Las bolsas de plástico y hasta los popotes volverán al mercado, pues frente al Covid-19 están entre los insumos que pueden proteger mejor de los contagios, por ejemplo, si alguien quiere tomar alguna bebida en un restaurante, explicó Carlos Álvarez Flores, Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
En los 60 entre las primeras causa de muerte en México y Latinoamérica estaba la enfermedad gastrointestinal, por las bacterias, usábamos puro vidrio, cuando íbamos a un restaurante a tomarnos el jugo nos daban en vidrio, lo lavaban con agua sucia y nos moríamos. Los plásticos nos ayudaron, esos que tanto critican, hoy los tenemos que usar porque es la manera más fácil de evitar el virus, como vamos a seguir conviviendo con el Covid-19 debemos ser higiénicos usando desechables, lo que hay que hacer es acopiarlos. Los popotes del restaurante separados ahí, tiene la obligación de ayudarnos a todos, debemos hacer un sistema de recolección”, dijo.
Aunque desde el año pasado se exacerbó la batalla contra los plásticos, el especialista refirió que estos productos tenderán a ser más utilizados, principalmente las bolsas, pues el propio gobierno de la Ciudad de México reconoció que se necesitan para separar los residuos que pudieran estar infectados con coronavirus.
Las bolsas de plástico son la mejor forma para guardar desde los cubrebocas que ya no usamos, hasta los guantes de látex y cualquier otro residuo que pudiera estar contaminado con el virus”, sostuvo Álvarez Flores.
De acuerdo con datos de la asociación que encabeza, la Semarnat dio a conocer que, hasta ahora, se han generado alrededor de 300 toneladas de residuos infecciosos como cubre bocas, guantes y batas (2.2 kilos diarios por enfermo) que se deben separar correctamente en bolsas de plástico para evitar contagios.
Hacían bolsas para basura, ahora fabrican para cadáveres.
En entrevista telefónica, Álvarez Flores acotó que la prohibición del uso de plásticos responde a un temor legítimo a nivel mundial, el de los graves daños al medio ambiente, principalmente a los mares y a las especies que ahí habitan.
Sin embargo, el principal problema no son ni las bolsas ni los popotes, sino la forma que en que los consumidores los desechan; además es improbable que uno de dichos insumos utilizado en la ciudad acabe en los océanos, pues los desechos de lugares como la Ciudad de México terminan en los rellenos sanitarios.
Tenemos que convivir con el Covid, quizás para siempre, la forma más económica en precio, es con las bolsas que prohibieron, que satanizaron indebidamente y que es la que nos está salvando hoy”.