Soñar significa ver lo que no existe como si existiera. Poner una meta, desearlo, pelear por ella, e imaginar su realización. En la vida, siempre han existido personas que han tenido sueños y se han dejado guiar por ellos, y no por las circunstancias que les rodean.
Cristóbal Colón tenía un sueño ardiente en su corazón de llegar a nuevas tierras. Pero lo único que tenía delante era viento, sol y mar. En el barco los marineros cansados y fatigados querían revelarse. Parecía algo imposible, humanamente hablando, sin embargo, les dijo a los que estaban desesperados: “No soy alguien que cree o depende de una brújula o de la fuerza de los tripulantes, a mí me mueve un sueño y una esperanza, y el sueño me está guiando”. Y el sueño lo guío hasta llegar al nuevo continente.
Cuando Henry Ford dijo que haría un auto le dijeron que estaba loco. Cuando los hermanos Wright dijeron que harían un avión les dijeron que estaban locos, hasta la familia les dijo que eso era imposible. Pero, ¿Qué pasó con esos sueños? Millones de autos están ahora en las calles. Y miles de aviones cruzan los cielos cada día. ¿Qué significa esto? ¿Tuvieron ellos éxito porque eran grandes eruditos? ¡No¡ fue porque tuvieron un sueño. Un hombre llamado Bil Haibes dijo: “El sueño es el dibujo del futuro que apasiona mi alma”
Lo que hace grande a una persona común, no son las circunstancias externas, sino sus sueños. Alguien dijo en cierta ocasión: “Estoy embarazado de mis sueños” Porque la embarazada sabe que algún día su bebé va a nacer. Y el que sueña sabe que en algún momento su sueño será́ realidad.
Cuenta una historia que una noche un niño estaba mirando la luna y su padre le dijo: ¿Qué miras? La luna, sueño con caminar un día sobre su superficie. Su padre le dijo: Es un buen sueño. Algún día lo lograras. 30 Años después el sueño fue realidad. Se trata de Yeims Owon el astronauta norteamericano que fue a la luna. Su declaración al volver emocionó al mundo, él dijo: “Al llegar a la luna pude sentir el poder creador de Dios y su gloria”.
Y por cierto, en la biblia, encontramos la historia de un hombre llamado José el soñador. El soñó dos veces.( Génesis 37:6-11) El primer sueño era que fue a recoger espigas con sus hermanos, y que sus manojos se levantaban y estaban firmes, pero el de sus hermanos se inclinaban al de él. Les dijo a sus hermanos quienes al oír les cambiaron el semblante. Ellos dijeron: ¿Quieres decirnos que serás nuestro rey? Y se enojaron. Pero José́ volvió a soñar. Que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban a él. Y se los volvió a contar. Sus hermanos se enojaron aún más. ¡Es la segunda vez que nos está amenazando con sus sueños! ¿Quiere decirnos que reinará sobre nosotros? El padre al ver la cara de sus hijos regañó a José. Le dijo: ¿Cómo te atreves a decir ́esas cosas? Quieres decir que el sol y la luna somos tus padres y las estrellas tus hermanos y que nos inclinaremos ante ti.
Después, sus hermanos intentaron matarlo, no hicieron, pero lo metieron a una cisterna. Fue vendido en dos ocasiones como esclavo. Una vez acusado falsamente. Luego llevado a la cárcel. Y de la cárcel fue llevado al trono, llegando a ser gobernador de Egipto. Y sus sueños se cumplieron.
Por lo dicho, podemos decir que los soñadores han cambiado el mundo. Y a la sazón de los tiempos que estamos viviendo, nuestra familia, y sociedad en general necesitan de hombres y mujeres que no se dobleguen por las circunstancias, sino, más bien, que tengan la capacidad de soñar con un mundo mejor. Mirando la cruz podemos soñar, no importa la condición en que estemos, porque en esa cruz, Jesús nos regaló todo lo que soñemos.
Por Jesús podemos soñar ser perdonados, ser justos. El que mira a Jesús puede soñar en ser una persona diferente. Soñar que por sus heridas podemos ser sanados (Isa.53:5) Por más que seamos pobres, marginados por la sociedad o no tengamos recursos, o hayamos fracasado o estemos pasando hambre, o estemos sufriendo en la pobreza, podemos soñar en tiempos mejores. Gracias a Jesús podemos tener sueños y esperanza en un mañana en que las cosas pueden ser mejor.
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo