Chávez Chávez señaló que el estado ha hecho un esfuerzo porque estas acciones sean difundidas a todos, no obstante, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”
Aarón Valenzuela | El Heraldo de Juárez
“La sociedad chihuahuense no tuvo la perseverancia de seguir con la disciplina del lavado de manos, la sana distancia y el uso de la mascarilla, lo cual generó el aumento de contagios, de ocupación hospitalaria y de decesos, y a su vez esto provocó volver al semáforo naranja”, afirmó el doctor Rodolfo Chávez Chávez, integrante del Consejo Estatal de Salud.
Lo anterior en la emisión de este día del Programa Chihuahua Adelante, que se transmite a través de las redes socio-digitales del Gobierno del Estado y que fue conducido por Jesús Mesta Fitzmaurice, coordinador ejecutivo de Gabinete.
El doctor Chávez lamentó que la población se portara muy mal, toda vez hasta el momento no se tiene una cura efectiva y la única manera en la que cada uno se puede proteger es con las medidas preventivas ya de todos conocidas.
“Es sumamente complejo rechazar a un paciente porque no tienen manera de atenderlos porque no hay camas, los médicos están agotados, no hay ventiladores, por eso les pido una solidaridad enorme, porque estamos viviendo momentos terribles, como no esperaba yo vivirlo en mi carrera y en mi vida”, declaró.
Chávez Chávez señaló que el estado ha hecho un esfuerzo porque estas medidas sean difundidas a todos, no obstante, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”.
Explicó que adicionalmente al aumento de casos y decesos que vive el estado, se tienen otras tres situaciones que no estaban al inicio de la pandemia.
La primera es la situación social, en que la sociedad está cansada, harta, “pero como en una guerra, el más disciplinado, el más preparado, el más inteligente es el que la gana”.
El segundo es el problema económico: “entiendo y soy empático con todas aquellas personas que por necesidad tienen que salir de su casa a buscar el sustento, pero quienes tienen la posibilidad de no exponerse, si lo hacen están cayendo en irresponsabilidad y riesgo”.
El tercer elemento es la llegada de la influenza H1N1, que tiene síntomas muy similares, lo cual presenta una complejidad para el personal médico de diagnosticar la enfermedad, sobre todo en el inicio, e incluso de pueden presentar pacientes que tengan las dos enfermedades.
“Si bien uno busca salirse con la suya, aquí el enemigo es distinto y las reglas son distintas. El virus es el enemigo y otras las reglas, aquí yo no puedo engañar al enemigo, está conmigo, vive junto a mí. Si yo no hago las medidas correctas, en primer lugar se expone la persona involucrada, pero los primeros contagios se darán dentro de mi familia”, explicó.
Dijo que estadísticamente las personas vulnerables son los que más se internan y peor evolucionan, pero no es una verdad absoluta, puesto que hay fallecimientos en niños y de personas jóvenes.
“Tomemos esto como algo propio, algo que debo de hacer, porque mis seres más queridos son los que voy a contagiar y no sé dónde va a terminar esa enfermedad, entonces acudo a la conciencia de cada uno y que tomen la responsabilidad de cuidar a los suyos”, concluyó.