Lo de TC ni Ovidio / Corrupción e impunidad, es él / Guarros militares / La extorsión municipal
JAVIER Corral Jurado el exgobernador al que ahora se le identificará como JC, mostró su verdadero rostro: corrosivo, de cobardía, prepotente, de deslealtad a las instituciones y violentador del estado de derecho.
En el fallido arresto del miércoles por la noche, llegaron más de 100 agentes de la Fiscalía General de la Ciudad de México, algunos militares y del grupo de antimotines, para salvar de la detención al imputado.
Vaya blindaje y protección a JC, que ahora por sus influencia y morenas purificaciones, se ha convertido en prófugo de la justicia y dicho por juristas, sin posibilidades de llegar al Senado, por haber perdido sus derechos y prerrogativas como ciudadano.
Provocó y a la vez permitió el uso de la fuerza; como si su condicional fuera de delincuente probado y enlistado con ficha roja de la Interpol. Digamos que Ovidio y su defensor desde Palacio Nacional, se quedaron cortos.
Requirió del rescate del fiscal patito Ulises Lara, recién titulado como abogado y más de 100 de los suyos; increíble, la realidad superó a la ficción.
Lejos muy lejos quedaron aquellos retóricos discursos del autodesignado zar anticorrupción; el mal endémico lo alcanzó; así obra en la carpeta que originó una orden de aprehensión por un presunto robo de 98.6 millones de pesos cuando fue gobernador de Chihuahua.
Es la punta de la descocida prenda de algodón, qué más habrá, seguramente demasiada podredumbre como para taponear un drenaje colectivo de la CDMX.
Para qué le aguantará la protección bipresidencial (Claudia y López Obrador), no hay cálculo exacto, como tampoco se conoce cuándo será arrestado.
Inocente, probó, valiente y digno como se presume, bien haría en comparecer de manera voluntaria ante la justicia de Chihuahua, aunque utilice pañal de adulto.
Eso de que es venganza y persecución política; es repetir la narrativa del otro ex, César Duarte. A ninguno de los dos les ha creído el sabio pueblo de Chihuahua.
SIN DUDA que JC sabía que en cualquier momento sería ubicado para ser aprehendido, acusado de corrupción y tras orden emitida por un juez de control de Chihuahua.
Quién le dio el pitazo al exgobernante, es una buena pregunta que la Fiscalía General de Justicia, debe de responder, si se toma que desde dentro se han señalado a varios del equipo del exfiscal Peniche, que por algún sano interés al sido muy comunicativos con JC.
En el fracasado arresto, el nuevo JC contaba con equipo mínimo de seis personas que fungieron como escoltas y que inicialmente lograron que no fuera detenido.
Sin uniformes, de aspecto militar y con armas largas lo que permite concluir que no eran guarros cualquiera. Un mensaje muy perverso desde régimen. Ojalá y en otro intento no vaya a ser rescatado por las fuerzas militares de élite.
SÓLO por curiosidad y de una vez para mayor fundamentación social, el municipio de Chihuahua debería tener algún estudio, para conocer la disminución de la inseguridad y violencia generada por las multas que impone a quienes interpretan narcocorridos y de violencia contra las mujeres.
Desde el año pasado a la fecha el Municipio ha recaudado casi 10 millones de pesos por estas sanciones.
El recaudó puede ser destinado a las mejores causas sociales, pero la inseguridad y violencia no disminuye en la capital ni en sus secciones municipales.
La percepción social indica que nadie sabe a dónde se van los 10 millones recaudados y con razón, cuando pese a la tecnología y tener la policía mejor de Latinoamérica, no bajan lo asaltos ni los mertitos.