Por la noche, no hablo del periodo nocturno de un día. La noche, espiritualmente hablando, representa una época, una temporada, un tiempo. En ese lapso todo parece sombrío, oscuro y frío. En ese periodo se puede experimentar agonía, peligro y temor. Las noches de algunos son cubiertas con las sombras de los problemas, las necesidades, una enfermedad, otros por el hambre y el frío, la falta de un trabajo. Alguien puede pasar una noche llorando esperando alguna noticia que no llega. Problemas financieros. La despedida de alguien que quizás no volverás a ver. La preocupación o incertidumbre de qué pasará mañana. Todos, de alguna manera, hemos tenido noches con pesares, dolor y quebranto. Muchos personajes bíblicos tuvieron sus noches. Pedro toda la noche no pescó nada, pero cuando vino Jesús por la mañana, la pesca milagrosa se hizo (Luc. 5:18-24) Su actitud, no se dio por vencido toda la noche y por la mañana su bendición llegó Jacob luchó toda la noche por su bendición y no se rindió y por la mañana su bendición llegó (Gen. 32:22-30) David tenía muchos enemigos (Sal. 3:1-2) Un hijo quería dar golpe de estado y derrocarlo – Pecó de adulterio – Tuvo muchos problemas, pero él podía decir: “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré”
En muchas ocasiones, el problema no es la noche, sino la actitud que tenemos. Pablo y su compañero Silas tuvieron su noche oscura, pero lejos de quejarse, ellos se pusieron a cantar a Dios y a orar, y su bendición llegó (Hechos 16: 31)
Creo que nuestra actitud en las temporadas de nuestras noches, deberíamos aplicar “la doble tracción del búfalo” Se dice que el búfalo tiene una fuerza impresionante y que puede cargar toneladas en su lomo aunque el camino esté sucio, empinado, lleno de barro y resbaladizo. ¿Cómo lo logra? Aplicando la doble tracción. Cada vez que el Búfalo lleva demasiada carga, y el camino se pone muy difícil, el búfalo utiliza su doble tracción. Consiste en doblar sus patas delanteras, o sea se pone de rodillas, y empieza a subir, a subir y a subir. Se detiene por un momento, se vuelve a poner de rodillas y sigue subiendo, sube y sube. Se detiene por un momento, se vuelve a poner de RODILLAS y sigue subiendo, cada vez con más fuerza y más Rápido hasta llegar a la Cima. La verdadera fuerza del búfalo, está en ponerse de rodillas. Solo así logra soportar el peso de la carga y llegar a la cima.
Así es que cuando la noche de la vida se ponga muy sombría y fría, el camino de la vida se ponga cuesta arriba, empinado, sucio, resbaladizo, lleno de barro y de problemas, apliquemos la doble tracción del búfalo. El Salmo 92:10 dice “Tú Aumentarás mis Fuerzas como las del Búfalo”
Cada vez que nos ponemos de rodillas, a la noche llega su mañana y nos volvemos más fuertes, porque no es nuestra fuerza, sino la del Señor. Dios nos dará las fuerzas, la potencia, y la sabiduría, para seguir adelante y llegar a la cima.
La noche más oscura tiene su mañana: “…Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” Salmo 30:5b
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.