Si no gritamos la verdad, con la misma
fuerza que otros gritan la mentira,
lamentablemente ganará la mentira…
Cuando un animal ponzoñoso muerde o pica se inicia un proceso gradual que puede ir de algo controlable con antídoto contra el veneno hasta la muerte, según el tipo de alimaña o crótalo.
Algo similar sucede con la duda o incredulidad que va penetrando el alma como un veneno que daña órganos vitales hasta matar los tejidos y la vida.
Uno de tantos síntomas de una sociedad incrédula que le da lo mismo la banalidad del mal, de la verdad o de la moral es la ola de paganismo que se inició en Europa, cuna del cristianismo y que ahora han estado “reconvirtiendo” las iglesias y monasterios en hoteles, bares, restaurantes, centros culturales o librerías en una serie crisis de fe, que de lo sagrado se brinca a lo profano.
Y no es propiamente un fenómeno o problema religioso, sino responde a la condición humana en una época de soberbia que fue avanzando entre ateísmo y paganismo. Ha sido un efecto del veneno de la duda que dio paso al pecado de la permisividad. Como humedad, -Europa es muestra de ello- fue permeando, penetrando y extendiendo por todo el organismo social e individual, despojando a la razón, arrasando los sentimientos y enmoheciendo el alma.
De manera paradójica se oculta o avergüenza el tener una fe espiritual, pero, por otro lado, avanzan creencias absurdas o extravagantes, ajenas a nuestra cultura. Las redes sociales son el crisol de ese sincretismo donde conviven y cohabitan todas las expresiones buenas, malas, perversas o falsas.
Y como almas envenenadas agnósticas, frías, dudando de todo, pero promoviendo y compartiendo falsas noticias nos vemos como jugadores de pokar: serios, sin hacer gestos o muestras de empatía nos vamos acercando cada vez a operar como máquinas de robot.
El rostro de un robot es como las personas alexitimias, que es un déficit sentimental. Son quienes no muestran en su rostro la mínima expresión emocional. El término “alexitimia”[1] es un vocablo de origen griego que significa etimológicamente “ausencia de palabras para expresar las emociones o los sentimientos” o en pocas palabras es un rostro o expresión sin emoción. En 1972 se introdujo en la bibliografía médica para designar la dificultad que tenían muchos enfermos psicosomáticos para expresar verbalmente sus emociones o sus sentimientos.
Entre los síntomas de la alexitimia, es un pensamiento muy concreto o pragmático, con dificultades para el pensamiento abstracto, por eso, una sociedad cada vez más pagana, tiene la imposibilidad de mirar hacia el cielo. También anulan fantasías, sueños o la vida imaginativa por la falta de capacidad para la introspección y creatividad. Se da la dificultad para establecer contacto afectivo y con mayor razón cuando hemos suplantado esa característica con el teléfono celular y por lo tanto hay una existencia regida por proyectos de corto alcance y programada o mecanizada como si fuese robot. La inteligencia artificial nos ha estado apurando en este proceso de alexitimia.
El veneno de la duda muchas veces es inoculado por nosotros mismos cuando lo vamos administrando para presumir que somos libres de prejuicios y supersticiones. El compartir o dar likes sin ver los contenidos o por sentirnos muy liberales y que nos reconozcan como open mind es una práctica muy común. Asi fue el proceso en la cuna del cristianismo y paulatinamente Europa le dio la espalda y ahora viven inmersos en una crisis de fe, identidad y destino.
La historia relata la decisión del emperador Constantino en la Roma que gobernó del año 306 al 337, cuando el imperio romano perseguía a los cristianos. Antes de sostener una batalla en el puente Milvio con tropas superiores a las que comandaba, relató que tuvo varios sueños en el que se le aparecía una luz muy potente pensando que se trataba de una manifestación del dios sol del que era adorador. Después de varios días aparte de la luz escuchó una voz que le repetía “con este signo vencerás” y aparecía la cruz cristiana. Al día siguiente ordenó que todos los escudos de su ejército llevaran marcada la cruz y logró triunfar. A raíz de esa victoria decretó que ya no se persiguiera a los cristianos, aunque tampoco proscribió la religión pagana. Desde ese momento el florecimiento del cristianismo en el imperio romano fue asombroso lo que en muchos escritos reconocen al emperador Constantino como promotor de la nueva religión que terminó por suplantar la decadencia moral y política que se vivía en Roma.
Aunque Constantino siguió practicando el paganismo hasta el momento de morir, en su lecho de muerte pidió que le llevaran un obispo cristiano para que lo bautizara por la duda que tenía qué pasaría después de la muerte de ser cierto lo que proclamaban los cristianos de una vida después de la muerte.
Así vivimos ahora. Tal vez a la espera de la muerte o calculando cuando estamos en peligro de morir y en ese momento, por las dudas, reconciliarnos con una ser superior, por lo que pueda suceder más allá, pero por lo pronto, entre el paganismo y el ateísmo, damos rienda suelta a nuestra soberbia, viviendo con una alexitimia -sin sentimientos, fríos y cuadrados- preñados de una incredulidad, viviendo en un relativismo moral, donde ponemos las reglas que nos acomodan y no nos incomodan.
Se da como un hecho la paganización en Europa[2] donde la llamada “cultura europea y sus instituciones muestran una actitud indiferente o incluso hostil hacia el cristianismo, al tiempo que renacen literalmente formas de neopaganismo, la Wicca, crecen las prácticas pseudorreligiosas y se sacraliza la naturaleza y el animalismo”. La Wicca es una “religión sincrética neopagana moderna, vinculada con la brujería y otras religiones antiguas y la clasifican como un nuevo movimiento religioso y como parte del esoterismo occidental ocultista”. Y el animalismo es una tendencia de ir supliendo los derechos de los seres humanos por los derechos de los animales, que ciertamente son viables, pero siempre y cuando no prioricen al animal sobre el hombre, o la naturaleza sobre el ser humano. Por ejemplo se defiende con toda energía la cancelación de corridas de toros, pero se mantiene un silencio sospechoso sobre el aborto como si la vida de un toro fuera más importante que la de un niño.
El origen del relativismo moral estuvo en la soberbia humana que según el filósofo cristiano Tomás de Aquino hay dos vicios característicos de los seres espirituales: soberbia y envidia[3]. Indica que soberbio es el que tiene un amor desordenado hacia su propio bien por encima de otros bienes superiores. El solo hecho de dudar si existen bienes superiores al propio ya es, pues, síntoma de este defecto.
Siempre se ha considerado a la soberbia como madre y reina de todos los defectos humanos, porque el mismo defecto nubla la razón y el corazón para aceptarla, sentirse más que los demás, despreciar a los otros y humillarlos. Eso se refleja en los soberbios intelectuales que les gusta apabullar con su retórica y lengua a quienes no tiene la facilidad de palabra como ellos. El síntoma inequívoco para ubicarlos es la arrogancia y jactancia, aunque en el fondo los corroe un resentimiento atroz y perverso.
Para un soberbio y relativista moral lo más fácil es someter a la duda lo que no le convenga aceptar. “El ateo afirma con seguridad que Dios no existe y el agnóstico afirma que no puede jamás estarse seguro de que Dios no existe, pero tampoco que Dios exista. Si se piensa que Dios no existe, entonces habrá que sustituir con otras todas las reglas morales que emanen de las creencias religiosas. El problema es con qué otras reglas se sustituyen. El efecto será la creación de diversos códigos morales distintos y en oposición, lo que hará surgir al relativismo moral”[4].
Al final de cuentas la incredulidad es la ausencia de fe, es dar entrada a la ponzoña y veneno de la duda, falta de credibilidad y miedo a la verdad.
¿Qué pasará cuando estemos cerca de la muerte…?
¿Seremos tan soberbios de cambiar la fe por la razón?
ALONSO-FERNANDEZ, Francisco (2011) La alexitimia y su trascendencia clínica y social, Salud Mental, vol. 34, no. 6, México nov/dic 2011, Scielo
FORUM. Libertas (2024) La paganización de Europa, 5 de abril de 2024
SELLES, J.F., La soberbia según Tomás de Aquino, facultad de Filosofía, Universidad de Navarra
GARCIA GASPAR, Eduardo (2013) Ateísmo: definición y consecuencias, ContraPeso.info, 24 de abril de 2013
[1] ALONSO-FERNANDEZ, Francisco (2011) La alexitimia y su trascendencia clínica y social, Salud Mental, vol. 34, no. 6, México nov/dic 2011, Scielo
[2] FORUM. Libertas (2024) La paganización de Europa, 5 de abril de 2024
[3] SELLES, J.F., La soberbia según Tomás de Aquino, facultad de Filosofía, Universidad de Navarra
[4] GARCIA GASPAR, Eduardo (2013) Ateísmo: definición y consecuencias, ContraPeso.info, 24 de abril de 2013
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