Hay vivos que apestan a muertos…
Olor a sangre en el ambiente político…
La cuarta reforma que prepara el PRI…
Los ruidos en la Uach son un mensaje…
Noroña perro de los pleitos en el rancho…
“Ya olieron sangre, por eso se mueven como locos”, es una frase que se puede escuchar en varias películas que tratan sobre el ataque de tiburones en el mar, o también es frase que se aplica a los ataques de lobos, leones y otros depredadores y significa claramente que los protagonistas están ante un grave peligro.
En las películas de vaqueros se usa aquella frase de: “ese amigo ya huele a muerto” y en las películas de mafiosos, la frase cambia, pues ya no se habla de derramamiento de sangre, pues aplican aquello de “yo no habló con fantasmas”, cuando le están informando a uno de ellos que sobre él pesa una condena de muerte.
Use usted la frase que más le guste, pero el hecho es que en nuestra entidad hay quienes ya olieron sangre y por eso hay una efervescencia y muchas voces hablando del 2027, como si ya estuviéramos en las vísperas o en tiempos de destape.
Lo cierto es que lo que resta de este año es tiempo de diagnósticos, de análisis y de acomodos y re-acomodos, de enroques, de cambios y todas esas cosas que se dan después de un proceso electoral que obliga a un cambio de barajas.
Los ganadores, -pero los que sí ganaron, no los que no entienden que perdieron- tienen que recompone a sus equipos, pensar que el camino a la siguiente contienda es largo, pero que está a la vuelta de la esquina y que tienen que reforzarse, pues dejaran de ser candidatos de una ciudad, para pasar a ser candidatos estatales. Y más o menos eso les pasa a los que aspiran a levantar la mano por una alcaldía, tienen que encontrar los elementos para reforzar un equipo y hacer la ruta para cuando menos parecer “posibles” 2027.
Solo hay un caso de una que viene de ser candidata “estatal”, pero ella se enfrenta a otros dilemas, como lo es el hecho de conformar un equipo real, pues no es lo mismo buscar un escaño en el senado que hacer campaña para la primera magistratura de la entidad, no es lo mismo contar con la “sombrilla” de la candidata presidencial, que ser la candidata que debe de ser la sombrilla de todos los demás. Y es que no es lo mismo subirse a la ola, que ser la que tengas que generar esa ola.
Pero el olor a sangre está en el ambiente y es muy sencillo de explicarlo, Morena con sus aliados sacó en nuestra entidad en su votación federal a la presidencia 885 mil 869 sufragios, contra 559 mil 690 votos de la alianza opositora, es decir, una diferencia abismal de más de 326 mil votos.
La diferencia en la elección a senadores, fue que Morena y sus aliados consiguieron 861 mil 68 votos, mientras que el PAN y los suyos apenas lograron superar los 596 mil votos, es decir, la 4T ganó la senaduría por más de 265 mil votos, una verdadera barbaridad.
En lo local pasó algo similar y el análisis puede separarse por partido político y el PAN consiguió en lo que se refiere a diputaciones locales 408 mil 360 votos, contra los 637 mil 99 sufragios que consiguió Morena, es decir una diferencia directa entre esos dos partidos de 228 mil 739 sufragios.
El PRI como aliado del PAN, alcanzó 162 mil 124 votos y el PRD al que ya hay que declararlo muerto y sepultado apenas 28 mil 316 sufragios, de tal forma que si sumamos los votos que esos dos consiguieron junto con los de su aliado el PAN, esa alianza opositora alcanzó 598 mil 800 votos, por lo que hay que entender que todos ellos juntos fueron derrotados por Morena, sin necesidad de contabilizar los votos que consiguió el PT como aliado de la 4T.
El Partido del Trabajo, franquicia que regentean en la entidad el Clan Aguilar, consiguieron en la elección a diputados locales 50 mil 175 votos y el Partido Verde que en esta ocasión iba por la libre en lo local, llegaron a los 58 mil 305 sufragios.
En el análisis de las alcaldías, aunque el PAN fue quien ganó más alcaldías, en realidad Morena también los barrió, pues el partido del Peje, por sí solo obtuvo 616 mil 569 sufragios.
Todos los números que estamos presentando o tomando de base, son del conteo distrital y todavía no son los números que tendrá que arrojar la Votación Estatal Valida Emitida, pero son la base para cualquier análisis serio de lo que pasó el dos de junio en las urnas en la entidad.
Y el PAN en la elección a los ayuntamientos llegó a los 424 mil 396 sufragios, el PRI consiguió 156 mil 810 votos y el PRD 29 mil 912, por lo que sumando los votos de esos tres partidos, el total sería de 611 mil 118 votos y si esos resultados fueran por la gubernatura, Morena les habría ganado por apenas cinco mil 451 votos, pero si Morena hubiera ido en alianza con el PT y el Partido Verde, que es lo que se espera suceda en el 2027, entonces la 4T y sus aliados hubieran conseguido un total de 724 mil 640 sufragios, es decir una diferencia de 113 mil 522 votos.
Esa diferencia de votos, en una elección en donde se presentó una votación que apenas superó el 52% de la participación, sería suficiente para establecer un margen de triunfo de la 4T del 7.0615%
Es decir, el PAN y sus aliados están derrotados en la entidad y tienen dos años, para primero encontrar los cambios que tengan que hacer como gobierno, para ganar el respaldo del ciudadano y además, construir candidaturas fuertes que les ayuden a contrarrestar el voto que la 4T y sus aliados han crecido en los últimos tres años.
Ese es el olor a sangre que hay en el ambiente político estatal y que muchos ya perciben, aunado al hecho de que el PAN no cuenta en este momento con un “campeón”, lo que hace suponer que hay las circunstancias ideales para que los dos posibles de la 4T, sean señalados como los que tienen las mejores posibilidades.
Ahora bien, el olor a sangre del ambiente hay forma de sacarlo, hay forma de revertirlo, pero el trabajo lo tienen que hacer los que lo tienen que hacer y el error que no deben de cometer es incitar una guerra o pleitos innecesarios con los que perciben el olor a sangre, recordando aquello de que se gana más con una gota de miel que con un barril de hiel.
En fin, el olor a sangre existe y eso lo debe de solucionar el que está herido…
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Alito Moreno ya les anunció a los priistas que está preparando la cuarta transformación del PRI, que va incluido el cambio de nombre, de logo y de todo, su proyecto es quedarse con esa franquicia electoral, la que otrora fuera el partido oficial por otros cuatro años y de ser posible, cuatro más para que sean ocho y con eso poder llegar al 2030 como el dueño de esa franquicia electoral que pueda negociar todo, incluida la posibilidad de ser candidato presidencial.
Algunos priistas sostienen que en el cambio de nombre debe desaparecer “la revolución”, pues ese “es un concepto” que ya nadie entiende.
Vale decir que en el pasado proceso electoral, las encuestas propias y la extrañas, marcaban un nivel de rechazo al PRI que rondaba del 44 al 65%, es decir, al Revolucionario Institucional le urge cambiar todo.
Hay quienes tenían una cierta esperanza de que Manlio Fabio Beltrones, Enrique de la Madrid y Miguel Ángel Riquelme, entre otros, se confabularan para “rescatar” al PRI, arrancárselo de las manos al impresentable de Alito e iniciar un proceso de renovación.
Pero tras las derrotas estrepitosas en la pasada elección, Riquelme y Manlio Fabio acudieron de rodillas con Alito y está claro que el PRI ya inició el análisis de su reforma.
Así que el partido que fue fundado por Plutarco Elías Calles como Partido Nacional Revolucionario (PNR). Refundado por Lázaro Cárdenas como Partido de la Revolución Mexicana (PRM). Refundado por Manuel Ávila Camacho como Partido Revolucionario Institucional (PRI) está a días de iniciar su “re fundación” con Alito presidente y muy seguramente dejará de ser revolucionario, a ver con que salen…
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Volviendo al tema del “olor a sangre”, eso mismo está pasando en la Uach, en donde varios empezaron a levantar la mano y diciendo “si quiero”, como si ya estuviéramos en tiempos de elección de nuevo rector.
El ruido es enorme, en círculos universitarios, en distintos grupos de watts se preguntan unos a otros a quien apoyan o como ven a fulano o a sutanito, dando por hecho que el cambio viene.
En lo legal habrá que decir que el proceso para elegir un nuevo rector se tendría que dar hasta el 2028, después del proceso a Gobernador del 27 y que quien supla a María Eugenia Campos en Palacio de Gobierno asuma y sea quien -según los usos y costumbres- dirija ese proceso para elegir al que tenga que suplir a Luis Rivera Campos.
Pero el ruido crece y hasta le ponen fecha, señalando que eso podría adelantarse a noviembre de ese mismo año o más tardar los primeros meses del año entrante.
Al preguntar a una voz de las que no se prestan a los juegos y que entiende a la perfección que una cosa es el ruido y otra la realidad, nos dice que hoy el problema “es que la realidad está demasiado oculta o demasiado evidente y por eso no la ven, por el ruido que hay”.
El juego de palabras es super interesante y más cuando va uno y pregunta en los grupos universitarios, que se suman con singular alegría a ese ruido.
Un amigo que tiene muchos años en este oficio de tundir teclas, lo explicó muy bien en una mesa de café, “hay ocaciones que el ruido lo hacen los medios, porque alguien los mueve o por que ellos está jugando su propio juego, pero hay ruidos que tienen nombre y apellido, el chiste es entender muy bien de donde surgieron”.
Así que en este caso hay que volver a dar el mismo consejo que dimos párrafos arriba, es decir, “hay quienes ya olieron sangre y la única solución es que el herido se cure”. Que lo entienda quien lo tiene que entender…
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Hay una frase que se aplica en los ranchos, cuando explican que “hay perros a los que hay que guardar cuando hay fiesta, pero que hay que sacarlos cuando hay pleito” y eso es lo que debemos de entender de Gerardo Fernández Noroña, quien no es un pendejo, ni mucho menos y él sabe a la perfección cual es su tarea dentro de la 4T.
Gerardo Fernández Noroña, fue el perro que mordió hasta el cansancio a Marcelo Ebrard, cuando “El Carnal” se rompía y hablaba de la posibilidad de irse como candidato de la oposición. Y mientras Marcelo daba señales de salirse, más ladraba y más mordía Noroña, tanto que los que estaban con “El Carnal” Marcelo, terminaron por abandonarlo y se cuadraron con Claudia.
Es decir con los de adentro, Fernández Noroña es el perro ovejero que a punta de ladridos y dolorosas mordidas, mantiene a los borregos en la fila.
Y por supuesto, es uno de los que se dedica a “mear de adentro para afuera” y es el que les tunde de lo lindo a los opositores, convertido él en el más fiero defensor de Claudia, así como en el pasado lo fue del Peje.
Hoy su queja de no le “cumplieron” el acuerdo da la impresión que tiene demasiada jiribilla, que las cosas no son tan a las peladas y que todo mundo debe de someterse al orden.
De entrada, Fernández Noroña no es candidato pluri al senado de Morena, es del Partido del Trabajo y el acuerdo de la repartición de posiciones era con los de casa y Noroña no es ningún pendejo para no entender esa pequeña diferencia.
En este momento hay quienes sostienen dentro de la 4T, que Claudia está estirando la liga, para hacer entender a todos, que la que ahora trae el “bastón de mando” es ella y que los acuerdos, aunque existieron, no necesariamente son irrompibles y por eso su perro mayor sale y ladra y hace aspaviento, para que todas las demás ovejas sigan cada quien en su fila.
¡A otro hueso con ese perro!, dirían los cómicos de la era de oro del cine mexicano o también se puede utilizar la frase aquella de “esa calavera es de muerto y a mi no me la pegan”.
Hay juego de “remanye”, como diría el viejo tango y hay gambetas y no falta el que juega como “el gato maula con el mísero ratón”, nada más que no hay que perder de vista, quienes son los gatos, quienes los perros y quien el ratón.
Claro que si cabe la posibilidad de que Gerardo Fernández Noroña está ladrando exigiendo el hueso que se merece, pero si eso fuera cierto, entonces habría que pensar que también existe la posibilidad de que esto se convierta en una manada de perros aullando pidiendo más, exigiendo más y tratando de conseguir más de lo que ya tienen, por eso da para pensar que en realidad todo es parte de un juego, donde Claudia soltó al perro y él está haciendo su trabajo, ahora ya nada más hay que esperar a ver quien es el que se lleva la mordida o si el perro sale apaleado…