Desde hace un par de semanas viene permeando en el ánimo de los agricultores de la región centro – sur, una preocupación dado que la Comisión Nacional del Agua oficializó que la concesión de uso de agua para riego en el próximo ciclo agrícola será mucho menor a la de este año.
Por consecuencia, se podrá regar menos y se pondrá en riesgo una proporción de cultivos en la región.
Los agricultores de toda la Cuenca del Conchos sostienen que la falta de agua para riego es motivo de alarma, pues el pronóstico de buenas lluvias es incierto.
Se prevé también un desplome en las ganancias para quienes sobreviven de la agricultura, que de por sí enfrentan duras condiciones por la falta de subsidios y encarecimiento de productos relacionados con la siembra.
Las nuevas políticas federales para reducir la dotación de agua de las presas, nos recuerda que el conflicto por el agua no ha terminado del todo y nos obliga desde el Congreso trabajar al respecto.
Sobre todo si anteponemos que sin la producción alimentaria que nace de los campos de cultivo de la región, el Estado se colocaría en una situación crítica.
En días anteriores, presenté una iniciativa con carácter de punto de acuerdo para que la Federación intervenga en la decisión de la dependencia.
En el anuncio del pasado 11 de diciembre, emitido por la delegación local, se notificó que no se podrán extraer más de 500 millones de metros cúbicos de las presas La Boquilla y Las Vírgenes.
En términos prácticos; para el próximo periodo agrícola se tendrá una disponibilidad de 495 millones de metros cúbicos de las diversas presas de la entidad, lo que representa una baja de 75 millones de metros cúbicos, respecto al ciclo actual.
Cabe mencionar que este año se permitió la extracción de 570 millones, un año donde los agricultores de por si reportaron problemas de disponibilidad.
La iniciativa plantea que en lo inmediato se pongan manos a la obra ante las posibles afectaciones en torno a otro ordenamiento: el trasvase de 30 millones de metros cúbicos hacia le presa El Granero, ubicada en el municipio de Aldama.
Fue el pasado 11 de diciembre del año en curso, cuando tras una reunión con el Comité Hidráulico, los representantes agrícolas recibieron de viva voz del director local de la dependencia, sobre la disminución en la dotación de agua.
Los usuarios no están de acuerdo con la medida ya que se trata de una distancia larga y tareas de trasvase y se perdería la mayor parte del volumen en el camino.
Explicaron que lo autorizado para extraer de la presa La Boquilla es de 415 millones de metros cúbicos y 35 millones para la presa Las Vírgenes. Esto representa que sólo se podrán irrigar el 38% de las superficies de los distritos 005 y 113.
Ante este panorama, resulta urgente se aborde una política del agua más apegada a la realidad y se liberen de inmediato los recursos federales prometidos, para tecnificación de sistemas de riego.