“Apunten, dijo el viejo, en eso la muchacha se interpone entre los dos y le dijo. – Apá, mas respeto pal’ futuro padre de tus nietos. Rompan filas, dijo el viejo. Los perdono, pero si el primero es niña, los desheredo, si es hijo, mi nieto toma mi herencia, pero si acaso no resulta así, démosle otra oportunidad al vaquero”. «Don Baldomero», corrido. Eulalio González “Piporro”.
No solo fue apabullante, también fue desconcertante, incluso hasta para quienes soñaban con una amplia mayoría.
Morena, el presidente y Claudia Sheinbaum se amanecieron el 3 de junio como los ganadores indiscutibles de la elección, triunfadores hasta en los lugares más preciados de la oposición.
Quienes votaron el pasado domingo dejaron plasmada la imagen del México dividido en dos, no solo entre quienes votaron por una ú otra opción -de las ganadoras-, sino entre quienes expresaron por esa vía su decisión de que continuara el lopezobradorismo en el poder y la minoría electoral que se opone.
Contra todos los pronósticos y discursos de los dirigentes del morenismo, el país elector no se dividió entre “pobres y ricos” pues unos y otros dividieron sus preferencias entre Claudia y Xóchitl, con una, esa sí muy clara mayoría de las capas medias y pobres por Morena-Claudia, pero sí se dividió -o mostró su división- entre quienes consideran más importantes aspectos de la democracia formal del país y otros que no lo hacen así.
Expresado de mejor manera:
Dirán, muchos más que uno: ¿De qué me sirve la existencia de la alternancia en el poder, de la división de poderes; de organismos que vigilen la “transparencia” y otros semejantes si todo eso no ha servido para mejorar mi forma de vivir?
¿Y luego, si ya creados, la dupla PRI-PAN se los apropiaba -o intentaba- por la vía de las cuotas de los partidos?
¿Qué le ha traído a la mayoría de la población, la de más bajos ingresos, la alternancia en el poder, no solo en la presidencia de la república, sino en prácticamente todas las entidades?
La diferencia es que ahora muchos mexicanos cuentan con más dinero en sus bolsillos, gracias al gobierno de López Obrador, dinero que antes no fluía y que percibían era apropiado por los gobernantes del pasado, los emanados del PRI y del PAN.
El salario mínimo en 2018 era de 88 pesos y en 2024 de 248 pesos. Lo triplicaron. El salario promedio de los derechohabientes del IMSS pasó de 445 pesos diarios constantes en 2019, a 495 pesos en 2023.
En contrapartida, el alza acumulada del salario mínimo durante el sexenio de Fox fue de 3.2%; de Calderón, 0.5% y de Peña Nieto 13.8%.
La pensión para los adultos mayores, por mes, y antes de los incrementos de 2024, era de mil 600 pesos, ahora es de 3 mil. No es una fortuna, pero para los millones de trabajadores que no fueron de la economía formal -la mitad, por lo menos- se convirtió, a pesar de la inflación, en el mecanismo necesario para no pasar a la mendicidad.
No andaban errados, esa fue la principal causa del triunfo de López Obrador en 2018 y atribuirle a esos mismos “prianistas” las razones de los atrasos en muchas asignaturas es la causa del triunfo en 2024 de Claudia Sheinbaum.
¿Cómo iba a prender en la población el discurso de Xóchitl Gálvez de que en su gobierno no sería como antes, que los programas iban a permanecer si antes que su candidatura estuviera firme, los dirigentes de los partidos postulantes ya se habían apropiado de los lugares más seguros de las listas de las “plurinominales”?
Mientras eso ocurría, diariamente el presidente arengaba al país -ilegalmente- en contra de los “prianistas”.
-Mejor ese dinero en mi bolsillo que en el de los políticos, razonaron fríamente muchos electores.
Y no solo eso, como lo hicieron, también muchos en 2006 con el PAN, decidieron darle a la 4T una segunda oportunidad.
-Sí, muchas cosas no están bien en el país (la salud, la seguridad, la educación destacadamente) pero habrá oportunidad de que las mejoren, razonaron muchos.
El colmo fue en las 77 ciudades con mayores índices de violencia en las que, en la mayoría, o ratificaron o eligieron a los morenistas.
Como en el corrido, la abrumadora mayoría de los votantes decidieron darle una ‘segunda oportunidad al vaquero’.
Aunque los programas sociales fueron decisivos, la identificación con el presidente López Obrador y su movimiento fueron aún más importantes en el resultado electoral. La aprobación al presidente López Obrador, entre los que acudieron a las urnas, fue de 71%, según la encuesta de salida de El Financiero, mientras que 28% lo desaprobaron.
El 49% de los que no son beneficiarios votaran a favor de Claudia, mientras que en este grupo solo el 37% lo hiciera a favor de Xóchitl.
El 59% de los que se autocalifican de clase media se inclinaron por la candidata de Morena y solo el 30% por Xóchitl; y entre los de clase media alta, el 49% votaron por Claudia y solo el 41% por Xóchitl.
Contra todos los discursos, la clase media (así, en lo general) nuevamente se volcó en favor del morenismo.
Pero, además, si bien en el sexenio el lopezobradorismo sufrió algunas derrotas, especialmente en las federales del 2021, y obtuvo menos votos que el conjunto de la oposición en la suma de las elecciones estatales, muchos pasaron -pasamos- por alto que entre la población está muy anidado el presidencialismo y que López Obrador actuó de manera muy semejante a la mayoría de los presidentes priistas, de cuando el PRI era el partido único, o de cuando lo fue “casi único”.
El informe 2023 del Latinobarómetro arrojó un panorama casi como si fuera el pronóstico de la elección del domingo anterior.
En ese estudio, en México, el 67% de la población se declaró insatisfecho de la democracia, por el 37% que se sintió satisfecho.
A la par, el apoyo al autoritarismo (demostrado ante la respuesta a la pregunta de si ‘Un gobierno autoritario en ocasiones es preferible a uno democrático’) creció en México del 22% al 33%, en 3 años.
En el mismo estudio, a la pregunta de cual régimen preferiría, el 35% de los mexicanos optó por la democracia y al 28 le era indiferente.
(file:///Users/luisvaleroflores/Downloads/F00016664-Latinobarometro_Informe_2023.pdf)
PRI y PAN, pero fundamentalmente el primero, no entendieron que debieron, en el sexenio, efectuar una profunda transformación, renovar no sólo a su dirigencia, sino su manera de relacionarse con la sociedad, bueno, hasta cambiar de nombre y emblemas, es decir, transformarse, como una manera de declarar un mea culpa respecto del pasado.
La calificación del electorado al PRI es más que contundente. Si bien sólo perdió el 6% de la votación, de la de 2018, no ganó un solo distrito federal y en las dos entidades en las que gobiernan militantes priistas -Durango y Coahuila- también perdieron las senadurías.
Si hubiese que buscar un ejemplo emblemático de la conducta del electorado frente al PRI, la elección del distrito 08 federal, con cabecera en la capital de Chihuahua, lo es.
En ese distrito, compitió el priista Alejandro Domínguez, frente al ex alcalde Marco Adán Quezada, también ex priista pero que fue candidato a la alcaldía por Morena en 2021.
Ganó Domínguez por una diferencia menor, 46.9% frente a un 44.17 (99 mil 505, por 93 mil 661 votos, una diferencia de 5 mil 800), en cambio, en todos los distritos locales de la ciudad, en los que los candidatos fueron panistas, ganaron por márgenes superiores a los 22 puntos, salvo en el 16 y el 17, que fueron, respectivamente, 15 y casi 9%. (Los datos locales fueron tomados del PREP).
A su vez, en el otro distrito federal, el 06, cuya candidata fue la panista Manque Granados, obtuvo una victoria por casi 25 puntos de ventaja.
Pero fue, sin duda, el equipo de «Saber votar.com» el que, con la encuesta de salida efectuada el domingo anterior, nos otorgó la mejor radiografía de la elección:
El voto por Morena se lo otorgaron los electores en los que en 7 de cada 10 domicilios tienen programas del bienestar, destacando, los del Adulto Mayor, Jóvenes construyendo el futuro, las becas escolares; votaron abrumadoramente por Morena los de menores ingresos; la población de menor escolaridad, -entre quienes solo tienen secundaria, obtuvo el 60%-; la mayoría de los hombres votaron por Morena, los de mayor edad y el 50% se pronunció por la continuidad del gobierno.
Para ellos, se trataba de una ratificación del mandato de López Obrador y manifestaron su plena coincidencia con el discurso presidencial de crítica al ‘PRIAN’. Para el 53% sí influyeron los debates y las campañas.
En cambio, 95-96% de los que votaron por Morena, acudió sin que fueran coaccionados.
Más.
Luego de las elecciones del 2021, todos los años, a partir de entonces, se incrementó en por lo menos 100 mil millones de pesos el presupuesto a los programas del Bienestar. En este año el 54% del presupuesto de la Secretaría del Bienestar se fue al programa del Adulto Mayor.
Los resultados del domingo pueden llevarnos al México de los 70`s del siglo pasado. Arrojan una clara mayoría de diputaciones federales para el oficialismo. Los datos del PREP indican que los candidatos de la coalición Sigamos Haciendo Historia (SHH) ganaron 219 distritos y los que sólo fueron postulados por Morena ganaron 37 distritos. En total, los partidos del oficialismo se llevarán 256 de los 300 distritos.
La oposición, por su parte, ganó 40 distritos como coalición Fuerza y Corazón por México, y el PAN en solitario ganó tres distritos de Guanajuato. Aún falta la asignación de las plurinominales. Será en agosto.
Y en el senado, según como terminen los recuentos, el oficialismo estará a 2 o 3 senadores de tener mayoría calificada (85-86).
Fue una elección de Estado, sí, pero no solamente en la campaña o en la jornada electoral; lo fue a lo largo de prácticamente toda la segunda mitad del gobierno de López Obrador. Toda su administración se volcó en el objetivo de ganar la elección presidencial. Para ello violaron toda la regulación electoral y la de las responsabilidades administrativas.
Con ese peso se construyó la candidatura de quien ganó la elección.
Así, a pesar del enorme fracaso, en varios rubros, en medio de una ola de violencia y sangre, la mayoría le otorgó su voto al lopezobradorismo.
Enfrente, Xóchitl no supo desmarcarse del pesado baldón que significaron los partidos que la postularon.
Ahí está otro saldo, el antiguo partido, el mayor que había construido la izquierda, el PRD, ha desaparecido.
Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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