El río se desbordó -El mundo reclama -Juanca sube y recula -Corral festeja y calla
EL ASESINATO de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, no debió haber ocurrido, como tampoco ni una sola muerte de personas inocentes, menos los de buena voluntad.
Dos curas que llegaron a la sierra tarahumara a principios de los años 70s. Para hacer el bien.
Dos hombres de fe que fueron asesinados en el interior de la Iglesia del lugar, por alguien que seguramente no le teme ni al Diablo.
Estaban en la hora y lugar correcto. No se puede afirmar lo contrario. La muerte llegó tan sorpresiva como instantánea.
Quien los acribilló, bajo los efectos o no de las drogas, nunca dimensionó el dolor que ocasionaría a sus familias a sus feligreses, a la comunidad jesuita y a la Iglesia Católica.
Mucho menos el daño que causa al Chihuahua y al país entero.
Hoy el mundo le reclama desde la ONU y el Vaticano al Gobierno Mexicano, el asesinato de los jesuitas, le exige el esclarecimiento y que imparta justicia.
Piden también garantías (de seguridad), para los sacerdotes y para los grupos vulnerables que precisamente atienden, sobre todo en la sierra tarahumara.
Exigen un alto a la violencia y a la impunidad. Las repuestas seguramente no llegarán. Desde la mañanera sólo evasivas y culpas como siempre al pasado.
Chihuahua de nueva cuenta en la ojo de mundo, lamentablemente para mal, gracias al entreguismo.
Los lugareños de estas comunidades, saben quién son y hasta donde están. No denuncian por temor, por trabajo o por dinero.
En los gobiernos también los conocen y hasta los clasifican por objetivo con número, pero nada pasa, la pregunta es, sí también es por temor o por dinero.
JUAN CARLOS Loera de la Rosa, el súperdelegado de Bienestar, se le fue a la yugular en contra de la gobernadora María Eugenia Campos Galván, por el asesinato de los curas jesuitas.
El su Twitter, en resumen, responsabilizó a la gobernadora Campos Galván, del crimen de los sacerdotes.
Y más cuando se enteró de que, la gobernadora ya había hablado del tema con el secretario de la Defensa Nacional, el de la Marina, el de Gobernación y la Seguridad Nacional.
Significa que los secretarios de Estado, ya tenían otros datos, ni hablar, un intencionado resbalón.
De hecho Loera de la Rosa, se presentó al rueda de prensa convocada por la Campos Galván; seguramente no fue por gusto.
PARA no salir del lamentable tema, desde la Ciudad de México, los “intelectuales” amigos del exgobernador Javier Corral Jurado, dicen que primero brincó de alegría por los crímenes de los sacerdotes y luego cayó.