Conocido el resultado de Jorge Ramos como nuevo presidente del PAN, lo primero que hizo Claudia Sheinbaum fue insultarlo. Usó un párrafo publicado en el libro de Felipe Calderón, donde asegura que Romero es famoso por casos de corrupción, recibir dinero ilegal de ambulantes y secuestrar el padrón del PAN, agregado el tono personal del cartel inmobiliario. La presidenta no necesitó aplicarse con denostaciones propias, aprovecha las de panistas encumbrados como Calderón.
Puesta en un lado la vileza de CSP, presidenta de todos los mexicanos que asume papel de líder partidista, son los mismos panistas quienes nutren el exceso mañanero de la presidencia. Sus principales dirigentes llevan años en una espiral decadente, sin visos de salida. El deterioro es constate a partir de la última década y sin embargo los mismos siguen ganando y ganando elecciones internas. ¿Cómo entenderlo?, son los dueños de la militancia y la nómina, renteros del padrón.
Podríamos remontar la caída del PAN hasta Vicente Fox, cuando la corrupción de sus famosos amigos y la frivolidad con que asumió el poder. O situarla en Felipe Calderón, la derrota contra Peña Nieto y los desaciertos en la elección de dirigentes nacionales. ¿Recuerda su pleito con Espino, inculto trepador hoy devoto del populismo, y la imposición de César Nava?. Existen argumentos para trasladar hacia sus victorias más sonadas el origen de la decadencia, pero aún reconociendo los graves errores de sus únicos dos expresidentes, yo situó el inicio de la caída en un personaje chihuahuita de historia torva, Gustavo Madero.
Alimentando ambiciones presidenciales, Madero traicionó a Felipe Calderón en la elección presidencial del 2012 y encumbró a un joven diputado queretano al que muy pocos conocían entonces, Ricardo Anaya, al que hizo secretario general del partido y después, seguro de que podía tomarlo de su pelele, lo impulsó a la presidencia del CEN. Pésimo cálculo, lo primero que hizo Anaya una vez instalado en la presidencia fue traicionar a Madero. Pensó que lo nombraría coordinador de la bancada y que de ahí gobernaría el PAN.
Nada, ni una ni la otra, Anaya dejó de coordinador a otro diputado desconocido, cuyo máximo logro había sido la dirigencia de los jóvenes, Marko Cortés. Lo que no pudo hacer Madero, lo hizo Anaya, manipular al heredero. Así terminó el corto ciclo de uno y empezó el de otro. Con la elección de Jorge Ramos como tercero en línea directa del grupo anayista, conocidos entre sus colegas como los “padroneros” por haber secuestrado el padrón, pretenden consolidar una dinastía. El CEN les pertenece, ni los exgobernadores han podido quitárselo.
Anaya empezó los abusos nunca vistos. Cuando Margarita Zavala estaba por arriba de las encuestas sobre López Obrador, precampaña del 2018, Anaya secuestró la candidatura aprovechando la presidencia del Partido, con el estribillo de que primero era la unidad y después el candidato. Zavala era la candidata natural pero él prefirió que renunciase al partido, antes de renunciar a sus forzadas aspiraciones. El PAN llegó a la elección del 2018 partido en dos, con Zavala salió su esposo. Seguro de la candidatura, Anaya entregó la presidencia al joven Cortés y éste, a diferencia de él con Madero, mantuvo lealtad. Anaya y su ambición incontenida explican en parte el arribo del populismo, en aquella campaña Zavala debió ser candidata y el PAN hubiese llegado unido a la elección.
Con Marko Cortés el PAN fue de un tropiezo a otro. Perdió gubernaturas, alcaldías, mermó su presencia en la cámara de diputados y de senadores, redujo su votación casi en un 20 por ciento. Es una verguenza de líder, el episodio de Coahuila y las notarias lo desacreditan. A pesar de los resultados catastróficos, el grupo mantuvo la presidencia por segunda vez, demostrando pleno control del padrón y los órganos internos. Alito es para el PRI lo que “los anayas” para el PAN; al PRI lo secuestró una sola persona, apoyada por los Moreira, al PAN un grupito de jóvenes perversos dominados por ambiciones insanas, encima creyendo que son más inteligentes de lo que son.
Del PRI nada podemos esperar, que mantenga el registro después del colapso electoral es un logro excepcional; cayó de manera inversamente proporcional al ascenso de Morena. El PRD está desaparecido, con sus últimos dos senadores entregados al populismo. MC quedó partido en dos; el de Dante delgado, Samuel y Máynez, complacientes comparsas del régimen, y el de Jalisco, que ha presentado una oposición maciza. Ha sido tan brutal el avasallamiento del populismo demagogo que sólo quedó el PAN como partido de oposición, y eso muy debilitado. ¿Resistirá las acometidas iniciadas esta mañana por la propia CSP? Con Ramos y el grupito que lo acompaña (Anaya, Cortés, Taboada y compañía) jamás, terminará siendo un partido rentista desvinculado de la sociedad.
Si quieren darle viabilidad al partido necesitan romper la telaraña nacional del padrón, abrir espacios a decenas, cientos de militantes valiosos que han sido relegados en los últimos años y, muy importante, contener sus ambiciones personales. No hablo de volver a los principios ni tampoco invoco el deber ser del buen panista. Me refiero a encontrar un modo práctico de gobernarse y elegir a sus candidatos de manera que se contrasten con el nuevo partido de estado. La gente no distingue quienes e peor, si el Morena del tlatoani, el PAN de los anayas o el PRI de alito. Al no distinguir concluyen que todos son iguales, una basura de partidos.
En la decepción generalizada gana quien tiene dinero para comprar los votos y en eso nunca competirán con el gobierno. Conclusión: con partidos de “oposición” como los actuales nunca restauraremos la democracia, imposible si en su interior se manejan por camarillas.
Rompeolas
Que Alejandro Domínguez soltó su gato a retozar, en una reunión con dos o tres presidentes municipales y otros tantos síndicos. Dice que Maru le dio permiso para “moverse” por la gubernatura. ¿En serio Alex, candidato a gobernador?. Alejandro no es improvisado, sabe que sus posibilidades son equivalentes a cero, si le está moviendo es para venderse mejor. Los malos ejemplos cunden.
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Sobre la visita del hijo amado, en cuya voz ordena el escondido, y Luisa María Alcalde comentaré mañana. Sólo adelanto que me parecen ridículas las competencias de acarreados y porras compradas, faltando dos años para definir la candidatura. Que manera de tirar dinero fingiendo arrastre popular. Pero lo que realmente me interesa comentar es la carta firmada por los aspirantes a la gubernatura, una especie de cartilla moral para dirigentes. Es un decálogo que describe la hipocresía del régimen.