Maru también quiere volar -¿Alcanzará a Corral? -Los puentes de Marco -Duarte del hospital a casita
EL EXGOBERNADOR Javier Corral Jurado, realizó en cinco años cerca de mil vuelos nacionales y al extranjero en su fallida administración estatal, desde luego que en la flota aérea de Gobierno del Estado.
Ayer la gobernadora María Eugenia Campos Galván, publicó en redes sociales digitales, que se encontraba en la Ciudad de México, concretamente en la representación de Chihuahua cuya titularidad le corresponde a José Serrato Castell, hermano de Luis, el secretario del gabinete del Gobierno del Estado.
En comentario aparte, llama la atención que un sonorense sea el jefe del gabinete, y el otro su hermano, sea el representante del gobierno de Chihuahua en la CDMX, bueno, seguramente alguna razón de fondo habrá, pero se oculta.
Volviendo a Corral, en cinismo manifiesto, toma la publicación de la gobernara, luego escribe que: “las millas de la gobernadora siguen en acumulándose hoy tocó de nuevo la CDMX”.
Se quiera a no Javier Corral tiene razón, Campos Galván se ha distinguido por realizar constantes viajes nacionales y al extranjero; por cierto, el exmandatario no registró que antes de la CDMX, la gobernadora estuvo en Querétaro.
El problema lo hemos dicho, no son los viajes por sí mismos, incluso los de Corral Jurado, el quit del asunto es que no hay resultados, se trata por lo tanto de turismo gubernamental, cuando el estado atraviesa una crisis financiera.
El caso es que, como expresara algún panista defensa de Maru, la culpa de los viajes de Maru los tiene Corral por no haber vendido la flota aérea propiedad del gobierno estatal promesa en falso desde la campaña, lo que como chiste suena bien.
Corral paso la mitad de su quinquenio en el cielo y la casi la otra mitad en tierra, entre restaurantes, cafecitos de la franquicia cara, bares y fue obvio, en las canchas de tenis y campos de golf.
Esperemos que con la gobernadora Campos, no vaya a ocurrir lo mismo. Otro sexenio (o quinquenio) de terror, ya no lo soportaría la sociedad chihuahuense. Dicho desde el empresariado, cómo se le diría entonces no, a Morena.
SEGURAMENTE el alcalde de la capital, Marco Bonilla Mendoza, anda muy ocupado o muy estresado con tantos primeros informes, que ha ofrecido a los chihuahuenses.
Ayer anunció que colocará mallas de protección en los puentes de la ciudad, para evitar que sean utilizados, sobre todo por jovencitos, para que se lancen contra el pavimento, en busca de quitarse la vida.
En este primer año de administración en el registro periodístico registra tres intentos, en donde gracias a la intervención de agentes de la Policía Municipal, se evitó que buscarán la muerte bajo estas circunstancias, si es que en realidad buscaban hacerlo.
Bien por la intervención de los polipreventivos, pero no es ahí en donde está el problema. Chihuahua como estado se ubica entre los tres primeros desafortunados lugares en este tema.
Causas existen muchas, desde los trastornos psicológicos depresivos, la soledad, disfunción familiar y muchos, pero los puentes ni causa ni consecuencia.
No son el lugar ideal; si se les quiere colocar una malla de protección, será cosa del alcalde, una ocurrencia que en nada aporta en este flagelo.
Sería como pensar que cambiando de placas vehiculares, se terminaría con la violencia e inseguridad en el estado, ya se hizo y nada pasó. Sólo quedó en una acción recaudatoria como desde que se anunció se comentó.
EL EXGOBERNADOR César Duarte Jáquez, fue ingresado en la mañana de ayer a un hospital privado para valoración médica y probable intervención quirúrgica, en la zona cervical de la columna vertebral.
Al parce se trata de secuelas del accidente aéreo que sufrió antes de finalizar la administración, cuando se desplomo el helicóptero en el que viajaba a unos metros del aterrizaje.
La hospitalización tendría esas causas, es lo que se conoce hasta hoy, pues la Fiscalía General del Estado, nada ha dicho al respecto y mucho menos a mostrado la autorización del juez de la causa para que así sucediera.
Por lo tanto las especulaciones giran en el aparente retiro de la medida cautelar de prisión preventiva para el exgobernador y mandarlo a llevar su proceso en casita, bajo las consideraciones de que por su estado de salud, debe ir a casa.
No sería descabellado, mucho menos, montar un teatro de este nivel; sería cosa de encontrar un par de firmas de médicos especialistas, más la voluntad del juez y de la gobernadora para que ocurre. En fin, aparece la sobra del pasado reciente.