No más John impresentable…
ahora, Johnny berrinches
Cuestión de días, 30 o 45 como máximo y, obvio, en el supuesto de que no ocurra nada extraordinario que lo impida, Andrés Manuel López Obrador podrá disponer a su libre e incuestionable arbitrio de un nuevo partido político… no de un “satélite” o aliado de Morena —“idiotas, útiles… (que) comerán las migajas que caerán de nuestra mesa”, diría Vladimir I. Lenin—, sino de una organización con capacidad y estructura suficientes para convertirse en “alternativa” de la cada vez más inoperante organización que él mismo fundó y le catapultó a Palacio.
Hablamos, claro, de Fuerza Social por México, el prospecto de nuevo partido nacional que, concebido e impulsado desde sus inicios por Pedro Haces Barba, exitoso empresario y (aunque parezca broma) dirigente sindical, socio del exgobernador (preso) Javier Duarte y amigo cercano del tabasqueño, está ahora, al igual que otras seis agrupaciones —tres de ellas afines al proyecto de la 4T— a la espera de obtener el registro solicitado antes del arranque del proceso electoral de 2021, en el que, vale recordar, podrá participar con candidatos propios, pero no en alianza (formal) alguna.
Si bien en un primer momento el proyecto del líder de la cada vez más poderosa Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) era visto en las más altas esferas del poder como un “aliado potencial” de Morena en comicios por venir, lo cierto es que la cada vez más profunda e inocultable crisis (por poder) que se vive al interior del Movimiento Regeneración Nacional y, salvo en el caso del Legislativo, su nulo aporte a la consolidación y avance de la administración lopezobradorista han provocado que más de uno voltee a verlo y comience a evaluar la posibilidad de que éste se convierta, al paso del tiempo, en “la alternativa” tras el previsible colapso y eventual desaparición del partido-gobierno y sus impresentables aliados del PT, PVEM y “lo que queda” del PES.
Cruciales, serán entonces, los días por venir, ya que, al margen de que el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova, otorgue o no registro como partido político nacional a Fuerza Social por México, López Obrador deberá definir su posición frente al partido que fundó y cuyos facciosos dirigentes, a contrapelo de sus sugerencias y hasta “amenaza de abandono”, se enfrentan ahora por el control de puestos, presupuesto y reconocimiento… ¡que son su único interés!
Asteriscos
* Singular coincidencia, la cesión del Ejecutivo a negociar con los gobernadores —GOAN, de Francisco Domínguez, y Conago, de Juan Manuel Carrera— un nuevo pacto fiscal, al tiempo que el gobierno central transfería algo más de 20 mil millones a los estados por concepto de adeudos o rezago en la entrega de recursos programados, pero no, aclaremos, de aportaciones extra.
* Desde ayer, funcionarios federales de primer nivel —de subdirector de área (5%) a Presidente (25%), pasando por secretarios (20%)— comenzaron a recibir instrucciones y formatos para que definan el porcentaje de su salario mensual que, de manera voluntaria, dejarán de percibir en apoyo al esfuerzo de la “austeridad republicana” impulsada por ya sabemos quién.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Excélsior