Entregar el estado / Cambios grises / Copias chafas / Matapolicías, aguas
LA GOBERNADORA del Estado María Eugenia Campos, Galván, realizó varios cambios y/o enroques en Ciudad Juárez, en busca de un mejor posicionamiento del gobierno estatal en la frontera.
La modificación de mayor peso, es la salida del dhiaco representante estatal Oscar Ibáñez Hernández; dejó la posición a Carlos Ortiz, quien era el rector de la Universidad Tecnológica de Ciudad Juárez. En realidad, de trató de un enroque.
A la subsecretaria de Desarrollo Humano y Bien Común, la gobernadora designó a Austria Galindo, quien antes fue regidora, en lugar de Sergio Acosta.
Y finalmente, en la Recaudación de Rentas, la mandataria designó a Raúl García, tan anónimo como técnico.
Modificaciones que podrían haber sido necesarios sobre todo en la representación, en dónde Ibáñez siempre fue cuestionado, pero además, herencia de Javier Corral Jurado, resultan políticamente poco atractivas.
Luego del anuncio de las modificaciones en la frontera, se esperaba un auténtico manotazo que cimbrará, a sus funcionarios, pero no ocurrió así.
Son cambios y/o enroques, demasiado técnicos decíamos, que poco abonan en los temas político electoral, que tanto le hace falta a gobierno estatal y al Partido Acción Nacional, sobre todo en esa la frontera en donde lo perdió todo en la pasada elección. La tónica sigue siendo de entreguismo a la dictadura.
LA SUBSECRETARÍA de Movilidad, o sea, Vialidad, colocó varios vehículos siniestrados en algunas avenidas en donde se presentan de manera recurrente accidentes.
Se busca concientizar a los conductores para que se moderen la velocidad y se respeten los señalamientos de tipo vial.
Es una medida obviamente disuasiva, pero de ínfimos resultados, por lo menos en el pasado, cuando se desarrolló una estrategia similar.
Buscar el desaliento utilizando el miedo o terror, por lo general no funciona, salvó en las dictaduras; acciones terroristas, la milicia o con Trump. Eso dice la psicología de las masas.
Durante el Gobierno (estatal) de Reyes Baeza Terrazas, se colocaron unidades siniestradas o chocadas en los accesos o salidas de las ciudades de mayor población y en las casetas estatales. No funcionó.
Puede ser buena idea, pero sin resultados, sería mejor apostarle a la cultura vial y a la movilidad correcta, pero eso requiere de recursos, pero en Chihuahua no le entran ni a los semáforos destartalados, ni a pintar una raya.
EL ASESINATO del joven policía bancario de la Secretaría estatal de Seguridad Pública, ocurrido al inicio de semana deja varias lecturas.
La primera la que más preocupa, es la posibilidad de que un grupo del crimen organizado, lo asesina a mediamañana; cuando evidentemente no es un ciudadano común, desarmado, sin entrenamiento policial y sin apoyo policiaco.
Diríamos que no sería probable, pero ocurrió, entonces, en qué nivel de vulnerabilidad se encuentra el ciudadano de a pie en la cotidianidad, cuando asesinan a un policía.
La Secretaría estatal y la Fiscalía General del Estado, deberían aclarar el otro ramillete de dichos; uno su era un cercano colaborador del secretario Gilberto Loya Chávez; si traía droga o se la sembraron y confirmar o desmentir si las mantas o pancartas de amenazas en donde apareció su nombre, se referían a él o no.
Complicado por el momento; pero hay que darle la cara y entregar la verdad a una sociedad, antes de a tiempos de psicosis y terror que se padecieron hace 17 años.