La versión más aceptada es que de Palacio mandaron llamar a Gabriel Díaz, todavía presidente del PAN estatal, para hacerle un formal extrañamiento por sus comentarios cuestionando el destape de Jesús Valenciano, como aspirante a la gubernatura. El argumento es que el PAN necesita varios corredores en la parejera y en lugar de cuestionar debería apoyar.
Como no le gustó el extrañamiento, comentan, habría salido con que ahí están también el presidente municipal de Cuauhtémoc, Beto Pérez, y la de Meoqui, Miriam Soto. Trágame tierra, de por si algunos críticos del PAN consideran que los aspirantes están verdes, ahora peor con la trivialización que hizo el buen Gabo la semana pasada.
Al incluir entre los aspirantes a Soto y a Pérez, Gabo Díaz pudo también meter en la lista al señor Hernández, el hombre que tiene toda la vida en la recepción del PAN y no han sido para darle ni una suplencia de regiduría. Ayúdense un poco, no sean así.
En esta carrera, nadie tiene dudas, el candidato a vencer es Marco Bonilla, alcalde de la capital y por definición política el más aventajado. Pero si quieren poner nombres y abrir el abanico con seriedad, incluyan al de César Jáuregui, el panista mejor cuajado y más confiable del gabinete, a Santiago de la Peña, quien podría llegar en un acuerdo de coyuntura con la clase política del PRI (me refiero a los priistas desplazados, no a las siglas).
Ahora, siguiendo con opciones fuera de la caja, pueden pensar también en un empresario. Sólo por citar un nombre menciono el de Eugenio Baeza, quien ya probó lo que significa el poder, cuando ejerció de presidente durante tres meses, supliendo a Javier Garfio, y también aspiró contra Serrano.
Nombres hay, lo único que necesitan es buscarlo. El más beneficiado agregando nuevos a la lista sería precisamente Marco Bonilla. Lo despedazarían dejándolo como único aspirante, en bola por lo menos se reparten las mentadas que llegarán desde el populismo, crecidos como están por el resultado de las elecciones pasadas.
Rompeolas
No por mucho madrugar amanece más temprano, podrían decirle a Valenciano. Y quizás tengan razón, pero en honor a la verdad el edil deliciense es el único panista que ha sabido hacer ruido con su destape. Precisamente ruido es lo que necesita el PAN, pues en la cancha populista la estridencia es mayúscula. Aparte de los espectaculares, Valenciano va de reunión en reunión con sectores de la sociedad, no desaprovecha coyuntura enviando el mensaje de que su proyecto va en serio.
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De tanto estar rodeado de lagartones, Tony Meléndez se ha vuelto uno de ellos. En corto dice que no, que ni en esta vida ni en la otra, pero en público declara que tal vez podría entrar en la disputa por la gubernatura. ¿A quien creemos, al Tony de lo privado o al Tony de lo público?. Su incursión en la carrera sería interesante, sin sombra de duda es el más popular, ya le entiende a la política y sobre todo es una persona con don de gentes. Veremos, la historia de ésta parejera está empezando a escribirse.
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Horas antes de la fecha establecida por la Secretaria de la Función Pública para que se presente Javier Corral, acusado por enriquecimiento inexplicable y evasión fiscal, su compadre y antiguo cómplice, Toño Pinedo, salió de San Guillermo, donde purgaba una pena por desvío de recursos. ¿Coincidencia? Híjole, yo diría que no y en caso de que sí, de cualquier forma el hecho se presta para la especulación, alimentando rumores de que Pinedo habría aceptado un acuerdo que le permitió dejar la prisión, a cambio de “poner” a Corral. Esta posibilidad trae muy nervioso al exgobernador de los dos hígados, pues de una presumible sanción administrativa, su caso podría pasar al ámbito de lo penal. Mañana dará la nota, se presente o no.
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Aparte de verse ante la posibilidad de nuevas acusaciones, el principal problema de Javier Corral no es Pinedo, sino que habría perdido la protección del régimen. Se dice que su relación es con López Obrador no con Sheinbaum, con quien no está en buenos términos. Así lo demuestran los hechos de que lo dejaron fuera del gabinete y la parca declaración de la VPE sobre las acusaciones. Un comentario para cumplir con el expediente de que se trata de un asunto político y tan tan. El ex se está quedando sólo, para los nuevos empoderados se convirtió en lastre.
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Con la desfachatez de los políticos inmaduros, Rafa Loera suelta declaraciones en el sentido de que será candidato a la presidencia municipal. ¿En serio? Pues él asegura que sí. Si lo hace pensando en una diputación está desfasado, esos comentarios quedaron en el pasado hace rato; si lo dice pensando en que puede realmente llegar a la presidencia municipal, pues le vendría bien una dosis alta de ubicatina, antes que él están varios. No son tiempos para estar promoviendo improvisados.
