No he de incurrir en defender mis creencias respecto de quién ganó el debate a la gubernatura ni porqué o en explicar la razón por la cuál va a ser la mejor Gobernadora en la historia de la Entidad. Sin embargo, existen tres tópicos que pueden, y deben, destacarse y que creo ninguno de mis lectores podrá negar o soslayar: el primero, el aborrecimiento a MORENA y todo lo que ese partido de 4.ª representa.
Juan Carlos Loera fue el punching bag de la tarde. No hubo candidato que no le diera su repasadita: desde las sesgadas acusaciones de violencia de género por las que ha sido constantemente señalado, hasta el saqueo del agua o su silencio cómplice frente al inmisericorde castigo que el Gobierno federal le ha infligido al Estado mes tras mes, año tras año.
Como perico, Loera repitió los lugares comunes propios de la 4T, para luego rematar con un escandaloso: “Avanzaremos junto con Andrés Manuel López Obrador”, así dijo, muy orgulloso el tarado. Así, con todas sus letras, para después “comprometerse” en el combate a la corrupción… como si MORENA lo hubiera hecho tan bien en el asunto de las casas de Bartlett o Irma Eréndira, las bolsas de dinero de Pío, el tráfico de influencias de la prima de AMLO, los negocios de Zoé Robledo o Carlos Lomelí, la triangulación de recursos en la CONADE de Ana Guevara, las miles de adjudicaciones directas al margen de la Ley, la corrupción dentro del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado denunciada por su extitular Jaime Cárdenas o la caída de la Línea 12 del metro.
Así dijo el exdelegado Juan Carlos Loera sin sonrojos; él mismo acusado de saquear el agua de los chihuahuenses, de vaciar sus presas, de comprometer el futuro de miles de familias dedicadas al campo, sin una sola palabra de disculpa o por lo menos de autodefensa. Inerme, sin meter las manos siquiera (como luego se dice), Loera debió aguantar el repudio de todos los presentes por lo que hizo y dejó de hacer durante su gestión de súperdelegado.
El segundo tópico es el hecho insólito de que uno de los contendientes, el dr. Alejandro Díaz Villalobos, de Fuerza por México, haya declinado en favor de Maru Campos que ilustra bien porqué al pobre de Loera le dieron hasta por debajo de la lengua: Chihuahua no quiere a MORENA ni quiere tampoco un Gobierno sometido y sojuzgado por el Presidente de la República.
El tercero fue la callada, pero ominosa, presencia de Javier Corral, pues el único eje de ataque a María Eugenia se vertebró a partir de los infundios y descalificaciones que el Gobierno de Corral ha pergeñado en su contra. Es decir, no hubo una sola mención que pretendiera descalificarla que no tuviera, como vector, la fallida campaña de desprestigio orquestada desde el Palacio de Gobierno ubicado en la esquina de Aldama y Venustiano Carranza.
¿Pero qué creen? El debate no modificó las preferencias electorales.
Antes, durante y después de ese ejercicio, el Gobernador del Estado, Javier Corral, debió estar haciendo chile con la cola. Ese mismo día jueves 20 de mayo, por la mañana, se le desenmascaró de nuevo, demostrándose cómo los testigos de la segunda acusación contra María Eugenia eran, otra vez, unos tales por cuales y unos mentirosos. Como mentira fueron también la certificación notarial o los embustes de Jaime Herrera.
“Mentira”, “mentira”, “mentira”, parecen escupir al rostro de Javier los resultados de esa persecución implacable que dura ya más de un año, sustentada en pruebas fabricadas por autoridades a modo, que solo le ha traído desprestigio y sinsabores a un gobierno cuyos resultados se pueden resumir en una sola palabra: “fracaso”.
Chile con la cola ha de estar haciendo Javier Corral porque sus “gallos”, Loera y Lozoya, le hicieron a María Eugenia, juntos y por separado, lo que el aire a Juárez; chile con la cola porque sus estrategias persecutorias han fallado estrepitosamente; chile con la cola porque cada día que pasa se halla más risible, más solo, más ridículo, más aislado y más ignorado que nunca; chile con la cola porque es la última oportunidad para impedir lo inevitable: que gane Maru, que gane el PAN y que gane Chihuahua.
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