El asalto al Cereso / ¿Y Maru, Gil y el Fiscal? / Refuerzos que descobijan / Tres en la capital
EL PARTE oficial desde la Fiscalía General de Justicia, dice que durante el motín y fuga en el Cereso Tres de Ciudad Juárez, fueron 10 custodios los que fueron asesinados y cuatro reos. 24 internos se evadieron.
El parte que no es oficial de testigos y algunos militares, hablan de que el número fácilmente se puede duplicar entre custodios, reos y tres civiles que fueron alcanzados por las balas durante la fuga. Ellos estaban en espera del acceso a la visita dominical.
Esperemos a conocer el informe que se supone hoy al mediodía, rendirá la mesa interinstitucional de seguridad en la frontera.
Quienes narran los hechos aseguran que aquello fue un infierno. Llegaron al Cereso por lo menos seis vehículos, tres de ellos blindados. Abrieron fuego por la puerta de acceso a internos y aparentemente, con una arma muy potente, probablemente una bazuca, derribaron la puerta y penetraron.
El Cereso se convirtió en un infierno, fuego de dos flanco en contra los custodios y aparentemente otros disparos provinieron del interior de dos celdas, en donde había una docena de armas largas, alcohol, equipo táctico y drogas.
Todo planeado a la perfección por parte de un grupo del crimen organizado, tenían demasiada información del interior; del exterior de sobra.
El comando de asaltó sabía que en una madrigada del primer día del año, habría poca resistencia o que les presentaría la mínima.
Habían minado el interior, seguramente en base a derrama muy fuerte de dólares, amenazas y hasta la muerte.
Este tipo de eventualidades suelen pasar, pero no deberían. La corrosión, corrupción fue la madre que generó el asaltó, las muertes y las fugas.
Ellos sabían también que el secretario de seguridad Pública Estatal Gilberto Loya, no estará al pendiente ni al mando, como tampoco el fiscal general del Estado, Roberto Fierro Duarte y menos la gobernadora, María Eugenia Campos Galván, quien llega a tres semanas sin actividades públicas o tal vez, fuera del país. Sólo publicó un videíto para cubrir las apariencias.
Muchas preguntas y pocas respuestas; veremos a partir de este día cuáles y cuántas cabezas ruedan, en otra batalla que se pierde.
CIENTOS de policía estatales, fueron enviados con carácter de urgente obligación, desde la mañana de ayer a Ciudad Juárez, para reforzar la vigilancia en la frontera.
El despliegue incluye equipo de detección de armas, drogas, un helicóptero, el equipo Swat para intervenciones de alto riesgo y personal de apoyo que operaba en la zona centro y sur de la entidad.
Los refuerzos son necesarios, eso es indiscutible, luego del asalto al Cereso y la fuga de 24 reos de alta peligrosidad vinculados al grupo de Los Mexicles.
El problema se presenta para las regiones que se descobijan, mientras que no se clarifica la participación de los miles de militares y guardias civiles que se han enviado a la frontera y otras ciudades.
La carga en realidad es para las policías locales, los estatales y los ministeriales. Por lo menos así se visualizó en el motín-fuga de Cereso.
PROPORCIONES guardadas, pero el rojo amanecer del 2023, también pegó a la capital, en donde dos personas fueron asesinadas en su domicilio y luego la vivienda fe incendiada en la colonia Villas del Real.
Un hecho más de sangre, se presentó luego de una discusión entre dos amigos de parranda, en donde uno le disparó al otro con una arma de fuego.
Tres hechos de sangre, en unas horas en la capital, más los que por desgracia se puedan presentar.
Son temas que alguien dirá no deben estar en análisis políticos y sociales, pero no dejan de ser una realidad con incidencia en la armonía de la sociedad.
Se quiera o no representan un mal inicio del año en esta violencia exponencial y endémica que se presenta en Chihuahua.