• Confrontación del Gobierno Federal con el Estado Chihuahua.
El conflicto por el agua de las presas de Chihuahua ha dejado saldos negativos que hoy son evidentes. Uno de ellos es la abierta pugna que ahora protagonizan el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus funcionarios federales con el gobernador Javier Corral. El mandatario nacional en reiteradas ocasiones ha tratado de descalificar las legítimas protestas realizadas por los agricultores chihuahuenses de la región centro sur del estado, aduciendo que éstas tienen un trasfondo político, y ha acusado a conocidos personajes políticos del PRI y del PAN haciéndolos aparecer como manipuladores del movimiento. Entre los actores señalados por AMLO figuran los ex gobernadores Fernando Baeza Meléndez y Reyes Baeza Terrazas, los ex alcaldes de Delicias, Óscar Villalobos Chávez y Héctor Baeza Terrazas; así como el diputado federal Mario Mata Carrasco, y Eliseo Compeán Fernández, actual alcalde de Delicias
Quienes hemos conocido y vivido en la zona del conflicto sabemos de la autenticidad del reclamo de los agricultores, cuya principal preocupación siempre ha sido la disponibilidad de agua suficiente en las presas, para abastecer el riego durante el siguiente año agrícola. En años de sequía, como el actual, dicha preocupación cobra mayor fuerza, y si a esto se agrega la considerable extracción de agua que la CNA ha estado haciendo en las principales presas, el asunto genera zozobra. Además, lo que todos los habitantes y ex vecinos de esa región también sabemos, y que López Obrador ignora –o finge ignorarlo-, es que tanto los ex gobernadores y ex alcaldes, como el presidente municipal y legislador federal en funciones, participan en el movimiento por razones distintas a las que el presidente pretende hacerle creer a casi todo México.
El motivo por el cual los “ex” se sumaron al movimiento es solo uno, así como también hay una única razón por la cual el legislador y el alcalde han otorgado su respaldo a la lucha, pues los primeros son productores agrícolas, mientras que los dos últimos son autoridades políticas electas por el voto popular para representar, atender y defender los intereses de sus conciudadanos. Por tales razones, resultan falsas las aseveraciones que –por falta de información o deliberadamente- ha estado vertiendo el presidente López Obrador en sus conferencias mañaneras.
El Delegado federal de Programas para el Desarrollo, Juan Carlos Loera De la Rosa, y el senador Cruz Pérez Cuéllar –ambos militantes MORENA-, quienes en un principio se ofrecieron a apoyar como mediadores en la legítima exigencia de los agricultores, hoy se han separado del asunto. El primero de ellos, incluso se ha colocado en una posición antagónica al acusar al gobernador Javier Corral como manipulador del conflicto, para asegurar su “supervivencia política” aliándose con dos ex gobernadores –en clara alusión a Fernando Baeza y Reyes Baeza-. El cambio de postura de Loera, de mediador a detractor de la defensa del agua de Chihuahua, es lógico y entendible, aunque no justificable, ya que pese a lo erróneo y carente de veracidad de sus argumentos, estos obedecen a las instrucciones que le son giradas por el Presidente de la República.
La reiterada narrativa de descalificación utilizada por el presidente de México y su delegado en el estado con el propósito de desvirtuar al genuino movimiento de agricultores por la defensa del agua de Chihuahua, ha deteriorado la relación entre los titulares de los poderes ejecutivos local y federal. Aunado a esto, durante la semana que termina la Presidencia de la República asestó otro golpe a los defensores del agua, al ordenar a la Unidad de Inteligencia Financiera el congelamiento de varias cuentas bancarias relacionadas con algunos de los protagonistas del movimiento.
La medida afectó varias cuentas para pago de nómina de los empleados del Municipio de Delicias, y otras de la Asociación de Usuarios de Riego del Estado de Chihuahua (AURECH), así como las cuentas personales de Eliseo Compeán, alcalde de Delicias, Salvador Alcántar, líder agricultor y dirigente de la AURECH, y del ex gobernador Reyes Baeza. Es indudable que la lucha por el agua ha desatado el autoritarismo, la arbitrariedad y la represión en contra de Chihuahua, con quien el Gobierno Federal sostiene hoy una confrontación inusitada.