*Ricardo Monreal en busca de la reconciliación nacional
Una de las notas distintivas en la personalidad del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es su talante beligerante. Desde el inicio de su sexenio ha mostrado una postura no solo de oposición sino también de confrontación abierta hacia ciertos grupos o sectores de la sociedad mexicana, e incluso contra gobiernos de otros países. Médicos, empresarios, periodistas, intelectuales, organizaciones de la sociedad civil, ex mandatarios, ex funcionarios públicos, así como partidos y actores políticos opositores han figurado entre los destinatarios de las críticas o ataques lanzados por el mandatario a través de su discurso, o incluso mediante acciones concretas emprendidas desde su gobierno.
Actores políticos como Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, e incluso Ricardo Monreal, líder de los senadores morenistas en la Cámara de Senadores, y correligionario político del presidente López Obrador, también hostilmente han sido atacados y perseguidos por sus posturas políticas. Con evidente violación a sus derechos de privacidad Moreno y Monreal han sido víctimas de espionaje político así como de interferencia y divulgación ilegal de sus comunicaciones y conversaciones telefónicas y electrónicas. En esto ha participado activamente y sin recato alguno, ni miramientos o respeto al marco legal, la gobernadora morenista del Estado de Campeche, Layda Sansores, leal aliada del presidente López Obrador.
Así, Ricardo Monreal ha resistido los embates que desde la cúpula más alta del el poder público mexicano se han fraguado contra su persona, y en todo momento ha señalando la ilicitud de estos actos, así como su determinación para no doblegarse ante el acoso y la represión de los que ha venido siendo objeto solo por ejercer su derecho a manifestarse públicamente en busca de la candidatura presidencial para el año 2024. Bajo tal tesitura, Monreal ha venido afirmando, con toda razón, que México necesita la reconciliación. Una reconciliación nacional que en verdad es necesaria, porque hoy el país vive un clima de discordia alimentado por los mensajes de confrontación y discordia que desde la cima del poder político se han venido vertiendo por parte del principal responsable de garantizar la buena marcha del país, la tranquilidad y la armonía social.
A propósito del tema que ahora se ventila, es pertinente referir que en su reciente asamblea anual realizada en la ciudad de Oaxaca, el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores, A. C., emitió la “Declaración Oaxaca”, mediante la cual condenó la violencia actual contra los periodistas en México así como las causas generadoras de ésta, además de considerar como un atentado a la sociedad el asesinato de periodistas, y exigir el cese a los discursos de odio que son el recurso de gobiernos dictatoriales. Con absoluta claridad los periodistas externaron sus reclamos que reflejan la innegable ruptura que hoy se percibe entre el actual Gobierno de México y el gremio de los profesionales de la comunicación; además, en el documento firmado con motivo de dicha asamblea, denominado “Declaración Oaxaca”, los periodistas manifestaron: “No aceptamos que la diatriba gubernamental exponga la integridad física de nuestro gremio. Tampoco aceptamos que al vivir en una sociedad violenta, eventualmente seamos víctimas colaterales”. Tienen razón Ricardo Monreal, los periodistas de México y muchas personas más quienes opinamos que hoy es urgente rescatar a nuestro país de la diatriba y el odio que sistemáticamente han sido emitidos desde la cúpula gubernamental causando una profunda división y peligro en la convivencia de la sociedad.