Mario Vázquez recuperó el video de cuando anunció, en la Tribuna del Senado, que Javier Corral traicionaría a Morena y lo hizo mover en redes. No es que tenga cualidades clarividentes, él conocía lo que muchos chihuahuenses; la tendencia patológica de Corral hacia la traición. El exgobernador es un ser de tal, pero de tal miseria humana que sólo reconoce dignidad en sí mismo y en sus queridas mascotas. Todo lo demás es desechable, por tanto en su mente de ninfo las traiciones son ejercicios de reivindicación a su persona.
Así se ve de pie frente al espejo, como el campeón de la congruencia, de la dignidad humana, el impoluto de mente y espíritu superiores al que nadie es digno ni de cargar su maletín. Los hechos, para su desgracia, describen a un político trepador e inescrupuloso que cambia de principios con la misma facilidad que de ropa interior; a un gobernante vengativo, mitómano, perezoso, corrupto e incapaz de mostrar un gesto de solidaridad hacia sus amigos, si ello le sugiere compromiso mínimo.
Antes que Mario en la Tribuna del Senado, muchos pronosticamos la traición de Javier Corral al régimen, entre ellos un servidor. Escribí al respecto desde que coqueteaba con Movimiento Ciudadano y, desde luego, cuando lo reclutó el tlatoani como nuevo discípulo del populismo. Esta sí, era como la “crónica de una traición anunciada” en la que muchos advertimos anticipadamente que sólo buscaba un medio para llegar al senado o la cámara de diputados, sin cuyo fuero sería llevado a prisión.
Esta última parte la confirmó ayer Gerardo Fernández Noroña, otro senador impresentable, cuando dijo lo que, volvemos a lo mismo, la clase política ya sabía; la manipulación de la Fiscalía de la CDMX para impedir el encarcelamiento del exgobernador. Y Corral nos dio la razón en su réplica a Noroña: “No estoy aquí por obediente, fui invitado como aliado político de la doctora Claudia Sheinbaum”. Después ratifica los términos de la traición: “espero que en Morena haya espacio para la reflexión, la crítica y el disenso. Me parece que debemos alejarnos de esta pretensión de ser un grupo cerrado que oye, calla y obedece”.
Corral es narcisista y traidor patológico, no pendejo. Sabe que al llamar a Morena “grupo cerrado que oye, calla y obedece” entra en la desobediencia absoluta y en consecuencia firma los términos de su traición. ¿O es que se acaba de dar cuenta del feroz autoritarismo del régimen al que se alió?, ¿Olvidó, acaso, la consigna 90 por ciento leales y 10 por ciento capaces?. No, sabía que al aceptar el cargo contraía la responsabilidad de todo súbdito: obedecer sin preguntar, pero fingió devoción al tlatoani y a su juanita para salirse con la suya. ¿Porqué no hizo antes declaraciones así?. Porque nunca hubiese llegado.
En la jugada más osada, lo dije ayer antes de conocer su réplica a Noroña, apuesta por una ruptura entre Claudia Sheinbaum y el pasado innombrable. Hoy me da la razón: “con mi formación (la de critico rebelde) estoy colaborando para que el proyecto de la Doctora sea exitoso”. Palenque y los radicales, que no se chupan el dedo, tomaron nota; les está diciendo “del expresidente y de ustedes ya conseguí lo que quería, no me importan más, ahora yo voy con la Doctora”. El asunto es que también “la doctora”, como se refiera a CSP en tono zalamero, se ha dado cuenta de su propensión al engaño y la traición. Con el diferendo entre él y Noroña, ahora conocen en México de primera mano lo que hace décadas sabemos en Chihuahua; que Javier es Corral y Corral es Javier.
Pronto será senador independiente, querrá congraciarse con CSP pero ella lo usará a discreción, segura de que no es confiable. En ese tiempo los radicales le caerán con sus sus odios, instruidos por el ex presidente ofendido. Si consigue sobrevivir a la feroz ofensiva, intentará desesperadamente refugiarse en MC o colgarse de cualquier clavo ardiendo con tal de mantener fuero. No podrá, para entonces será víctima de su propia vileza y pasados los seis años terminará como desecho político, sin amigos y brindando con sus mascotas. Es el destino de todos los traidores.
Rompeolas
La gobernadora Maru Campos se puso generosa con Ciudad Juárez. En el presupuesto del año que viene están contemplados 25 mil millones de pesos para la frontera, cinco mil mas que los ejercidos en el presente año. Agregue que instruyó a Santiago de la Peña para que ponga en actividad la ruta BRT-2 que tanto estaba esperando, un logro que muchos juzgaron imposible, y aceptará que Maru está más comprometida con Juárez que la mayoría de los gobernadores. Hace bien, esa ciudad necesita mucho apoyo estatal, los últimos presidentes municipales salieron muy buenos para la grilla y para meter la mano al cajón, pero no hicieron nada por la esforzada ciudad. Ahora sólo falta que concrete los cambios de funcionarios, con los que están hoy en la representación, la Junta de Aguas y recaudación, ninguna inversión puede lucir.
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Con esas muestras de amor a Juárez, los chihuahuitas se preguntaron y nosotros qué ondas. Híjole, me temo que la respuesta sería ustedes son de casa. La verdad es que tampoco acá falta compromiso del gobierno estatal, sólo que se nota menos porque Bonilla ha sabido hacer una buena administración con los recursos disponibles, mientras Pérez Cuéllar ocupa su tiempo en la politiquería sucesoria y desatiende la ciudad.
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Ya que trajimos a la gobernadora, muy interesantes sus comentarios en la cena con medios. Hizo una reflexión política sobre la importancia de estar en buenos términos con CSP, como lo está, a fin de que la entidad no sea marginada por la Federación. Mucho se esfuerza Maru en mantener esa relación. Pero el que salió levitando de la cena fue Sergio Ramírez, coordinador de Comunicación Social. La gobernadora le brindó un cebollazo que jamás recibió en público ningún otro coordinador. Con el espaldarazo inesperado, Maru disipó insipientes grillas contra Ramírez.