La deportación anunciada de ilegales está generando una especie de psicosis colectiva, están como esperando nada más el 20 de enero para ver las oleadas de migrantes en la frontera y el drama humano en torno a mil historias personales de terror o angustia. El instinto de manada tiene lógica; se dice que las sentaderas y el corazón avisan, es lo que está sintiendo la gente.
El fenómeno social es también contradictorio, desde los países centroamericanos expulsores apresuran la migración esperanzados en llegar al norte antes de la fecha fatídica, como si a partir de ahí cerraran las fronteras o una vez llegados a la meta ya estuviesen a salvo. Esa conducta supone que la prisa de millones por salir de sus empobrecidos y violentos paises es mayor al temor del ogro que los amenaza.
Son las condiciones de tormenta perfecta para un cinturón de miseria en la frontera norte; por una parte los echarán del Imperio, por la otra seguirán llegando por cualquier medio, aún a riesgo de su vida. En las ciudades fronterizas quedarán miles, quizás millones, atorados durante años, intentando sobrevivir con lo que tengan a su alcance. A los desposeídos migrantes ilegales de hoy les negaron hasta el derecho a la esperanza. Tiempos crueles.
Están solos, sin más que su deseo de vivir. La crisis humanitaria que viene no tendrá visibilidad internacional, no la que merece. Hemos ignorado el genocidio en los territorios palestinos, el sufrimiento ucraniano, las víctimas del crimen ¿qué puede importarle a la comunidad internacional la suerte de los migrantes latinos arrojados en un sobaco del mundo?.
Pero en México ya tenemos el problema en puerta, sólo falta que la realidad nos diga en qué magnitud llegará. En la que sea, ningún municipio tiene capacidad de atenderlos, ni recibiendo asistencia de los gobiernos estatales. Es más, el mismo gobierno federal no sabe qué hacer, el canciller de la Fuente deambula entre los consulados mexicanos en Estados Unidos, llevando un mensaje de confianza que a nadie convence.
Las primeras víctimas, por supuesto, serán los migrantes deportados que terminarán en campos precariamente habilitados donde sufrirán el rigor del invierno norteño, desprovistos de los servicios mínimos para paliarlo. Y si la magnitud excede las expectativas miles serán condenadas a sufrir, obligadamente, en condiciones inhumanas. ¿Cómo atender a los nacionales deportados y a los extranjeros que se quedarán aquí, si nuestros gobiernos no pueden atender, de bien a bien, a los ciudadanos legalmente establecidos durante generaciones?.
Esas personas necesitarán alimento, desahogar necesidades fisiológicas, espacios donde dormir sin peligro de hipotermia, mínimos servicios de salud, ¿quién les proveerá de manera segura y constante?. Quizás unos días o semanas los ayuntamientos, en el caso Chihuahua el gobierno del estado asumirá su parte, ahora que Maru está en buenos términos con CSP, pero atender el flujo migratorio programado en toda la frontera norte del país es una tarea que supera las posibilidades del Estado Mexicano. Están y estamos jodidos.
Junto con las arribadas progresivas de migrantes vendrán los conflictos sociales en las ciudades que reciban a los contingentes mayores, entre las que se encuentra Juárez. Las molestias naturales de la gente porque ya ocuparon esta plaza, aquel espacio, están cagando donde pueden, entran a robar, les ofrece trabajo y no quieren. Trump preparó un caldo propicio para conductas racistas.
La probadita que tuvo Juárez con las deportaciones pasadas dejó una tragedia humana de 32 migrantes que murieron quemados o asfixiados y a la frontera herida, vaya viendo como será la que viene a partir del día 20. Y sólo por mortificar, ¿dónde están senadores, diputados y alcaldes del oficialismo, tan enamorados de Juárez y Chihuahua, envueltos en la falsa narrativa del mal llamado humanismo mexicano?. Por favor no los distraigan, están en lo suyo, la politiquería electorera.
Rompeolas
La miseria humana y los malos hígados son contagiosos, Miguel Riggs es un ejemplo. Tanto se pegó a Corral que terminó asimilando su vileza. Si ya cometió la estupidez de exhibir su bajeza contra la síndica del ayuntamiento local, en desliz de improperios inocultable, ¿cómo se le ocurre, al insensato, subir un video donde en vez de pedir disculpas asume un discurso retador, acusando de corrupto al partido donde creció y del que su madre fue referente?. Si tu profesión de fe demagoga no te permite ofrecer disculpas, el silencio hubiese sido menos denigrante para ti, expones tus malas entrañas.
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“Estos grupos criminales no solo aterrorizan a Estados Unidos, sino que aterrorizan y, de alguna manera, socavan al gobierno mexicano y a la salud y al bienestar del pueblo mexicano… lamentablemente también tienen un control operativo funcional sobre grandes franjas de las regiones fronterizas entre México y Estados Unidos. Es un hecho desafortunado y es algo que tendremos que enfrentar con nuestros socios en México”: Marco Rubio durante su comparecencia de ratificación como Secretario de Estado, ante el Comité de Relaciones Exterior del Senado. Trágame tierra, ya no son promesas sino la palabra empeñada del próximo número dos del Imperio. Y el gran abrazador de criminales despachando en oficina adjunta a la presidencia, según Zedillo. Ay nanita, yo mejor me voy a Aldama.