Cuatro voceros / Quién yerra? / Oficioso vacío / Van por Brighite
HORAS antes del Tercer Informe de Actividades de la gobernadora Campos Galván, fue separado del cargo su cuarto vocero, Sergio Ramírez, quien llegó con muchas cartas credenciales, pero como desconocimiento de la plaza, como se dice en el argot de la comunicación.
Varias razones son atribuibles a su salida; la primera tiene que ver con la nula previsión y reacción, ante los embates de la oposición, concretamente de Morena, más el fuego amigo al interior del Gobierno y del Partido Acción Nacional.
La idea de que políticamente el estado está perdido o entregado, no lo pudo borrar de buena parte de la percepción social; fue la propia gobernadora quien lo negó al final del informe, pero nadie lo hizo antes, ni el partido ni el gobierno.
Desde la llegada del nuevo comunicador, como ya lo habíamos comentado, Maru fue encerrada de una burbuja, a donde no tenían acceso los medios de Comunicación, ni por lo tanto la sociedad; además, dejó de asistir a eventos públicos organizados por el propio estado, como el masivo de Ricky Martín. Era cosa de cinco minutos; había 50 mil almas agradecidas, pero ni eso.
En forma adicional el Coordinador de Comunicación Social, no conectó con los reporteros de la fuente y mucho menos con os directos y propietarios medios de comunicación. Sostuvo una política de puertas cerradas y un trato despótico, en donde los subordinados, fueron sus primeras víctimas.
Fuera del tema particular de Sergio Ramírez no se puede dejar de lado, que se trata del cuarto coordinador a quien la gobernadora le da las gracias. El primero fue César Navarrete; luego Adriana Ruiz, le siguió René Sotelo y ahora Ramírez.
Son muchos cuando el sexenio está en la mitad del camino; estamos hablando que en promedio de voceros con una duración de nueve meses; poco tiempo y menos tolerancia.
Hasta dónde la comunicación para bien o para mal, es responsabilidad de la propia gobernadora, es una buena pregunta que ella o su primer círculo deberían responder en un objetivo ejercicio de autocrítica.
Quién llegará: Foráneo o local; es demasiado temprano, los perfiles estarán en análisis y discusión en estos días, mientras que Ramírez concluye el desalojo de las oficinas.
LA PRESIDENTA del Congreso del Estado, Elizabeth Guzmán, probablemente olvidó que es presidenta de un poder del estado y por lo tanto su representación, es de todos los chihuahuenses.
Seguramente por una motivación política y/o ideológica de plano no acudió al Tercer Informe de la gobernadora Campos, pese a que había confirmado y tenía su lugar reservado.
No se ha dado una explicación oficial que por lo menos, busque justificar la descortesía política de quienes preside uno de los tres poderes del estado, es decir, el Legislativo.
Se entiende que los diputados de Morena hayan hecho el vacío, así es la sensibilidad y sectarismo del morenismo y de la CuartaT; se hospedan en el pueblo, pero nunca explican el concepto de pueblo.
Mínimamente la diputada presidenta, debería despojarse de filias y fobias, por lo menos, mientras ocupe ese encargo que, hay que decirlo, no sólo representa a sus votantes guindas, si no, entonces hay que ceder la investidura para quien porte una amplia e incluyente visión.
YA QUE ANDAMOS en tierras morenistas hay que anotar que el próximo 09 de marzo, se realizará la sesión del Consejo Estatal de Morena que preside Hugo González.
Por lo que se ha señalado, en Consejo Estatal tiene varios asuntos de trascendencia en donde se enlistan las estrategias de afiliación masiva, en donde Morena quiere alcanzar un cuarto de millón de personas en el estado y la renovación de la dirigencia estatal.
El Consejo y la dirigencia estatal están por llegar a los tres años y habrá que definir si se va a renovar o a ratificar, sobre todo el Comité Estatal con Myrna Brighite Granados de la Rosa al frente a quien no quieren los crucistas, los de abajo ni los de en medio.
Un inciso pendiente para el Consejo, es la petición de 70 de los 90 consejeros, para que Granados sea sustituida, después de que abiertamente se decantó por la senadora Andrea Chávez Treviño, como precandidata a la gubernatura, lo que por obvias razones no debería ser.
La famosa carta ya está en el Comité Ejecutivo Nacional, en espera de una respuesta; veremos qué decide en la sesión el Consejo que por lo menos en el papel, es la máxima autoridad del partido.