Ciudad de México.- El Futbol México 70 en las voces de los Hermanos Zavala, la imagen regordeta de Juanito y el controvertido Pico, la despedida de la Copa Jules Rimet, el rostro inconfundible de Gustavo Díaz Ordaz, el abucheo de unos 108 mil espectadores y un Estadio Azteca a todo color que se convirtió en el ombligo del mundo, hace 50 años.
Así fue la inauguración de la primera Copa del Mundo en nuestro país. El otrora llamado Juego del Hombre por el recordado Ángel Fernández llegaba a todo el globo terráqueo con las primeras transmisiones en directo a color vía satélite.
Un torneo de sólo 16 selecciones (del 31 de mayo al 21 de junio): México fue anfitrión, Inglaterra también tuvo pase automático al ser campeón en el 66. Los que se ganaron el lugar a pulso fueron: Alemania Federal, Brasil, Bélgica, Bulgaria, Checoslovaquia, El Salvador, Israel, Italia, Marruecos, Perú, Rumania, Suecia, la Unión Soviética y Uruguay.
Brasil se asomó al Mundial con un circo de extraterrestes liderados por O Rei Pelé, escoltado a su vez por personajes de un solo nombre: Jairzinho, Rivelino, Tostao, Gerson y Clodoaldo.
De las otras selecciones llegaron futbolistas de carne y hueso que poco a poco dejarían huella en tierras mexicanas: Müller, Beckenbauer, Charlton, Mazzola, Riva, Cubillas, Matosas y Mazurkiewics.
¿De México? Apunte usted a Nacho Calderón, el Halcón Peña, Calaca González, Campeón Hernández, Kalimán Guzmán, Enrique Borja y el Gansito Padilla, por citar algunos. Los de casa, ahora comandados por el Güero Raúl Cárdenas.
Las grandes ausencias fueron Francia, Portugal, Hungría, Argentina y España.
Aunque se utilizó en los Juegos Olímpicos de México 68, el Estadio Azteca se construyó como parte de la candidatura para albergar el Mundial, así como el Estadio Cuauhtémoc en Puebla y el Nou Camp en León. El Estadio Jalisco de Guadalajara fue ampliado, el Estadio Luis Dosal (hoy Estadio Nemesio Díez) de Toluca, no sufrió cambios. Entre los equipos europeos hubo molestia, ya que los partidos para coincidir con el horario televisivo de Europa se jugarían a mediodía y en la tarde, sumados a la altitud, las selecciones llegaron con más tiempo que de costumbre a México para aclimatarse lo mejor posible.
La Copa Jules Rimet se disputaba en México y Brasil la había ganado en dos ocasiones. Una tercera sería suficiente para que, según las reglas del juego, el equipo sudamericano se la adjudicara de por vida.