*2 de Junio: el retorno de México a la sensatez política, la eficiencia gubernamental y la armonía social.
México realmente necesita en cambio positivo, tanto en el discurso político como en las acciones gubernamentales. La difícil condición vivida durante el actual sexenio, en virtud de la confrontación promovida desde la Presidencia de la República con la finalidad de generar división entre los mexicanos, impone la necesidad de dar un golpe de timón. Las elecciones del presente año 2024 son la oportunidad para lograr que retornen a México la prudencia política en su conducción y la armonía social entre los gobernados.
La controversial y beligerante forma de ejercer el poder que ha caracterizado al desempeño del actual titular del Ejecutivo Federal no solo ha tenido efectos nocivos al interior de la nación, sino también en la relación de México con otros países. Muestra de esto es el grado de confrontación al que ha llegado el mandatario mexicano al desafiar a otros gobiernos e instituciones extranjeras, motivado por intereses político-ideológicos personales.
Como ejemplos de esta actitud, hemos visto las discrepancias con Estados Unidos y Perú. En el primero de estos casos se pueden citar episodios como los del incumplimiento de contratos en materia energética, la intromisión y boictot contra la organización de la Cumbre de las Américas, y el bloqueo a la importación de maíz transgénico. En lo concerniente a la nación andina, el jefe del Estado mexicano ha protagonizado un innecesario debate caracterizado por la injerencia en las decisiones tomadas por el Congreso de ese país en relación a la detención del expresidente Pedro Castillo, a raíz del intento de Golpe de Estado que éste promovió.
Además de la errática conducción política interna y externa que ha padecido México en el transcurso del actual régimen, ha sido evidente la desatención a importantes áreas del quehacer público, pues hay un marcado retroceso en los sectores de salud, educación y seguridad. Esta perjudicial negligencia viene a sumarse a la lista de desatinos en los que ha incurrido el gobierno federal en turno. Así, las grandes deficiencias de la presente administración se sintetizan en los siguientes aspectos: 1). Ausencia de tacto y descuido de las formas, tanto en la interacción al interior -con los gobernados-, como en las relaciones hacia el exterior del país; 2). Falta de resultados, y retroceso, en tres importantes renglones de la política interna (salud educación y seguridad); y 3). Violencia verbal, imperante tanto en el discurso presidencial como en el de los principales representantes y voceros del gobierno.
Estas son las grandes asignaturas pendientes, que son percibidas como tales por un gran número de electores, y en consecuencia constituyen el argumento fundamental que justifica la corrección del rumbo de México a través del voto. El 2 de junio de este año 2024 tendremos una valiosa oportunidad democrática para hacer que nuestro país regrese al sendero de la sensatez política, la eficiencia gubernamental y la armonía social.