No recuerdo que la Iglesia Católica se haya metido tanto en una elección presidencial como se metió en la presente. Por instrucciones de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ayer todos los sacerdos del país dieron el mismo mensaje en sus homilías: «Votar por un México Unido y en Paz, con Fe y Compromiso en Acción».
Al terminar cada misa dominical, distribuyeron también un volante con cinco recomendaciones prácticas para que los feligreses tomen en cuenta al votar. El cuarto punto «!Votar libremente y sin condiciones!», dice lo siguiente: «Confia en lo que dice nuestra Constitución y no atiendas rumores sin fundamento. Los apoyos y programas sociales son un derecho tuyo y de todos los ciudadanos. Tus derechos están protegidos por la ley y nadie te los puede quitar». Así o más claro, es la exigencia de Xóchitl.
La CEM pide a los feligreses, en sintesis, que salgan a votar sin miedo y con libertad, buscar a los candidatos que están comprometidos con un país unido, por un México de paz y bien común. Muy ecuánime y sencillo el volante, pero no deja ninguna duda de que la Iglesia Católica y varias iglesias crstianas están sugiriendo votar por la candidata de oposición.
Hasta esa parte lo que hicieron el domingo en los templos de todo el país, por lo bajo se están organizando en conferencias, pláticas, llamando a los laicos a votar por Xóchitl (en corto si lo dicen abiertamente) y contra el populismo autoritario. Es un desafío público al presidente López Obrador, quien decidió fingir demencia. Contra la Iglesia no ha querido ir.
Hace seis años muchos de esos votos, en especial de los cristianos y una buena parte del clero católico «progresista», fueron para López Obrador. ¿Cuanto influyen? Los de Morena dieron la mayor importancia en la elección del 2018, ahora dirán que es irrelevante.
La importancia es que un sector muy bien organizado e influyente en la sociedad que no suele participar en las elecciones abiertamente, ahora está decididamente abierto en favor de la libertad y la democracia. Lo deja muy claro. ¿El arroz está cocido? ¿ El dos de junio es sólo cuestión de trámites? Hijitos, esto se definirá en las urnas, sale la gente a votar y les voltea la elección.
Rompeolas
Esplendido cierre el de Marco Bonilla el sábado en el Palomar, al que asistió como estrella principal Xóchitl Gálvez. Desde luego la banda jala mucho, pero se necesita organización. Cumplió a satisfacción el cierre del edil, fue digno de la candidata presidencial. Bonilla ganará sobradamente y con seguridad también los candidatos a diputados federales y locales del frente, pero es necesario ir enviando desde ahora esos sólidos mensajes de fortaleza, le bajan dos rayitas a la soberbia de los candidatos del populismo. Sin embargo lo más importante al momento de la votación, es que Bonilla y los partidos del Frente preparen adecuadamente a los representantes de casilla, los ciuden desde la noche anterior, los blinden contra los intentos que, muy seguramente, hará el gobierno para comprarlos o evitar que lleguen puntuales a las casillas. Ese día no se pueden confiar de nada, ninguna medida preventiva está de más, ya saben como son los de Morena.
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Los amigos (¿o debo decir examigos?) de Marco Adán Quezada están extrañados al verlo más chairo que los chairos radicales, el nuevo catecúmeno más fiel que los antiguos discípulos. Quienes lo conocen saben que no podía ni ver a López Obrador, pero desde que se arregló con Pérez Cuellar corea con febril entusiasmo el estribillo favorito en la profesión de fe populista: «es un honor estar con Obrador, es un honor estár con Obrador». Dificil dar crédito, lo que llega uno a ver en los nuevos discípulos. Tráguense esa.
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Alfredo Lozoya se quedó con la espada clavada al centro, cuando los chicos de Mario Mata descubrieron al angelito robándose el agua potable con una toma clandestina de tres pulgadas, casí nada. Ahora dice que no, que eran puras mentiras y que lo demostrará abriendo el concreto hasta la propiedad. Puede decir también la homilía completa de una mañanera, pero la quemada del abusón y huachicolero del agua nadie se la quita. Otro que perderá en Parral, su esposa está en tercer lugar.
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Acostaq Naranjo deó callado a Corral durante un debate en el noticiero de Aristegui, pero el exgobernadoer de los dos hígados se desqjuitó con tremenda comilona en uno de los restaurantes más exclusivos de la Ciudad de México, acompañado de Marcelo Ebrard. Son unos hipócritas, ponderan auseridad y glorifican la pobreza pero se dan vida de príncipes sauditas. Por eso van a perder, por su doble moral pretendiendo engañar a la gente.
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En tiempos de polarización máxima y faltando cinco días para la elección, la foto de Martín Chaparro, alcalde en funciones de Ciudad Juárez, y Rogelio Loya, candidato a la presidencia por el PAN es por lo menos atípica e interesante. En otros tiempos sería normal, hoy estas imágenes son infrecuentes, lo cual habla bien de los protagonistas, el cadidato por acercarse para pedir piso parejo y el edil por prestarse a la foto sambiendo que el adversario es alcalde propietario con licencia. Chaparro se comprometió a evitar el uso de recursos municipales en la campaña. Está bien, pero su partido no los necesita, Cruz ya los metió todos, dicen que está volcando carretadas de dinero al distrito cuarto federal, donde compite de candidato su hermano Alejandro. La corrupción alcanzó, comentan en Juárez, niveles de espanto.
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Uno de los municipios más importantes de la sierra donde Morena tenía esperanzas de ganar es Guachochi, donde hace tres años dieron un susto al PRI. Los útlimos datos arrojan que están retrocediendo visiblemente. En vez de recuperar, perderán votos. En el cierre de Pepe Yáñez, al que asistió Mario Vázquez, reunieron cerca de doce mil simpatizantes, muchos tratándose de un municipio medio. El domingo sabremos que dicen las urnas, por lo pronto los ánimos del PRI están muy elevados allá.
