*Que Morena es invencible ¿Según quién?
*La oposición unida es más competitiva
*AMLO, subproducto de la decadencia política
Desde que López Obrador ganó, en junio del 2018, es lugar común hablar de su “invencibilidad electoral”, treinta millones de votos son un portento que atarantó a los opositores. El resultado, sin embargo, oculta una realidad electoral confusa, año y medio antes de aquella elección Margarita Zavala aparecía como favorita con el 30 por ciento, seguida de Amlo con el 25 y lejos Osorio Chong con 17, según la encuesta del Universal para noviembre del 2016. Entonces era normal ver en las encuestas que la precandidata del PAN y el presidente de Morena alternaran liderazgo, siendo todavía el PRI un factor determinante. Por ejemplo, en marzo de aquel año el Financiero reportó una ligera ventaja de Amlo con 22 por ciento, contra 19 de Margarita y 19 de Osorio Chong. La alianza PRI-PAN llevaba enorme ventaja.
Los anteriores son datos estadísticos de medios respetados que cualquier interesado puede consultar. ¿Qué hizo López Obrador durante la campaña para terminar barriendo a la oposición? Nada diferente a lo que venía repitiendo como estribillo en su larga precampaña, socavar la credibilidad del “prian” con sentencias cortas, directas y provocadoras: “frijol con gorgojo”, “no lo tiene ni Obama”, “minoría rapaz”, “mafia del poder” y promesas incumplibles: “bajaré el precio de las gasolinas”, “meteré el ejército a los cuarteles”, “no seremos títeres de nadie”, “ya no habrá delincuencia”, “barreré la corrupción de arriba hacia abajo”.
Esa fue la narrativa de López Obrador, ahí están sus memorias. Si durante la campaña no hizo nada diferente a lo que había venido haciendo meses previos, ¿Qué sucedió para que la oposición colapsara y él creciese hasta las nubes?. La respuesta es que políticos inacabados, corruptos y ambiciosos pavimentaron su ruta hacia la Presidencia. Por su ambición y torpeza Ricardo Anaya fracturó al PAN hasta sus cimientos, golpeando a Zavala y obligándola a renunciar al partido para ir de candidata independiente; Peña mantuvo los altísimos niveles de corrupción en el gobierno, convencido de que las elecciones se ganan únicamente con dinero. Ya en campaña se fue contra Anaya, terminando por destrozar a la oposición.
López Obrador no es el portento electoral que sus seguidores presumen, es un subproducto de la decadencia política, de gobiernos corruptos que abusaron del poder en todas las formas posibles y se consolida en una oposición mezquina, oportunista y timorata cuyos líderes no ven más allá de su particular interés, les mencionan a la UIF y tiemblan. La clase política derrotada en junio del 2018 jamás interpretó correctamente las ostentosas señales de hartazgo social, bloqueada en su esfera de poder y dinero creyó que iba a otra elección más, siendo que frente a sus narices la gente gritaba cambio.
Los estados donde habrá elecciones el domingo próximo son una réplica miniatura de la pasada elección presidencial. Voy a encuestas del Financiero. En Quintana Roo la Coalición Morena-PT-Verde-FxM inició el año con el 44 por ciento de las preferencias, la alianza PAN- PRD-CxQR con el 28, PRI 17 y MC 11. En abril, última encuesta publicada por el Financiero en la entidad, registró pocos cambios: Coalición Morena 45 por ciento, Coalición PAN 30, PRI 12 y MC 11. Con ciertas variaciones se mantienen estables, pero sumados la oposición dominaría con 53 por ciento, contra 45. En Hidalgo Morena-PT-Panal empezó con 46 por ciento, PAN-PRI-PRD 42 y MC 12. En abril iban 45 Morena, 36 PAN y MC 13. Morena y MC se mantuvieron, la Alianza perdió. Otra vez el pero, juntos hubiesen partido con el 54 por ciento contra el 46 y hoy estarían 49 a 45, con ventaja opositora.
Tamaulipas es un fenómeno interesante, Morena-PT-Verde abren con el 44 por ciento, PAN-PRI-PRD 39 y MC 15. En abril Morena iba con el 40, la Alianza 49 y MC 11. Aquí la oposición dio un salto de 10 puntos –según otras encuestas ha caído dramáticamente-, ¿cómo sería de haber ido juntos?.
En Durango PAN-PRI-PRD empezaron con 57 por ciento, Morena-PT-Verde-RSP 30 y MC 13. A diferencia de Tamaulipas, en Durango se apretó: PAN-PRI-PRD 46 por ciento, Coalición Morena 42 y CM 12. Ponga los votos de MC en la Alianza e imagine el resultado. En los extremos están Oaxaca, muy cargada a Morena y Aguascalientes, al PAN.
La política no son simples ejercicios aritméticos, entiendo, pero el sentido común y la experiencia nos enseña que la oposición unida suele multiplicar, más que sumar. También tenga presente que sólo comparto datos de El Financiero y su encuesta de abril, ya veremos resultados la noche del domingo próximo, las sorpresas son frecuentes. Pero atenidos a esos datos es válido inferir que hoy la oposición sería favorita en cinco de seis estados y estaría dando la pelea en el sexto, Oaxaca.
Al poner nombres y apellidos de responsables en la dispersión del voto opositor, aparecen los de Dante Delgado y Alejandro Moreno. Dante obstinado en el pragmatismo del resultado inmediato, Moreno en la vulgar ambición de sus pequeños intereses. Desde luego, tranquilos, sería muy primario dejar la responsabilidad de la compleja realidad política del país en dos personajes y dar por verdad absoluta que la oposición unida es invencible. No soy así de ingenuo, acotó en esos términos la entrega intentando esquematizar el momento político que vive el país previo a la elección en seis estados, última estación relevante antes de la gran batalla por la Presidencia en 2024.
La conclusión es obvia, electoralmente irrefutable: una oposición unida tiene ventaja competitiva contra el “invencible”, dividida camina al barranco. Y si de paso encuentra al oficialismo dividido, de lo que hay indicios claros, su tarea del 2024 tendría amplias posibilidades de ser exitosa. Lo vimos en la elección intermedia, el año pasado, Morena y sus aliados perdieron la elección contra la Alianza por más de dos millones de votos, 20 contra 22 sumados los de MC.
Si la sociedad hace su parte para frenar un régimen demencial ¿Qué falta en los políticos profesionales de oposición para hacer la suya? Mi respuesta sería que falta compromiso social y sobra mezquindad. No podemos confiarnos en ellos para detener la ofensiva populista contra el país, peligran nuestras libertades y el futuro de una o más generaciones. La sociedad organizada debe tomar el liderazgo y forzarlos a competir juntos.
En posteriores entregas hablaré de la creciente fractura en Morena. FacebookTwitterWhatsAppCompartir