses
Valen más que la fe, dos, tres razones
Y hoy que tengo la muerte tan cercana
A demostrar tu esencia te resistes.
Ansiamos tanto al dios que hacía milagros,
Que de esclavos formaba pueblos libres,
Buscaba a los enfermos pa´ sanarlos,
Le daba de comer a los hambrientos,
Nueva luz daba a las miradas tristes,
Arrebatando al diablo sus fortines.
Pero hoy Señor la Tierra es otra tierra:
Gritando de dolor miles de enfermos,
Otros nacen sin manos o sin piernas,
Bichos que hacen llorar pueblos enteros,
Bestias cristianas que esclavizan a hombres,
Niños a los que abusan tus pastores,
Sequías que matan; lluvias que ahogan
Catástrofes que arrasan y destruyen
Indignan atropellos militares.
Tantos males que azotan a tus hijos
Que el hombre bueno y la mujer exclaman
¿Dónde está Dios? Caemos como moscas
Por milicias de sádicos tiranos,
Hambres, pestes y males que nos plagan.
¿Dónde escondes espíritu inmutable
Tu cara cuando más necesitamos
De un dios omnipotente y admirable?
Hay miles de inocentes consumidos
Por males y dolores incurables,
O muriendo por manos criminales.
Y tú como si nada, desde enantes:
Cual si no vieras males que remediar,
Una sola injusticia que corregir.
Don Quijote, comprendo tu locura:
No fueron de los libros su lectura,
(Como dijo Cervantes, Don Miguel).
Viendo el mal adueñado de esta vida
Derritieron tus sesos de amargura.
¿Dónde estás, Dios? Parece que te escondes
¿Por qué nos das la espalda con tu olvido?
¿Por qué te desentiendes de tus hijos?
Tres siglos son, Señor, de este tormento.
¿Cuánto más tienen los pobres que esperar?
¿O es esta una pruebita del infierno?
¿Y al amo cruel das cielo, aquí y allá?
¿O es que quieres al indio empobrecido
Y así es como lo formas para el cielo?
Se alegran nuestros indios cuando mueren,
Libres al fin del látigo español.
Y el infierno, su verdadero infierno,
Es que habrá más miseria y desamparo
Aunque mujer e hijos sean cristianos.
Si a un testigo imparcial le preguntara
¿De cuál lado está Dios en esta lucha?
¿Quién sufre los embates de las balas,
Del látigo, del hambre y la miseria?
Como Homero en la Ilíada nos enseña
Toman lado los dioses en las guerras
Y nosotros estamos confundidos
Quien debe bendecirles, les maldice,
Quien debe protegerlos, los exhibe:
Piensan los indios que eres gachupino.
La iglesia me condena y tú te callas
Dejaste que un traidor nos atrapara
Si nuestra causa y lucha son injustas
Déjame ver la regla con que mides.
Que besemos el yugo diez centurias
Con ardides lo piden tus borricos.
¿Defendiste a una indígena atacada
Cuando era recibida por el amo,
Ejerciendo el derecho de pernada?
¿Con quién estás Señor? Háblame claro.
¿Paraste al violador que estaba a punto
De lastimar a un niño? Yo lo haría.
Prosperan las haciendas de los ricos
Regadas con la sangre de los indios
Cubiertas con la piel de esclavo negro
El clero se amanceba con gobierno
Te provocan y viven muy seguros.
¿Es cierto que no quieres que suframos?
¿O es cierto que no puedes impedirlo?
Soy teólogo y no salgo del embrollo
Si debo de aceptar que puedes todo.
Hay dioses que no ven y que no escuchan
Necesitan a un hombre que los sane,
¿Pero hay algún poder que ate tus manos?
¿O es que tu gran amor no da pa’ tanto,
Y estamos solos, solos, los humanos?
México está pidiéndote un milagro
El hambre y el dolor hacen estragos
Los gobiernos corruptos de este mundo
No sabes cuánto daño hacen al pueblo
Lo expolian, lo esclavizan, pisotean
Lo exprimen de la cuna hasta el sepulcro
Con avales y aplausos de tu clero.
Y tú que todo ves no has visto nada
¿Me hiciste como tú, a tu semejanza?
Si tienes corazón, ¿lo tienes hueco?
Me duelen mis mestizos y mis indios
La frustración enorme de mis criollos
Y el ay desgarrador de cada negro.
El tirano encadena y no hay quien rompa
Cae el esclavo expirando con su carga
Y escondes esas manos justicieras
Respóndeme Señor, si es que razonas:
Haz algo por mi pueblo si es que lo amas
Yo ya hice lo que pude, estoy sin fuerzas.
¿Por qué escondes tu rostro ante tus hijos
Y a las plegarias las contesta el eco?
Mi corazón se parte en mil pedazos
Al ver la patria enferma y en cadenas
¿No te conmueve a ti este sufrimiento?
¿Llega el clamor a tus oídos castos?
La muerte está muy cerca, Padre Dios
Y tengo la condena del infierno
Y la maldita duda acá por dentro:
Tu gente de la Santa Inquisición
¿Estarán a tu diestra allá en el cielo?
Si pudiera subir donde tú estás
Y pudiera mirarte frente a frente
No haría más que abogar por esta patria
Y, por tanto que sufre, preguntar
¿Has vuelto a hacer apuestas con Satán?
Al tirano le aumentas el poder
Y al esclavo la carga que revienta
¿Dónde están la justicia y el amor
Si en el mundo es el Diablo quien gobierna?
Si bajaste a salvar los hijos de Eva
Iluminando al mundo con tu luz
En esta oscuridad vamos a tientas.
Si antes interviniste en tu creación
Ven otra vez Señor a estas tinieblas.
Nos doblan el dolor y la miseria
Y eterna se hace el alba de la aurora
Si tú eres Dios, ¿por qué todavía es noche?
Nos dijiste que pronto, y nada cambia
Pues sigue todo igual, nada mejora.
Hay más ciegos, más mudos y lisiados
Más seres con dolor inextinguible
Más abusos, Señor, más injusticias
Mucha hambre, mucha guerra, más mentira,
Ven otra vez, te invito, a estas tinieblas.
Si enviaste tu hijo al mundo
Para traer luz, paz y salvación,
¿Por qué el mundo está a oscuras,
Repleto de miseria y de dolor?
Miro a mi alrededor y pareciera
Que el Diablo tuvo un hijo
Y lo envió al mundo
A esclavizar, herir, discriminar,
Y ha tenido el más grande de los triunfos.
Los pueblos caen en manos de tiranos
Como ríos corre sangre de inocentes
Violan mujeres y secuestran hijas
La ley está en las manos de Pilatos
Duele más esto que un infierno ardiente.
Los niños mueren de hambre, no hay justicia
Que este dolor intenso hace que grite
¿Dónde estás Dios? Tu ausencia nos desquicia.
De los mundos hiciste el peor posible
Hambre, dolor, abusos, pestilencia,
Gobiernos criminales e insensibles
¿Y todavía nos pides más paciencia?
Sufren los buenos y los malos gozan
Con bienes y riquezas que rebosan
Y aquel dolor horrible y repulsivo
Es del tamaño magnífico de Dios.
Cabezas aplastadas contra el polvo
Viva piel arrancada de la cara
¿No lo miran los ángeles del cielo
O tienen mandamiento de hacer nada?
Maremotos que matan a millares
Sequías que empobrecen a millones
Vendavales, aludes, tempestades,
Insectos, cascabeles, escorpiones
Todos destruyen sin que tú te apiades.
Yo sé que me conduces a la muerte
Siento mi lucha como causa inútil…
Jajajajá… Já… Jajajajajajá…
querer salvar la patria de tiranos…
Es más fácil que muera yo y regrese:
Bajaré hasta el infierno y volveré
A salvar a mi patria, por mi pueblo
No pude con bandera de la fe
Tendré que hacerlo aliado a Lucifer.
Al pobre libraría de su pobreza
Quitaría las cadenas al esclavo
Regresaría a los indios esta tierra
Quitaría del gobierno al hombre impío
Pa regresar al pueblo su riqueza.
Yo sé que soy apóstata y hereje
Y dirás Padre Dios que soy rebelde
Pero me duele el hambre de mi pueblo
No puedo ante el dolor estar inerme.
Se acerca mi final y no te pido
Por mí, porque ya nada necesito
Retumba en este muro mi voz muda
Y a menos que tú estés aquí y escuches
Esto es un ejercicio de locura.
Soñé en una nación que fuera justa
¿Es locura soñar en la justicia
Para esta gran nación que no la tiene?
¿O querer que se eduquen y prosperen
Los pueblos, las familias y los hijos?
Dirás que eduqué más para la vida
Y querías que educara pa´la muerte
En vez de prepararlos pa´la muerte
Usé el teatro, las artes, los oficios,
Lo sabes tú muy bien, porque quería,
Que les doliera menos esta vida.
Siento que abro mi boca vanamente
Que a mi pueblo y a mí nos has dejado.
Pregunto, lo que siempre he preguntado:
¿Por qué no ser felices en la vida?
¿Por qué habrá que esperar hasta la muerte?
(Hidalgo cae de rodillas, derrotado).
Descargar obra completa en FB “DON MIGUEL HIDALGO OBRA DE
TEATRO”.
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