Aún sin la presencia de Donald Trump en la presidencia de EU, los gobernantes mexicanos, especialmente la presidenta Claudia Sheinbaum, y de manera secundaria los locales, están obligados a cambiar las condiciones de sus relaciones, no las personales, que esas pueden, o no, ser las mejores, sino las institucionales, a lo que están obligados, en función de las tareas a las que se comprometieron al buscar el apoyo popular.
Pero el factor Trump, en muchos aspectos, los obligará a actuar de manera coordinada, en especial a los gobernantes fronterizos, con el gobierno federal, en esta primera etapa, en la que se puede esperar un aumento inusitado en el número de personas deportadas, además del incremento en el número de migrantes rechazados.
Además, de manera natural, será oportunidad para que la presidenta Sheinbaum ahonde, como lo ha venido haciendo en diversos aspectos de su gobierno, en la práctica, en el deslinde de las acciones efectuadas por López Obrador.
Una de ellas es la plena diferenciación en el modo de relacionarse con los gobernantes locales de oposición, algo que asimilan poco, mal y tarde los militantes de Morena, en este caso los chihuahuenses, a pesar de las continuas declaraciones de ambas gobernantes de actuar coordinadamente en los múltiples problemas a los que se enfrentan en territorio chihuahuense.
La gobernadora Maru Campos, junto con otros 31 mandatarios estatales, en un giro de timón frente a lo que hicieron con el tabasqueño, emitieron un pronunciamiento tras el anuncio de las medidas que efectuará el gobierno del presidente Trump.
Los gobernadores le expresaron su respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum y al programa federal «México te abraza», iniciativa diseñada para atender la crisis humanitaria derivada de las deportaciones masivas anunciadas. (Nota de Ricardo Holguín/El Heraldo de Chihuahua, 21/1/25).
Pero algo queda del pasado pues, días después, la presidenta Sheinbaum, al comentar esas acciones, comentó que con Maru, «hasta ahora tenemos buena coordinación en el manejo de la política migratoria en la frontera norte». (Nota de Redacción. Tiempo, 22/1/25).
La presidenta explicó que habrá dos tipos de centros de atención para migrantes; si son nacionales, se les brindará apoyo para trasladarse de un estado a otro dentro de México o, en el caso de extranjeros, regresar a su país de origen o incluso a un tercer país que los acepte.
En ese marco, Sheinbaum aseveró que «la relación con las autoridades estatales, particularmente con la gobernadora de Chihuahua, ha sido fluida y basada en acuerdos claros. “Hemos tenido mucha comunicación con la gobernadora Maru Campos y con otros gobernadores de la frontera y del resto del país. Hasta ahora, hemos trabajado en buena coordinación”, aseguró». (Ibídem).
En otro de los asuntos de mayor importancia para Chihuahua y que es uno más en los que la presidenta efectúa cosas distintas a las de su antecesor, es el de la decisión del presidente López Obrador de cancelar el programa de estancias infantiles, instrumentado desde la época de Felipe Calderón, para transformarlo en otro en el que, en lugar de financiar el funcionamiento de las estancias, a través de empresas particulares a las que se les otorgaban las concesiones para hacerlo, se les entregó dinero en efectivo a las madres de familia.
Por supuesto que, al igual que en el resto de los programas del bienestar, -en unos más que otros- las deficiencias en las reglas de operación -entre ellas, señaladamente, la carencia de verificación y comprobación- fueron la norma.
Y en el caso concreto, como fue en casi todos los casos en que el expresidente López Obrador ordenaba la desaparición de tal o cual programa, luego de señalarles que eran ollas de corrupción “del período neoliberal”, en los que, prácticamente en ningún caso, ni demostraba la corrupción, ni se iniciaron procesos jurídicos, ni investigación alguna que demostraran las supuestas corruptelas.
A cambio de eso, del peor modo posible, arrojaron a cientos de miles de mujeres-madres de familia al «mercado de las estancias infantiles», cosa inexistente y que simplemente expuso a cientos de miles de niños al encierro -en ciudades como Juárez, y en alguna medida, también en Chihuahua- en sus casas, o ponerlos al cuidado de las abuelas o tías, o vecinas, en caso de haberlas, cosa que poco ocurre en el antiguo Paso del Norte.
Todo eso puede cambiar si se concreta el anuncio efectuado por la presidenta Sheinbaum del reinicio de las estancias infantiles, «ahora bajo un modelo también de formación educativa, orientado en principio para apoyar a las trabajadoras de maquiladoras y jornaleras agrícolas», programa que se iniciará en Juárez, porque, dijo la presidenta, «existen muchas maquiladoras pero se harán extensivas a otras ciudades donde hay fuerte presencia de este sector como Tijuana e incluso la Ciudad de México». (Nota de Alonso Urrutia y Alma Muñoz, La Jornada, 23/1/25).
El programa funcionaría mediante un esquema de colaboración entre el IMSS y el DIF, para que abarque no solamente a las madres trabajadoras en el empleo formal, sino en el informal.
Este anuncio siguió al efectuado en diciembre del año pasado, cuando informó de «la creación de los Centros de Cuidado y Educación Infantil, -serán 12 nuevos en la frontera chihuahuense- los cuales sustituyen a las guarderías que el IMSS tenía a su cargo…». (Nota de Mayte Baena, Infobae, 21/12/24).
Luego de los pronunciamientos de la presidenta Sheinbaum y de la gobernadora Campos sobre la política a seguir en materia migratoria, en la que manifestaron su decisión a actuar coordinadamente, la política real se les impone a ambas, como lo fue en el caso más reciente, en el que los agentes de migración del organismo federal encargado de estos temas, intentaron, no solo el desalojo del campamento de migrantes en la ciudad de Chihuahua, sino que intentaron detenerlos y deportarlos.
Los agentes de Migración les dijeron que entrarían al campamento para revisar, pero no les mostraron órdenes para hacerlo, de acuerdo con los testimonios de los mismos migrantes, entre quienes se encontraban mujeres embarazadas, tres bebés, y la mayoría eran niñas y niños». (Nota de Patricia Mayorga, La Verdad, 19/1/25).
Operativo que fracasó en un primer momento, a cargo de agentes del INM, con miembros de la Guardia Nacional, del Ejército mexicano y el apoyo de policías estatales y municipales, y que en un segundo lo concretaron los agentes federales, pues luego fueron trasladadas al Polideportivo Sur, bajo el resguardo de los funcionarios federales, de donde fueron extraídos sin que autoridad alguna informara de su destino.
Problemas, reales, ante los cuales, hasta ahora, han podido actuar con la coordinación que debiera existir entre esos niveles de gobierno, pero que, ante la proximidad de la elección de los juzgadores, -ojalá y no- las pudiera llevar a que, como ha sido a lo largo de los últimos seis años, regresen a la plena confrontación.
Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ) en
2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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