*Estado privatiza unidades deportivas
*Tepo símil de la Guevara -Maru se las cobró
*PAN por la vida
*Corral y curas desestabilizadores
ALGO ESTÁ no convencional está sucediendo con algunas instalaciones deportivas -esperemos que no en todas- de las instalaciones que se supone son de todos, pero que administra el Gobierno del Estado.
El Instituto Chihuahuense del Instituto del Deporte y Cultura Física del gobierno estatal, ha entregado a particulares las instalaciones deportivas a particulares, seguramente bajo algún argumento jurídico para que las administren, incluyendo el mantenimiento, lo que supone un ingreso económico para el Instituto y desde luego para particulares.
Dicho de manera clara, la institución gubernamental renta las instalaciones deportivas que pertenecen a todos los chihuahuenses para que particulares las arrenden o subarriendan a los interesados en torneos y otras competencias.
Ya sucedió con el complejo deportivo, conocido como Díaz Ordaz en donde el Gimnasio Rodrigo, M. Quevedo, y sus canchas ya son administrados por una empresa particular.
La orden viene desde la directora del Instituto del instituto estatal del Deporte, Teporaca Romero del Hierro, de quien por cierto dicen que se ha convertido en la Ana Guevara de Chihuahua; en el sentido de que es muy buena deportista pero del deporte poco o nada sabe.
Hay que ver si entregar instalaciones deportivas a particulares y quitárselas a los deportistas locales, es una estrategia del Plan Estatal de Desarrollo de la gobernadora María Eugenia Campos Galván o un negocio del Instituto del Deporte.
Dicho de paso para nadie resulta un secreto, que la priísta Romero del Hierro, supuesta beneficiaria del duartismo, está en la lista de renunciables del gabinete extendido de la gobernadora Campos Galván.
POR CIERTO que sin duda la gobernadora del Estado María Eugenia Campos Galván, se las cobró muy rápido a las feministas el pintarraje de Palacio de Gobierno y en especial la leyenda que dice “Maru no te hagas….”
La respuesta propia de la mandataria fue en el sentido de que las puertas están abiertas y face to face hablamos de cualquier tema, bajo la consideración de que la propia gobernadora ha sido víctima de persecución, tortura sicológica, violencia política y de género por parte del exgobernador, Javier Corral Jurado.
En ese escenario por cierto, ninguna feminista, por lo menos las que el 8M marcharon, alzaron la voz en a favor de Campos Galván, por qué no; esa respuesta les corresponde a ellas.
Fuera de estas consideraciones e incluso del discurso oficial de puertas abiertas de la gobernadora, lo interesante es que la respuesta real, llegó 48 horas después desde el Congreso del Estado.
El Grupo Parlamentario del PAN, mandó por ahora, a la congeladora la iniciativa de Morena para legalizar el aborto, pero además y probablemente en un mensaje muy claro, los diputados locales de Acción Nacional, salieron de recinto para apoyar a los manifestantes a favor de la vida y la familia.
Más claro que el agua, la amable recepción y la deferencia de los diputados panistas evidencian de manera clara que, van en contra de las feministas que vandalizaron en Palacio de Gobierno, otros edificios públicos y hasta empresas privadas.
Maru sin dudas se iba a cobrar la leyenda en su contra. Los diputados fueron artífices.
QUIENES observan desde dentro y fuera del estado, dicen que siempre sí, el exmandatario y sus izquierdistas beneficiados grupos son los responsables del ataque a edificios públicos y privados desde grupos anárquicos extremos financiados por el corralato.
Los autores intelectuales aparentes de de los destrozos fueron financiados desde la izquierda radical encabezados por Corral y exfuncionarios, incluyendo a dos sacerdotes marxistas, por Lucha Castro y hasta Juan Carlos Loera, el súper y resentido delegado de Bienestar.
Ese es el dicho con razón o no; los activistas de Corral incluyendo a morenistas, y hasta el senador millonario Gustavo Madero, están desplazados de la nómina estatal actual.
Busca desestabilizar y avanzan, mientras la impunidad lo permita, sucederá.