*En el paquete de iniciativas en materia electoral que presentó ante el Congreso del Estado, destaca la de eliminar los anuncios espectaculares en campañas políticas
En octubre del año pasado, el diputado Omar Bazán Flores propuso reducir de cinco a tres el número de magistrados del Tribunal Electoral del Estado, con el objetivo de cumplir las reglas austeridad y racionalidad prevista por la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios.
La iniciativa presentada ante el Congreso del Estado, establece que los magistrados miembros del pleno del Tribunal Electoral del Estado continuarán en sus cargos para cumplir el periodo para el cual fueron designados y, de ninguna forma se afectarán los derechos derivados de su designación por el Senado de la República, por lo que durarán en su encargo durante el periodo que señala su nombramiento.
Una vez acabado el periodo de los dos magistrados que fueron nombrados por un plazo de 5 años, mismo que concluyen en diciembre de 2020, no se harán nuevos nombramientos para cubrir dichas vacantes, situación que deberá hacerse del conocimiento del Senado de la República.
Por otra parte, en febrero de este año, el diputado priista presentó una iniciativa de reforma al artículo 126 de la Ley Electoral, para eliminar el uso de espectaculares por parte de candidatos y partidos en campañas políticas, porque generan contaminación visual, así como afectaciones sicológicas, de imagen urbana y de tránsito.
Expuso que la contaminación visual afecta particularmente al sistema nervioso, produce estrés, dolor de cabeza, trastornos de atención y agresividad e incluso mal humor.
Dijo además que generan desorden urbano, accidentes y dificultad de tránsito.
“Los anuncios espectaculares son considerados los agentes contaminantes más agresivos, debido a que sobre estimulan al ser humano con la exposición indiscriminada de información, creándole un ambiente caótico y excitante que produce ansiedad momentánea”, reiteró en la exposición de motivos de la iniciativa.
También afectan el espacio físico, ocultando las fachadas de los edificios con la superposición de carteles que terminan desvalorizando la arquitectura; desvirtúan e invaden el espacio público con postes para carteles que entorpecen el tránsito peatonal y destruyen la vegetación que impide la visibilidad de sus anuncios, abundó.