Extracción del agua de Chihuahua: Corral bajo presión; AMLO cede a medias. La guerra por el agua de Chihuahua: ¿confrontará a ambos funcionarios?
La semana que finaliza el nombre de Chihuahua volvió sonar con estruendo en el Palacio Nacional. Hastiados de la indiferencia y los embustes gubernamentales, así como enfurecidos ante el riesgo de perder la poca agua que le queda a nuestras principales presas -y con ello la fuente de subsistencia para miles de familias-, los agricultores de las regiones centro-sur y noreste del Estado de Chihuahua se plantaron frente al Palacio de Gobierno estatal, bloqueando las principales calles del centro de la capital, así como la carretera federal Chihuahua-Delicias, además de tomar varias oficinas públicas y casetas de peaje carretero.
El Gobierno Federal cedió parcialmente a las presiones, al anunciar -luego de una reunión sostenida entre funcionarios de la Dirección Local de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y los líderes de los agricultores- el cierre de una de las compuertas de la presa “Las Vírgenes”, para dejar abierta solo la que abastece el riego agrícola. Como es sabido, a través de la compuerta que fue cerrada se estaba extrayendo agua para el supuesto pago derivado del tratado que desde 1944 mantiene vigente nuestro país con Estados Unidos. El pronóstico para del desenlace del conflicto, cuya duración ya se aproxima a los siete u ocho meses -una tercera parte del tiempo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador lleva al frente del gobierno de México-, aún es desconocido, pues en reiteradas ocasiones CONAGUA y el Gobernador Javier Corral evadieron su obligación de atender la justa demanda que los productores han venido exponiendo para que se suspenda la extracción del agua de las presas de las que dependen sus actividades.
Al parecer, como parte de los acuerdos parcialmente logrados, durante la próxima semana los dirigentes de los agro-productores serán recibidos en la ciudad de México, por funcionarios de CONAGUA. Esto significa que López Obrador ya accedió, al menos, a que se abran las puertas de esa dependencia a los hombres y las mujeres del campo chihuahuense, quienes –junto con algunos legisladores federales que los apoyan en su justa lucha- sufrieron en meses pasados el desdén de la titular de dicho organismo público, al serles canceladas varias reuniones previamente acordadas con ellos, en un evidente empeño por negarse a recibirlos y atenderlos. Incluso, los líderes agrícolas han denunciado a través de los medios de comunicación la firma de un acuerdo secreto para permitir la extracción del agua de las presas de Chihuahua, pactado en diciembre de 2019 por el Gobernador Corral, con Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación, Blanca Jiménez, Directora General de CONAGUA, y los gobernadores de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, y de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme. Ahora se sabe por qué los servidores públicos evitaban recibirlos.
En caso de que la Presidencia de la República continúe negándose a reconocer el justo y lógico reclamo de los agricultores de Chihuahua, y persista en seguir extrayendo de nuestras presas el líquido vital del que dependen la economía, el sustento y bienestar de miles de personas radicadas en una vasta e importante región de nuestro Estado, los productores desplegarían estrategias más enérgicas –como lo han anunciado- para obligar a los gobiernos Federal y Estatal a que actúen con sensibilidad política y satisfagan su reclamo.
Bajo tal escenario, aumentaría la presión para Javier Corral, quien ante la gestación de un “incendio social” incontrolable se vería forzado a pronunciar en modo fuerte un ultimátum contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. A ambos mandatarios suele caracterizarlos la rigidez que adoptan en la defensa de sus convicciones y posturas, lo que los sitúa como políticos con un perfil relativamente intransigente. Si el presidente López Obrador insiste en no ceder frente al reclamo de los agricultores chihuahuenses -como hasta ahora lo ha hecho-, y si el gobernador Corral asume con firmeza la defensa de los derechos de sus gobernados –como hasta ahora se había resistido a hacerlo-, ambos mandatarios –cuya relación al parecer no es del todo buena- podrían protagonizar una fuerte colisión política que los dejaría abiertamente confrontados.