¿Quiénes poblaban estos territorios antes de la Conquista?
Se tiene conocimiento, por hallazgos arqueológicos y antropológicos de que en esta región del norte y noroeste de lo que hoy es México y el suroeste de lo que hoy es Estados Unidos estuvo habitada desde hace unos nueve mil años, por grupos de nómadas cazadores y recolectores; ya para el año dos mil A. C. se tienen evidencias de la domesticación del maíz, luego se tienen registros de cultivos de calabaza, posterior al dos mil A. C.; en el 1300 A. C., ya hay los primeros indicios de sistemas de riego por terrazas. La cerámica aparece entre el año uno y el cuatrocientos D. C.
Oficialmente, los primeros pobladores de nuestro territorio, fue la Cultura Paquimé, que se asentó en el Valle de Casas Grandes en el 900 D. C. y aunque no se tienen registros ni étnicos ni lingüísticos de ellos, se cree se desprendieron del tronco Mogollón o Anasazi; se sabe que dominaron todo el norte de lo que hoy es nuestro Estado, oriente de Sonora y sur de Nuevo México; de su cultura solo quedan el Sitio Arqueológico de Cuarenta Casas, algunos vestigios de asentamientos en cuevas en la región de El Willis al noroeste de Casas Grandes y el Centro Ceremonial Paquimé, perdiéndose su rastro entre el 1300 y 1400 D. C., para los arqueólogos, antropólogos y lingüistas, sigue siendo un misterio tanto su llegada como su desaparición.
Pero había más actividad étnica, en el Suroeste de lo que hoy es Estados Unidos, se asentaron grupos étnicos de la rama Anasazi, Hohokam y Mogollón, derivando en una serie de grupos étnicos como los Hopi, Pueblo, Navajo y los Apache; a su vez la etnia Apache se subdividió en una serie de tribus y pueblos, como los Apache Occidentales, Apache Chiricahua, Mescalero Apache, Apache Jicarilla y Lipanos Apaches; a su vez, de la etnia Pueblo, se deriva la tribu Tiwa o Tigua, asentados en lo que hoy es El Paso, Tx. y sur de Nuevo México. A nosotros nos interesan los grupos Apaches Occidentales, Apache Chiricahua, Mescalero Apache y Lipanos Apache, puesto que de aquí se derivan las etnias que poblaron el territorio chihuahuense después de los Paquimé y hasta la actualidad.
La rama Apache Occidental se internó a lo que hoy es el Estado de Sonora, de ahí se desprenden las tribus O’dham, Ópata, Yaquis Seris y Mayos; la rama Apache Chiricahua entró de lleno al territorio que hoy ocupa Chihuahua y de ahí se desprenden las tribus Janos, Rarámuri o Tarahumara, Tubares, Témoris, Chínipos, Guazaparis; de la rama Mescalero Apache, se desprenden tribus como los Sumas, Mansos y Jumanos; por su parte, de la rama Lipanos Apache al internarse en nuestro territorio, se derivan las tribus Conchos, Chinarras, Julimes, Tapacolmes, Coahuiltecas o Pakawas y los Kikapú, estos últimos hacia el oriente del Estado y los límites con el actual Estado de Coahuila. Sin duda el impacto cultural más fuerte en el actual Estado de Chihuahua se debe a los Apache Chiricahua.
Mientras que, hacia el suroeste y sur del territorio estatal, colindando con el actual Estado de Durango, se establecieron y asentaron las tribus Tepehuanes y Xiximes, de procedencia Chichimeca, con algunos rasgos de la cultura Caxcán, e incluso Tlaxcalteca; por su parte, las tribus Pimas y Guarijos o Guarojíos, presentan rasgos y vestigios de los Wixaárika o Huicholes. Todos estos pueblos fueron los primeros y verdaderos pobladores del territorio chihuahuense, algunas etnias aún existen en el Estado, otras ya han desaparecido.
Llegada de los españoles, el virreinato y la época colonial
El primer español en pisar estas tierras fue el militar y explorador Alvar Núñez Cabeza de Vaca en 1533; pero ya en 1531, Nuño Beltrán de Guzmán había dejado un puesto militar en lo que hoy es la Ciudad de Durango, en su paso hacia la costa norte del Pacífico y había informado de vastos y enormes territorios al norte; en base a ese informe, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, quien se encontraba en lo que hoy es Galveston, Tx. en el Golfo de México, recibe la orden de venir a explorar estas tierras. Al llegar, Cabeza de Vaca informa al Virrey y a la Corona Española de extensos desiertos, impresionantes sierras y cañones, pero además informa de la existencia de dos ciudades de oro, Quivirá y Cibolá.
Con este informe, Cabeza de Vaca encendió la codicia del Rey Carlos I, del Virrey Don Antonio de Mendoza y Pacheco, y desde luego de Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, Jefe Militar del Virreinato de la Nueva España; es entonces que, Nuño Beltrán de Guzmán quien en 1531 había fundado la Villa de San Miguel de Culiacán y ahí se encontraba como jefe militar de la región, recibe la orden de Hernán Cortés de ir en busca de Cabeza de Vaca y de esas dos ciudades de oro, Quivirá y Cibolá, las que supuestamente se encontraban en la sierra occidental de Chihuahua. El informe de Beltrán de Guzmán señala que dichos pueblos sí existen, pero muy alejados de ahí, además no son de oro; por lo que Cabeza de Vaca es hecho prisionero, puesto a disposición del Rey Carlos I, quien como castigo lo envía al Paraguay. Nunca se supo por qué Alvar Núñez Cabeza de Vaca mintió acerca de la existencia de esas dos ciudades de oro, y él tampoco nunca mencionó el o los motivos para semejante mentira.
En 1561, el joven y sumamente ambicioso Francisco de Ibarra, quien, a sus 22 años, era el jefe militar de Zacatecas y sobrino de Don Diego de Ibarra, quien junto con Cristóbal de Oñate, Juan de Tolosa y Baltasar Bañuelos fundaron la ciudad de Zacatecas, obtiene el permiso del Virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, para en nombre de la Corona y del Virreinato, ir a conquistar y colonizar los territorios más al norte del puesto militar que había dejado Nuño Beltrán de Guzmán en 1531.
Francisco de Ibarra se dedica a preparar su expedición, ya sabía que no existían ciudades de oro ni nada parecido, pero era en extremo ambicioso; él sabía que de esa expedición, obtendría riqueza, tierras y poder político; en 1563 llega al antiguo puesto militar que dejó Nuño Beltrán de Guzmán, y ahí fundó la Vila de Durango. De inmediato sale rumbo a los territorios del norte, donde funda el mineral de Santa Bárbara y siguiendo más al norte funda Casas Grandes a un lado de Paquimé.
La Intendencia Norte y la Nueva Vizcaya
Una vez que Ibarra recorrió los territorios del norte, con los permisos virreinales en la mano, se aprestó a reclamar dichos territorios para la Corona Española y declarar La Intendencia Norte, de manera provisional, dejando como sede administrativa a la Villa de Durango; en 1562, el Virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón la declara como Provincia de la Nueva Vizcaya, formada con los territorios de lo que hoy son los Estados de Durango, Chihuahua, parte de Coahuila, parte de Sinaloa, Nuevo México y Texas. Nombrando a Francisco de Ibarra como Capitán General y Gobernador del territorio de la Nueva Vizcaya, dejando la capital asentada en la Villa de Durango.
Los constantes descubrimientos de ricos yacimientos de oro y plata, atrajeron a muchas personas y se fueron creando pueblos mineros y centros de población; esto trajo como consecuencia el sometimiento y la confrontación con las tribus pobladoras originales; mientras que los misioneros trataban de evangelizar a los indígenas, sus esfuerzos contrastaban con los brutales abusos y el mal trato de los soldados, provocando revueltas, alzamientos y rebeliones de las tribus contra los españoles, derivando en sangrientas luchas. Al final de cuentas, los misioneros tanto los Jesuitas como los Franciscanos, le solicitaron al Virrey la oportunidad de evangelizar y educar a los indios de una manera más civilizada, para que sirvieran a los españoles. Se crearon grandes y extensas haciendas ganaderas y de agricultura, pero los constantes ataques y agresiones de las tribus nómadas de Apaches y Comanches, más la lejanía con la capital Durango, no dejaban que el progreso se asentara en el territorio chihuahuense. Otro factor fue el descuido por parte del Gobernador de la Nueva Vizcaya, Francisco de Ibarra, quien con el afán de acrecentar los territorios, había lanzado una expedición hacia lo que hoy es el Estado de Sinaloa, tratando de anexarse la porción completa, incluso fundó el pueblo de San Juan Bautista de Carapoa (hoy El Fuerte, Sinaloa), descuidando a la Nueva Vizcaya y de pasada entrando en conflicto con Nuño Beltrán de Guzmán, Intendente de Occidente con sede en Guadalajara, a cuyo cargo estaba esa parte de Sinaloa, Sonora y Arizona.
Intervienen los reyes y ponen orden
El 12 de octubre de 1709, el Gobernador de la Nueva Vizcaya, Don Antonio de Deza y Ulloa funda la ciudad de El Real de Minas de San Francisco de Cuéllar (hoy Chihuahua Capital) y se compromete a enviar más partidas militares para asegurar el progreso y proteger a los pobladores de las bandas apaches. Deza y Ulloa desde Durango, vió la riqueza y el potencial económico de este territorio por lo que hizo el intento inicial para poner orden en el territorio, pero era tan vasto que se requería mucha milicia. Tuvo el acierto de solicitar y obtener el apoyo Real.
En España, a estos territorios del norte se les conocía con el nombre de El Septentrión de la Nueva España y era considerado como un territorio muy rico pero muy mal administrado, por lo que desde 1700, los reyes Felipe V y Fernando VI visualizaron el costo/beneficio, por las grandes cantidades de oro y plata que estaban saliendo de las minas de Chihuahua, valía la pena enviar soldados para brindar más seguridad al territorio y sus pobladores. Envían entonces a la temible pero respetada Compañía de los Dragones de Cuera, al mando del General Hugh O’Connor O´Reilly y Cunco y Fali a encargarse de la seguridad. Estos soldados rápido se pusieron a trabajar, construyeron Presidios Militares en Casas Grandes, San Francisco de Conchos, San Pedro (hoy Meoqui), Cuencamé, Cerro Gordo, Parral, El Paso, Junta de los Ríos, Guajoquilla (hoy Jiménez), Sacramento, Horcasitas, con un destacamento de cincuenta elementos en cada Presidio Militar y las Compañías Volantes de Durango y Sonora, también con cincuenta Dragones de Cuera cada una. La seguridad cambió de manera inmediata.
En 1763 el Rey Carlos III ordena la creación de la Comandancia General de las Provincias Internas, con esta reubicación administrativa, la Nueva Vizcaya deja de pertenecer en parte al Virreinato y se pone al frente a un Comandante General y Gobernador; el territorio pertenece a la Nueva España, pero administrativamente ya no depende del Virreinato, sin embargo el Virrey está obligado a brindarle apoyo y asistencia. En pocas palabras, modificaron para que todo siguiera igual, pero si fué muy notorio y significativo el orden jurídico y administrativo y la presencia militar que se le dió al territorio, garantizando cierta tranquilidad y la continuidad al desarrollo del territorio. Así continuó hasta 1813.
La Independencia, el Primer Imperio Mexicano y la Nueva República
En 1813 el sanguinario Virrey y General Félix María Calleja del Rey, ordena que la Comandancia General de la Nueva Vizcaya sea reincorporada de nuevo al Virreinato de la Nueva España; la Guerra de Independencia estaba en su apogeo y Calleja no quería territorios independientes de la Corona. Al consumarse la Independencia en 1821, viene una pesadilla llamada el Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide que sólo duró un año, es a partir de entonces que México comienza a formarse como una nueva república. En 1822 se instala el Primer Congreso Nacional, ahí se acordó que de manera provisional la administración nacional y la de las Provincias se sujetarían a la Constitución Política de Cádiz, por ser ésta muy compatible con la situación de México en ese momento y mientras se redactaba una Constitución Mexicana.
El 19 de julio de 1823, el Congreso Nacional Constituyente decreta las Provincias de Chihuahua, Durango y Nuevo México; cada Provincia tendrá un Jefe Político y nueve Diputados Provinciales; en el caso de Chihuahua, el primer Jefe Político recayó en Don Mariano Horcasitas, Alcalde de la Villa de Chihuahua y la ceremonia solemne; de instalación y toma de protesta de la Primera Diputación Provincial, se llevó a cabo el 4 de octubre de 1823 y fué un acto en extremo sui géneris, algo totalmente imposible de ver en los tiempos actuales.
El acto político solemne se llevó a cabo en la Casa Consistorial de la Arquidiócesis de Chihuahua, frente a un altar, con la imágen de Cristo crucificado; estaban el Jefe Político Don Mariano Horcasitas, de pie y con un libro abierto de los Santos Evangelios entre sus manos, los nuevos Diputados Provinciales, de los cuales, cuatro titulares y tres suplentes eran sacerdotes, también estaban por supuesto la jerarquía católica y autoridades civiles y militares; la toma de protesta se llevó a cabo frente al altar, una vez que tomaron protesta, ocuparon sus asientos y se declaró instalada la Primera Diputación Provincial de la Provincia (no Estado) de Chihuahua, posteriormente se trasladan a Catedral, donde se cantó un Te Deum y se celebró una Santa Misa. ¡¡Vaya que eran tiempos muy diferentes a los de ahora…!!
Estado Interno del Norte
El 31 de enero de 1824 el Congreso Nacional Constituyente expide el “Acta Constitutiva de la Federación”, nace la República Mexicana, bajo un sistema Republicano, Representativo y Federal; en dicha Constitución, se decreta la formación del “Estado Interno del Norte”, constituido por las provincias de Chihuahua, Durango y Nuevo México, y cuya capital sería la Villa de Durango. De inmediato esto le ocasionó una serie de inconvenientes a la naciente República Mexicana, se generaron una serie de desacuerdos y discusiones por la formación del nuevo Estado Interno del Norte, tanto a nivel popular, como al nivel político.
Para la gente de Chihuahua esto era inaceptable, toda su vida durante el virreinato pertenecieron y dependieron política, militar y económicamente de Durango y de lo que allá se decidiera, estaban hartos de esa situación, ya no la querían y deseaban libertad y soberanía en las decisiones de los chihuahuenses; por su parte, en Durango felices de la vida en ser la capital del nuevo Estado, pero a la vez les parecía demasiado territorio bajo su administración y pensaban que iba a ser muy difícil el control de tanta inmensidad, además de tener que lidiar con las inconformidades de chihuahuenses y neomexicanos; al mismo tiempo, en Nuevo México también estaban inconformes, por principio de cuentas, no tenían la menor idea de donde estaba Durango, la capital; luego estaba el hecho de que ellos siempre se sintieron dependientes de Chihuahua, cosa que tampoco los hacía felices y para rematar, ya tenían muy cerca a los gringos y al igual que a los texanos, cada vez les gustaba más el modo de vida de Estados Unidos.
Para coronar la inconformidad con el Estado Interno del Norte, la Diputación Provincial de Chihuahua se negó a hacer viajar a sus diputados a Durango para cada sesión legislativa; por su parte, en Santa Fe, Nuevo México cuando se enteraron en donde estaba Durango y de que sus diputados tendrían que recorrer 1530 km de ida y otros tantos de regreso en diligencia para asistir a las sesiones, casi se infartan y como era de esperarse, pusieron el grito en el cielo. Esa fue la bomba que tronó el Estado Interno del Norte, por esos motivos su legislatura nunca llegó a constituirse y sólo duró seis meses como Estado de la República Mexicana; por lo que, al Congreso Nacional Constituyente, no le quedó más remedio que decretar la anulación del Estado Interno del Norte
Creación del Estado de Chihuahua
El martes 6 de julio de 1824, El Congreso Nacional Constituyente aprueba y decreta la ley de la creación del Estado de Chihuahua como un nuevo Estado de la República Mexicana, decretando también que la Capital será la Ciudad de Chihuahua. En el decreto se establece también un plazo no mayor a tres meses, para la instalación de una Legislatura Constituyente, que deberá quedar conformada con once Diputados Locales propietarios y cuatro suplentes, que le dará validez política y jurídica al nuevo Estado; para ello se integró la Legislatura Constituyente con los Diputados Provinciales que habían sido electos para formar parte de la Legislatura del fallido Estado Interno del Norte.
El miércoles 8 de septiembre de 1824 queda debidamente instalado, en tiempo y forma el Congreso Constituyente del Estado de Chihuahua, ése mismo día se expide el primer decreto, declarando que se encontraban legalmente constituidos; en el mismo decreto se establece de manera muy clara que la forma de gobierno del Estado de Chihuahua será representativa, republicana y popular, con división de tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; también se decreta el compromiso de crear a la brevedad, la Constitución Política del Estado de Chihuahua. Curiosamente, ése primer decreto también establece la primera ley expedida en el Estado de Chihuahua y que textualmente decía “Queda totalmente prohibido en el Estado de Chihuahua el ejercicio de cualquier religión que no sea la católica”, y aquí es donde nos damos cuenta de cómo eran los tiempos hace doscientos años y de cuánto han cambiado esos tiempos hasta el día de hoy.
Empieza a funcionar el recién estrenado Estado de Chihuahua
El mismo día 8 de septiembre de 1824, el Congreso Constituyente nombró al primer Gobernador del Estado de Chihuahua, en la persona del señor José Ignacio Marcelino de Urquidi y Jugo, militar y político hijo de padres españoles, nacido en el Valle de San Bartolomé (actual Valle de Allende) Chihuahua. El gobierno de Urquidi, de inmediato se puso a trabajar; su estancia en Cuba peleando contra los ingleses, el ver las condiciones de vida casi animales, en extremo inhumanas de los esclavos negros en Cuba, el grado de analfabetismo de la población cubana y también su relación con los poderosos, ya que su familia era muy rica, fueron moldeando su concepto de la vida y de su relación con la gente y por supuesto influyeron en su manera de gobernar.
Durante su gobierno creó el primer sistema administrativo de gobierno, se estableció el Consejo General de Gobierno, la Administración General de Rentas (Recaudación), la Junta de Diezmos y Almonedas (digamos que era el SAT de la época); comprometió a todos los ayuntamientos del Estado a establecer como mínimo, escuelas primarias en sus jurisdicciones; introdujo la primera imprenta en el Estado de Chihuahua. Inició el proceso mediante el cual, las principales poblaciones del Estado recibieron nuevas denominaciones en memoria de los caudillos de la Guerra de Independencia, de esa manera, San Jerónimo se convirtió en Aldama, Santa Rosalía en Camargo, Guajoquilla en Jiménez, Parral en Hidalgo del Parral y su pueblo natal, Valle de San Bartolomé en Valle de Allende. El Gobernador Urquidi se caracterizó también por su profundo respeto a las leyes y a las instituciones republicanas. Como primer Gobernador, Urquidi sentó muy sólidas bases de la administración pública y de la educación en el Estado, pasó con mucho éxito la prueba de ser el primer gobernador.
Datos curiosos…
Recién constituido, el Estado de Chihuahua abarcaba todo su territorio actual, la mitad de lo que hoy es el Estado de Nuevo México, USA, la tercera parte del actual Estado de Texas, USA, la parte norte del actual Estado de Durango y la parte occidental del actual Estado de Coahuila; era un territorio inmenso, después fue perdiendo territorio por situaciones políticas; actualmente el Estado de Chihuahua es el más extenso del país, ocupa el 14% de la superficie del territorio nacional. El Estado está dividido en 67 municipios. El Estado de Chihuahua colinda al Norte con el Estado de Nuevo México, USA; al Nor- Noreste con el Estado de Texas, USA; al Este con el Estado de Coahuila; al Sur con el Estado de Durango; al Suroeste con el Estado de Sinaloa y al Oeste con el Estado de Sonora.
El Desierto Chihuahuense ocupa el 36% del área desértica del Continente Americano
El Chihuahua (Canis Lupus Familiaris Chihuahua) es una raza de perro originaria del Estado.
El Estado de Chihuahua es el mayor productor de nuez en el mundo.
Su extensión territorial es mayor que la de 170 países en el mundo.
El Chapareke, instrumento musical autóctono tarahumara.
El “Cachorrito de Julimes” (Cyprinodon Julimes), pez originario y endémico del Mpio. Julimes, único pez en el mundo capaz de vivir en aguas con temperatura superior a 46°c.
En 200 años de existencia, el Estado de Chihuahua ha tenido un total de 244 gobernadores, muchos de ellos en varios periodos, como el terrateniente Luis Terrazas Fuentes, que fue gobernador en doce diferentes ocasiones; también algunos gobernadores lo fueron por unos cuantos días o por algunas semanas únicamente. El INHERM considera a Pancho Villa como el mejor gobernador que ha tenido Chihuahua (algo que actualmente es muy discutible y fuera de la realidad).
Por cierto a Don Luis Terrazas, cuyo verdadero nombre era José Luis Gonzaga Jesús Daniel Terrazas Fuentes, no le gustaba que le dijeran simplemente Luis, él decía, con la autoridad que le caracterizaba: “a mí dime Don Luis”; otra reconocida anécdota de este singular y multimillonario personaje, cuyas inmensas haciendas, ranchos, terrenos, casas y negocios ocupaban gran parte del territorio estatal y lo convirtieron en el mayor latifundista del país, siendo Gobernador del Estado visitó la Ciudad de México y algún periodista despistado le preguntó que si el “era de Chihuahua” y Don Luis respondió con su famosa, orgullosa y lapidaria frase: “¡no señor, Chihuahua es mío!”.
Fuentes Bibliográficas:
+ congresochihuahua.ob.mx
+ chihuahua,gob.mx
+ inafed.gob.mx
+ memoricamexico.gob.mx
+ programadestinosmexico.com
+ conago.org.mx
+ ensech.edu.mx
+ worldstatesmen.org
+ iniseg.es
+ enciclopediadehistoria.com
+ cndh.org.mx
+ tiempo.com.mx
+ chihuahuagrande.com
+ es.wikipedia.org