La verdadera personalidad de Javier Corral nunca quedó tan expuesta, en medios nacionales, como en las últimas semanas. Desde que llegó a Ciudad de México con una guayabera blanca y una pluma bic trabada en el bolsillo superior, transitó haciéndose pasar por demócrata, honesto, transparente, un joven político de avanzada. Muchos lo tomaron en serio, los timadores patológicos suelen tener naturales cualidades histriónicas. Corral las tenía y además las perfeccionó tomando clases de actuación, cuando aprendió a impostar la voz y controlar ademanes para dar profundidad a su narrativa.
En Chihuahua sabíamos, hace mucho, que es un farsante, un soberbio engreído enamorado de sí mismo. Pero conocimos su bajeza, su miseria humana y sus afanes vengativos hasta que se hizo gobernador. Ahí conocimos también al Corral perezoso, irresponsable, al que abandonó sus deberes con los chihuahuenses buscando venganza contra Duarte y siguiendo el eterno canto de las sirenas, la utopía presidencial. El objetivo ulterior de la supuesta marcha contra la corrupción era tomar liderazgo nacional, por eso quiso ir contra Peña.
Cuando los tiempos del relevo gubernamental mostró su rostro más siniestro y vil, sacó sin recato sus genes autoritarios y despóticos. De la misma manera como retorció la Justicia en su afán vengativo contra Duarte, lo hizo contra la entonces popular alcaldesa de su partido, Maru Campos. Intentó llevarla a prisión por atraverse a desafiarlo políticamente; él quería de gobernador a Gustavo Madero, ella no cedió a sus amenazas ni ofertas de diputaciones federales. Entonces enloqueció y en su frenética persecución él mismo se levantó las enaguas, confirmando lo que muchos sabíamos; su miseria humana y su vileza política.
Derrotado, hizo lo que haría después cualquier timador profesional; huir hacia territorios desconocidos donde continuar su carrera fraudulenta, nuevas víctimas. Así llegó a Morena, traicionando al partido sin el cual no sería más que un mediano periodista hecho al chayote, traicionando a los pocos amigos que pusieron el lomo para que el subiese, traicionando la identidad chihuahuense opuesta al populismo que ahora profesa y traicionándose a sí mismo. Es traidor cuatro veces.
En su perturbada mente de sicópata, pensó que, instalado en Morena, podía colocarse nuevamente bajo el halo de honestidad y democracia, con el que tantos años consiguió engañar. Pues no, sus planes están frustrándose, en su fuga hacia nuevos territorios de timo tropezó con viejos enemigos y víctimas de su inhumanidad. Lo sucedido en Sonora, con la interpelación pública de James Barousse, no es más que la prolongación del coscorrón de Kike Valles y la cachetada de Fernando Reyes, en restaurantes de esta ciudad. Cuando el episodio de Fernando Reyes supo que no estaría tranquilo en ningún lugar público de Chihuahua, con la interpelación de Barousse confirmó que tampoco en ningún lugar del país.
Sin embargo los episodios de bochorno que ha sufrido le pueden menos que perder la posibilidad de convertirse en fiscal anticorrupción del autoritarismo, donde ya se vio. Seguirá colocándose, cada noche, nuevos emplastes de maquillaje. Serán insuficientes, ahora pocos creen en sus recursos del cínico buscando formas de victimizarse desacreditando a quienes exhiben su inmundicia: “son unos corruptos que me persiguen por motivos políticos”, “Quieren dañar a Claudia Sheinbaum”, “Lo liberaron jueces corruptos”. Jamás aceptará una culpa, un error, menos acusaciones de tortura y corrupción como de las que ha sido objeto. Él es puro, sus acusadores mugrosos.
No Corral, no te acusan por corruptos y mugrosos. Podrán serlo, pero tu hiciste de la justicia un instrumento personal de venganza, llegando al extremo de trastornar la vida de inocentes, autorizaste o solapaste prácticas de tortura, permitiste que detenidos muriesen sin atención médica. Y también, a cambio de declaraciones contra Duarte, Manlio y Gutiérrez (la coneja productiva) soltaste a verdaderos corruptos sin que resarciesen el daño patrimonial, ¿Cuándo ingresaron al erario los 230 millones de Ricardo Yáñez?.
Duarte y algunos de quienes lo acompañaron en la corrupción están pagando o pagaron por el daño causado a Chihuahua. Un día también tu pagaras por tus infamias, el daño que has causado es demasiado para quedar impune de por vida. Fuera de Chihuahua se tardaron en conocer tu identidad más impresentable, pero hace tiempo que te han levantado las enaguas y descubierto el grotesco rostro que pretendes ocultar con grueso maquillaje de supuesta honestidad y democracia. Perdida la credibilidad, entraste en decadencia.
Rompeolas
Dice Miguel Latorre, hasta hace poco diputado local del PAN, que renunció al Partido de toda su vida porque no le gustó la alianza con el PRI y que tampoco le gusta el gobierno de Maru Campos. Otro pequeño e hipócrita farsante: ¿Te gusta mucho la alianza de Morena con el PT o el Verde, dos de los partidos más corruptos en la historia de la partidocracia mexicana?, ¿Te gusta el gobierno López Obrador con más de 180 mil muertos, el sistema de salud colapsado, la corrupción de su familia, el país camino a la quiebra financiera y el autoritarismo?. Mientas Miguel, saliste del PAN por que no te ofrecieron, en el momento que lo pedías, ningún hueso y llegaste a Morena pensando en recibirlo ahí. Puede que algunos crean la infantil explicación, pero en tu fuero interior sabes que la realidad es muy distinta, dejas el PAN buscando las migajas que, supones, ofrecerá Morena. No les darán nada, los usa y luego los desecha ¿No te has percatado?.