“Un político piensa en las próximas elecciones; un estadista, en las próximas generaciones”. James Freeman Clarke.
“Los políticos tímidos e interesados se preocupan mucho más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su país.”
Thomas Macaulay.
• BOA… ¿un artificio electorero?.
Ha sido calificado como apócrifo el “documento confidencial” –y además anónimo- dado a conocer por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su vocero Jesús Ramírez, para denunciar la existencia del supuesto Bloque Amplio Opositor (BOA), cuya supuesta finalidad es la derrota de MORENA en las elecciones de 2021 para quitarle al presidente y a su partido el control de la Cámara de Diputados, así como del presupuesto federal, y muchas de las decisiones importantes que emanan de ese órgano legislativo. La explicación que dio el presidente fue que de manera anónima “llegó” a sus manos el mentado “documento”.
En dicho “documento” no solo se señala como supuestos integrantes del bloque opositor a ex-presidentes de México, líderes empresariales, medios de comunicación, casas encuestadoras, periodistas y conductores de programas noticieros, analistas y dirigentes de partidos políticos –PRI, PRD, PAN y MC-, sino también a magistrados del TEPJF y a Consejeros del INE. Aprovechando su proverbial habilidad para manejar la comunicación política así como la innegable visibilidad que le da su investidura, el presidente parece hallarse empeñado en transmitir la idea de que se está gestando una conspiración contra su gobierno y su proyecto 4T. A pesar de la seria crisis que agobia al país entero en los aspectos económico, de seguridad, de empleo y de salud, al presidente López Obrador parece importarle más promover la confrontación entre sus gobernados que la concordia y la suma de esfuerzos para contribuir al bienestar de México. Todos los días el primer mandatario nacional convierte sus conferencias de prensa mañaneras en una permanente diatriba contra quienes él denomina sus adversarios políticos, a los que descalifica con una diversidad de adjetivos como “conservadores”, “mafiosos del poder”, “reaccionarios”, “mentirosos” y “corruptos”. Son numerosas y calificadas las voces que afirman que el discurso presidencial hoy tiene al país polarizado y dividido.
No obstante la creciente inconformidad y desaprobación que existe en importantes sectores de la sociedad respecto al desempeño del presidente López Obrador y los resultados de su gobierno, el “documento” en mención ha despertado amplias dudas y especulaciones sobre su autenticidad, por lo que se sospecha que no es más que una intriga urdida desde el mismo gobierno, con fines electoreros. El conocido periodista Salvador García Soto, autor de la columna “Serpientes y Escaleras”, del diario El Universal, de la capital del país, en su publicación del 10 de junio del presente año relata que por los datos contenidos en el PDF del “documento” de marras cuya circulación fue profusa, se ha manejado que al seguirse la pista para conocer el origen de su hechura la redacción de éste supuestamente podría haberse efectuado en la oficina de un funcionario federal de la 4T, quien es vocero de la Secretaría de Gobernación y responde al nombre de Omar Cervantes.
Los argumentos y las acusaciones que sugieren una supuesta conspiración contra la figura presidencial y su partido se derrumban ante la reacción generalizada y unánime de los involucrados en el supuesto plan conspiratorio. Los deslindes y desmentidos no se hicieron esperar por parte de las personas físicas y morales a quienes, mediante la inscripción de sus nombres en dicho documento, se les trató de involucrar como supuestas creadoras e impulsoras del “BOA”. El Tribunal Federal Electoral manifestó la absoluta falsedad de su supuesta participación en el supuesto bloque opositor, y de igual modo, Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, negó estar a favor o en contra de postura política alguna.
¿Quién podría creer la fabulosa historia de que magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, o Consejeros del Instituto Nacional Electoral, estarían dispuestos a arruinar sus carreras involucrándose en riesgosas aventuras político-electorales que no solo no les aportarían ningún beneficio directo, sino que además los harían incurrir en infracciones y responsabilidades legales, con los consecuentes perjuicios personales que tan descabellada acción les ocasionaría al menoscabarse sus prestigios profesionales, ser removidos de sus puestos y perder las atractivas percepciones económicas que reciben, así como sufrir la inhabilitación para el desempeño de cualquier cargo en el servicio público?. Nadie. Nadie en su sano juicio daría crédito a la absurda trama del “documento anónimo” divulgado por el presidente.
Por su parte, también desmintieron los señalamientos sobre su participación en el BOA, el ex-presidente Felipe Calderón; los dirigentes empresariales Carlos Salazar y Gustavo de Hoyos; los periodistas Leo Zuckermann, Denise Dresser, Víctor Trujillo y Ciro Gómez Leyva; así como los líderes de los partidos políticos Alejandro Moreno (PRI), Ángel Ávila (PRD) y Clemente Castañeda (MC), quienes afirmaron en forma categórica la falsedad de las versiones que los vinculan con el supuesto bloque opositor. Entre sus reacciones se hallan las siguientes
“No hay lugar para malas interpretaciones: somos una institución del Estado mexicano, alejados de señalamientos políticos, nos concentramos en proveer certeza y seguridad jurídica en asuntos electorales”. (TEPJF).
“Hoy un presidente por el cual voté me acusa de formar parte del ‘Bloque Amplio Opositor’, La Boa. Aclaro que el único grupo al que pertenezco es el de ciudadanos demócratas/libres/exigentes que critican al poder para que gobierne mejor y en nombre de todos”. (Denise Dresser).
“Presentan un documento cuyo origen y autenticidad desconocen. Pero me nombran (a mi personaje) como parte de un bloque opositor al que ni conozco ni pertenezco. ¿Qué sigue Andrés? ¿Allanarás mi domicilio? ¿Congelarás mis cuentas? La silla y el país te rebasaron.” (Víctor Trujillo).
El país atraviesa por la más severa crisis socioeconómica de las últimas décadas y no se ve claridad en el rumbo que el gobierno tomará para salir de ella. Los expertos prevén que en el mejor de los escenarios la recuperación de la economía y el empleo tal vez requerirá un tiempo de al menos entre uno y medio y dos años. No se ven en el mandatario nacional el ánimo y la disposición de convocar y apoyar a todos los sectores de la sociedad para sumar esfuerzos a fin de superar la recesión y recuperar el crecimiento económico. El único crecimiento que México parece registrar cada mañana es el de la polarización, la descalificación, la ruptura social y la discordia, que paradójicamente es alentado por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador mediante un discurso de marcado tinte electoral así como proclive a la rivalidad y la beligerancia, debido al uso reiterado de adjetivos e insinuaciones negativas tales como “adversarios”, “conservadores”, “corruptos”, “traidores”, “reaccionarios” “mentirosos” y “mafiosos”. La creación y divulgación del BOA, parece ser un maquiavélico artificio electorero que viene a sumarse al enrarecido ambiente político y social que en el actual sexenio vive México.