Este fin de semana el Barcelona cayó ante el Real Madrid y volvió a dejar una imagen pálida en el terreno de juego, pero lo más preocupante fue la actuación de su capitán.
La derrota por 2 a 0 del Barcelona ante el Real Madrid del domingo en el Santiago Bernabéu a puesto a Lionel Messi en el ojo de las críticas. A pesar del cambio de entrenador, Quique Setién fue contratado en reemplazo de Ernesto Valverde en enero, el cuadro azulgrana sigue sin encontrar su mejor juego y todos señalan al argentino como uno de los culpables.
Este fin de semana, el 10 no pudo ser determinante en el duelo ante su clásico rival, que acabó un triunfo para el equipo blanco que le permitió pasarlo en la tabla de posiciones de La Liga y ubicarse como nuevo líder del certamen a falta de 12 jornadas para el final. El rosarino tuvo dos situaciones claras, un mano a mano que tapó Thibaut Curtois y la otra, una corrida en el complemento en la que fue alcanzado por Marcelo y por Raphael Varane que evidenció su bajo nivel.
Tras el pitazo final, La Pulga completó un nuevo clásico sin asistencias y sin goles, el quinto consecutivo, por lo que en los últimos tiempos ha dejado de ser determinante ante el Real Madrid. Su último grito ante el cuadro merengue fue en mayo de 2018, en el empate 2 a 2 en el Camp Nou. ¿Qué fue lo que cambió desde entonces?
Aquel partido fue el último que disputó frente a Cristiano Ronaldo. Desde entonces se han celebrado cinco encuentros, en ninguno anotó ni dio asistencias, por lo que desde que el portugués se marchó a la Juventus, el argentino prácticamente no ha gravitado en el verde césped.
Antes de la partida del delantero luso, Messi ostentaba un récord de 26 goles (máximo en la historia) y 14 asistencias en 37 partidos. Además, con Cristiano Ronaldo enfrente ha festejado 20 tantos y dado 11 toques decisivos. Es evidente que la ausencia de su rival lo ha desmotivado.
Esto da la razón al ex futbolista del Real Madrid y del Manchester United, quien en agosto de 2019 declaró en una entrevista ante la televisión portuguesa: “No tengo ninguna duda de que Messi me ha convertido en un mejor jugador y que yo lo hago mejor. Las rivalidades son saludables. Cuando dejé la liga, él mismo dijo que estaba apenado porque era una rivalidad positiva”.
Algo similar había comentado durante el sorteo de la Champions League en agosto del último año: “Extraño jugar en España, (con Messi) tuvimos esa batalla los últimos años que fue muy buena. Él me presionaba y yo lo presionaba a él de la misma manera. Es bueno que hayamos formado parte de la historia del fútbol”.
Aunque Messi no lo admita, los números lo exponen y parece que ha perdido la motiviación por la ausencia de su histórico rival, quien en 2019 lo invitó a cambiar de aire y probar suerte en otra liga como la Serie A o la Premier League en donde él ya ha triunfado. ¿Será el momento para que el argentino se marche del Barcelona en búsqueda de nuevos retos?.
Fuente: www.infobae.com