“No tenemos nada que ver con el gobierno de Venezuela, ni con los rusos […], no tenemos relaciones que nos avergüencen”, dijo AMLO en febrero del 2018.
Por supuesto que, como ya se sabe, Andrés Manuel López Obrador como oposición decía una cosa y en el poder hace otra. Y entonces, para no variar, la doble moral de López Obrador volvió a hacer de las suyas de manera por demás vergonzosa.
Fue el pasado 16 de septiembre, durante el desfile cívico militar en conmemoración del 213 aniversario del inicio de la Independencia de México cuando la inaudita ironía y desvergüenza que caracterizan al presidente López Obrador volvió a hacerse visible, denigrando y avergonzando nuevamente a México ante el mundo.
Para asombro de muchos y confirmación de otros, de repente, entre las delegaciones militares representativas de los 19 países que participaron en el desfile, la presencia del Ejército ruso es la que -por obvias razones- mayor indignación, críticas y reclamos ha causado no solo en México sino a nivel mundial.
Y es que, aunque había otras delegaciones extranjeras cuya invitación es cuestionable (por representar a países con regímenes dictatoriales, como China, Cuba, Venezuela y Nicaragua), la invitación que le gobierno de la 4T le extendió a Rusia para participar en el desfile es la más cuestionable por motivos más que conocidos e inaceptables. Y lo peor del caso es que, según la SEDENA, la participación de la delegación militar rusa en el desfile es motivo de orgullo porque Rusia es -entre otros países- amigo de México.
Y sí, la verdad es que no queremos a Rusia como enemigo, pero tampoco queremos tenerlo como amigo porque hay amigos que es mejor no tener. Y no, no es que los rusos no sean o no puedan ser amigos de México porque, así como López Obrador no define a los mexicanos, Putin no define a los rusos; sin embargo, ambos sí definen sus políticas militares y, por ende, el funcionamiento que le dan a sus fuerzas armadas, y he ahí lo cuestionable de la invitación y presencia de soldados rusos en nuestro país.
El asunto es que, aunque el presidente López Obrador justifique la presencia de militares rusos en el desfile, lo cierto es que no tiene justificación alguna, o al menos no en tiempos como estos en los que, mientras la comunidad internacional condena la invasión de Rusia a Ucrania y los crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso comandado Vladimir Putin, López Obrador lo invita a participar en el desfile de Independencia. Así las cosas, y la vergüenza mundial a todo lo que da (Pero Morena, AMLO y su 4T no tienen relaciones con Rusia que puedan avergonzarlos; o sea, desvergonzados son).
A modo de resumen, finalizo citando lo dicho por el activista por los derechos humanos e internacionalista argentino, Agustín Antonetti: Muy grave lo que ocurrió en México. Mientras el mundo lo repudia, el ejército ruso, invasor y responsable de crímenes de guerra, marchó con honores en el día de la independencia. Una oscura mancha para la historia mexicana, como todo el terrorífico mandato de López Obrador.