*El dilema de los aspirantes priistas
* Guajardo y las pulgas del tapete
*Muy activos los “ex” presentables
*que Pérez Cuéllar resta en Juárez
*Cuatroté: sin el INAI estamos mejor
Si por mi fuese, el candidato de la oposición sería José Ángel Gurría, hombre brillante y respetado dentro y fuera del país. Dudo que haya un mexicano mejor calificado para desempeñar el cargo en estos momentos. En segundo lugar pondría a Idelfonso Guajardo, otro político mexicano bien cuajado y de historial limpio, al menos para los estándares de la política mexicana. Nunca entendí y sigo sin entender por que se descalificó en la elección a la gubernatura donde resultó ganador Samuel García, o porqué los diez millonarios regios que dominan la entidad no lo consideraron seriamente para el cargo. Es una de las curiosidades de la política que tengo insatisfecha. Algún día.
El hecho es que para el 2024 tanto Gurría como Guajardo presentan el mismo dilema que el resto de los aspirantes priistas y varios del PAN; son hombres y mujeres capacitados para gobernar pero carecen de atractivo electoral. Los imagino en campaña como a Meade: académicos, de argumentos solidos, bien estructurados, imbatibles en el debate reflexivo, pero planos, inexpresivos o de expresiones estudiadas, incapaces de conectar con los electores. Y en estos momentos lo que México necesita es un perfil desenfadado, fresco, capaz de motivar a los indecisos que todavía no acaban de comprender los riesgos que corre el país si el populismo autoritario consigue perpetuar el régimen.
De vasta cultura política, Guajardo tiene razón cuando dice que otros presidentes después de Calles intentaron, sin éxito, consolidar un Maximato y que López Obrador tampoco podrá, así su candidato(a) del dedazo gane la elección. Había olvidado el estatequieto de López Portillo a su amigo Echeverría, con aquel histórico “¿Tu también Luis?” que a la postre tendría el mismo efecto del exilio al que Calles se vio forzado por el general Cárdenas, cerrando una de las etapas más negras del país. Guajardo lo recordó para explicar que tampoco López Obrador podrá y lo dice muy bien; “el nuevo Jefe de Estado tampoco permitirá que otras pulgas bailen en su tapete”.
Obviamente los tecnócratas también son políticos muy macizos, pero su formación profesional les resta atractivo electoral en estos momentos de polarización nacional. Es una verdadera lástima para el país, ahora mismo lo que necesita es revertir la devastación institucional y fortalecer el Estado de Derecho, con la obligación de poner a las clases más desfavorecidas al centro de sus políticas públicas, pues lo único bueno que ha conseguido López Obrador es recordar a los políticos de todas las ideologías, que los cincuenta millones o más de mexicanos olvidados históricamente por el gobierno, son de carne y hueso, no simples estadísticas económicas. Son los miserables en cuyo nombre dice hablar el tlatoani y con los que “va a la segura por que no traicionan”.
Pero la oposición tiene dos factores a su favor que, parece, ni los políticos profesionales han interpretado correctamente: uno, el ciudadano sinceramente preocupado por el rumbo que lleva el país probablemente no sepa por quien votar, pero sabe por quien no; dos, dada la obvia ausencia de liderazgos opositores, el sentido común de la gente no pide más que le pongan en las boletas a uno medianamente presentable, el resto lo hará la sociedad con sus votos. Así que también los tecnócratas tienen posibilidad, siempre que se decidan a entrar en la batalla dispuestos trabarse en lucha desigual contra las obsesiones continuas de López Obrador, quien será vocero, coordinador de campaña, financista y matraquero del candidato oficial, cualquiera que sea éste.
Rompeolas
Muy activos los tres gobernadores presentables -Baeza, Patricio y Reyes-, en los paseíllos de los aspirantes a presidentes por la oposición. Esta vez Baeza y Patricio acompañaron a Guajardo, Reyes faltó porque tuvo que visitar al cardiólogo, en los últimos meses ha sufrido varios sustos, comprensible que no quiera sorpresitas. Deberían involucrarse más directamente en política doméstica, si Alito y sus operadores están dispuestos a mantener al partido cerrado a la sociedad y a otras fuerzas políticas, un intento de abrir los cerrojos se agradecería. Hasta Alejandro Domínguez vería entusiasmado su participación ¿o no?.
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Ayer decía que los aplaudidores de Cruz -que no de Morena- hacían correr la versión de que sin el edil difícilmente Morena podría retener la Presidencia Municipal. Bien, pues del otro lado recibí una encuesta publicada los primeros días de mayo, según la cual Cruz resta en lugar de sumar. Tiene lógica, el expanista ha hecho una administración desastrosa, aparte de las sospechas de corrupción engordando dos cochinitos; uno para su campaña a la gubernatura, otro por si fracasa no tenga que volver al uber. Sigo pensando que Morena gana Juárez hasta con el burro Chon, pero me hace sentido que Cruz lastre al partido, las facturas por el desgobierno se pagan.
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Como estaba cantado, el régimen que más presume de honestidad y transparencia, obstaculizó una vez más el mandato judicial para restablecer la operatividad del Instituto Nacional de Transparencia. Dime de que presumes y te diré de que careces. Así estamos mejor, habría dicho el tlatoani y todos los súbditos, ahora incluido el nuevo más leal, Monreal, hicieron huelga legislativa. Vamos bien, pero falta destrozar al INAI, al INE y a la Corte.