Debemos de saber que siempre habrá algo querrá robar la esperanza. Por ejemplo, alguien puede decir que ya todo está perdido para desanimarle. Otro dirá que no se puede, que es demasiado difícil. Otros podrán harán cualquier cosa para robar la esperanza. Muy posiblemente aparezca la sombra del temor al fracaso para robar la esperanza. Enfermedades, pandemia, desempleo, y todo tipo de problemas intentaran robar la esperanza. Ataques físicos, verbales y psicológicos intentaran robar la esperanza.
Pero es precisamente en estos momentos que nos ha tocado vivir, que debo recordar que CRISTO nos trae esperanza y la mantiene viva. Él ha tomado los riesgos más grandes para traer esperanza y levantar cada vida que el desánimo ha golpeado y tirado al suelo. La esperanza puede ser derramada en nuestros corazones por medio del Espíritu de Dios para mantenernos de píe en la batalla, Romanos 5:5 dice: “Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” Cuando Cristo vive en nuestros corazones, y nosotros vivimos y caminamos con Él y en Él, todas las promesas y provisiones del cielo se convierten en nuestra herencia. Quizá ahora el panorama no es el mejor en la vida, las olas del mar embravecido de problemas amenazan la barca de la vida con hundirla, pero ¡ANIMO ¡no pierda la esperanza, el salmo 34:19 “Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová”.
Mantener la esperanza, sin duda es bueno, nos da la confianza que al final del polvo estará Dios para levantarnos y la esperanza seguirá viva. El apóstol Pablo dijo: “…Olvido lo que queda atrás y prosigo a la meta, a la esperanza que fui llamado” (Filipenses 3:13).
Estimado lector, no permita que las situaciones o circunstancias de la vida presente le roben la esperanza. ¡ANIMO SÍ HAY ESPERANZA EN CRSITO ¡Levante su mirada un poco más arriba de la tierra donde están sus problemas, y póngalos en Dios de quien viene su auxilio y diga “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará mi pie al resbaladero, ni se dormirá el que me guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es mi guardador; Jehová es mi sombra a mi mano derecha. El sol no me fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová me guardará de todo mal; El guardará mi alma. Jehová guardará mi salida y mi entrada Desde ahora y para siempre, amen”. (Salmo 121)
Muchos, no pocos, están pasado por circunstancias muy difíciles en la vida, pero eso no ha detenido a Dios para levantarlos y darles una nueva oportunidad cuando ellos han mantenido la esperanza.
Deseo terminar la reflexión de hoy diciéndole ¡ANIMO, TENGA ESPERANZA ¡Dios nos ha enviado una bendita esperanza para tiempos difíciles, Cristo Jesús Señor nuestro! “Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré”. (Salmo 91:2)
Estimado lector crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo. Estamos a sus órdenes.