No tenían cara de muy felices, los diputados del PRI, cuando se formaron en línea para informar que no acompañarán al PAN en la reforma judicial. Más bien parecían obligados, instruidos, suelen decir ellos, por la dirigencia nacional. La víspera, Alejandro Domínguez anticipó la rebelión con un reproche a Palacio; “a nosotros no nos consultaron”, dijo sobre la iniciativa, haciéndose el interesante.
En nada extraña, es el PRI de alito bien representado por Graciela Ortiz y Alejandro Domínguez en Chihuahua, ven una oportunidad de “sacar” y la toman con devoción de catecúmeno en su primer visita al templo. Es el otro PRI, aprendió de inmediato su nuevo papel de partido rentista, lo que por décadas fue el PT, el Verde y otros que desaparecieron en el camino, y lo está ejerciendo.
Obviamente la supuesta rebeldía tiene que ver con la pretensión de participar en la distribución de jueces, quieren su parte del pastel y si de pasada tazan en pesos y centavos los juzgados que pudiesen recibir, pues sería un extra. También, apúntelo desde ahora, cabe la posibilidad de que sea el inicio de un cambio radical de rumbo, pasando de rojo a guinda, a fin de cuentas en cromática es sólo cuestión de grado.
Los analistas de Palacio tienen que leer correctamente la posición de sus “aliados”, entender por ejemplo que no son los diputados, ni siquiera Alejandro como presidente del PRI, es más ni Graciela Ortiz tripulando a Domínguez. Esta posición viene directamente desde alito, a ese nivel ha bajado el impresentable dirigente nacional del PRI, esperando regalías en los estados donde, como Chihuahua, su partido tienen fuerza relativa en los congresos.
El problema para ellos es que, estirando de más, podrían reventar la liga y quedarse sin nada. ¿Han pensado, por ejemplo, en que la reforma judicial podría ser una primera votación conjunta entre las dos fuerzas mayoritarias, es decir Acción Nacional y Morena?. No está descabellado, también los de Morena tienen rienda y al PAN le vendría mejor negociar con una fuerza mayor que hacer malabares onerosos con las menores.
El momento es complicado para el gobierno local, una ruptura formal con el PRI complicaría la gobernabilidad del Congreso, primero, y después dificultaría el accionar del Ejecutivo, tanto en lo referente a la Reforma Judicial, motivo de al presente discordia, como en asuntos relevantes que reclamen las dos terceras partes.
Desde luego que hay motivos para encender alarmas, pues además de la rebelión priista, a la diputada Nancy Frías, conocida por “la china”, le dio por declarar que podría renunciar al PAN, si continúa alejándose de sus principios. Muy puritana la diputada Frías, justamente cuando la Legislatura podría entrar en crisis. Al cierre del año, este es sin duda el mayor tema político.
Rompeolas
La gobernadora Campos y el alcalde Pérez Cuéllar hicieron lo impensable en Ciudad Juárez. El gobierno del estado, tras décadas de abandono, decidió concentrarse en el transporte de la frontera y puso en marcha dos rutas troncales, trabajo al que Santiago de la Peña ha dedicado mucho tiempo. El caso es que consiguieron lo imposible y lo echaron a volar en excelentes términos, como nadie pudo antes. El punto es que la gobernadora y el alcalde inauguraron la segunda ruta troncal, siendo que habían tenido dificultades para trabajar juntos. Bien por Maru, compartir créditos con un alcalde tozudo de trato difícil, es un signo de generosidad política. Y si, sobrarán quienes vean en ese gesto señales hacia el 2027, la eterna tarea especulativa. Se me hace ojón para ser paloma, pero es claro que admite los más variados comentarios.
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Alfredo Chávez no titubeó al mandar de mensaje un rotundo NO contra lo que llama “Pensión estratosférica” de los magistrados. Quieren una liquidación especial, sabiendo que gravan el ya de por si presionado sistema pensionario. ¿De cuánto? Al rato sabemos, pero lo señores jueces y magistrados no pueden estar exigiendo más allá de lo que por ley les corresponde. Al hacerlo dan la razón al tlatoani del pasado. La contrarreforma al Poder Judicial no tiene reversa, debieron defenderla en las calles cuando era posible suavizarla, ahora no hay remedio, cabrestean o se ahorcan. Y si, es un exceso pedir pensiones especiales, quiénes son para exigir un trato de privilegio con relación al resto de los trabajadores.
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La confrontación pública (la privada es peor y lleva años) entre Adán Augusto López y Ricardo Monreal, los representantes del “movimiento” en el Congreso, permite varias interpretaciones y ninguna favorece a la presidenta CSP. O es una bravuconada del Adán Augusto cumpliendo caprichos de la senadora (lo insinuó Mario Maldonado, columnista de El Universal), o es un plan meditado para tirar a Monreal, o es la vocación rijosa de la izquierda peleando por pelear, o es un complot del ex para debilitar más a la presidenta e ir preparando su regreso, “porque el movimiento lo reclama”. En cualquier caso la presidenta queda como una voz más de reparto, muy lejos del papel protagónico que le corresponde asumir por definición de cargo. Si a quien corresponde mandar no manda, ¿entonces quién está mandando?. CSP necesita imponerse y pronto, de no hacerlo terminará despedazada por las tribunas radicales antes de llegar a mitad del sexenio.