Escribo, por fuerza, al filo de la incertidumbre o, lo que es lo mismo, parado de pestañas. Cuando usted, gentil lector, amable lectora, pase sus ojitos por estas líneas el día de mañana (el día de hoy para mí), ya sabrá que pasó en estas benditas elecciones que duran ya demasiado.
Quienes me conocen saben que de optimismo nada; que lo mío, lo mío, lo mío, son la preocupación y el drama. Lo bueno es que, esas personas también podrán dar fe de ello, no me limito a preocuparme pues también y desde siempre me ocupo.
Dice mi amigo Héctor (a) “La Tortuga” (ese del Superbowl), que una de mis frases que más se le ha pegado es la de “meter el cuerpo”. En efecto, si no hay de otra, no dudo un segundo y ahí voy, como bailarina de centro nocturno en un privado (me han contado).
Si me pregunta, le he de decir que en este momento no sé si ganamos o no; son las doce del día; pero ayer, a esta hora, después de sufragar, yo juraría que ganamos. Ríos de personas, fila tras fila de gente esperando el momento de emitir su voto. Si todos los ciudadanos salimos a votar no hay duda: ganamos. Entre la gente de bien, no hay espacio para mentecatos de pseudoizquierda que desean el bien en los bueyes de su compadre.
Como leí ayer en algún sitio: “estoy demasiado viejo para andar con esa estafa del comunismo y ya me acostumbré a los lujos del capitalismo: papel higiénico, comer tres veces al día, ropa y zapatos sin remiendos, agua limpia, luz eléctrica y que mi perro sea mi mascota y no mi cena”. Así yo.
Por lo pronto, estoy cierto que Maru Campos será, por mucho, la mejor Gobernadora que el Estado ha tenido jamás. Su gobierno, su visión, su capacidad de trabajo, su sensibilidad, su valentía, su equipo plural, serán un respiro, una bocanada de aire fresco para Chihuahua, tan vapuleado por las últimas dos administraciones. El encono de la Federación, la mezquina locura de AMLO y el desastre que deja Javier Corral no serán fáciles de enfrentar; pero como nadie, María Eugenia contará con una legitimidad a prueba de bombas. Mucha gente se sumará a su labor de construir y de hacer de Chihuahua un bastión contra los criminales sinsentidos de MORENA.
Finanzas sanas, empleo, educación, salud, justicia y transparencia, son algunos de los rubros más apremiantes que deberán vertebrar, y significar, su actuación al frente del Ejecutivo. Desde nuestra trinchera, con denuedo y responsabilidad constante, abonaremos porque su labor se caracterice por el estado de derecho, lejos de esa gestión de ocurrencias y desdenes, de mala entraña y venganza biliosa, tan propios de Javier Corral. Por eso, y para evitar la confusión que podían propiciar las dieciocho combinaciones de voto, ayer (hoy), voté todo PAN.
Puede ocurrir, sin embargo, que esté equivocado; que los miles de personas que vi de pasadita, formados afuera de los centros de votación por lo que anduve de chile bola, fueran ciudadanos madrugadores nada más; y que después de las doce ya no se parara en las casillas ni un alma. En ese caso, Jiuston, tenemos problemas.
Desde aquí, en el improbable caso de que AMLO continúe con su cómoda mayoría de imbéciles en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y en Chihuahua haya ganado Loera (¡ay, Dios mío!), como no es cosa de mentarle la madre en persona a quienes hicieron posible ese estropicio, solo les digo que aquí vamos a seguir, que Roma no se hizo en un día y que esta, la democracia, la lucha política, el enfrentamiento de entendederas, es brega de eternidad (don Manuel dixit).
Pase lo que pase, Luis, María, Adolfo, Irlanda, Sofía, no nos vamos a rajar.
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Luis Villegas Montes.