Con letras en español y sonidos acústicos, voces como Peso Pluma impulsan la música regional mexicana en Estados Unidos
Agencia Reforma
CDMX.- Génesis, el álbum lanzado el jueves por el cantautor mexicano conocido como Peso Pluma, fácilmente podría convertirse en un exitazo. Sus sencillos de adelanto ya tienen decenas de millones de descargas por streaming. Otras canciones que Peso Pluma ha lanzado este año han acumulado cientos de millones de reproducciones -como “Ella Baila Sola”, su colaboración con el grupo Eslabón Armado, que alcanzó el número 4 en el Hot 100, la lista pop de Billboard.
Peso Pluma (Hassan Emilio Kabande Laija, de 24 años) está a la vanguardia comercial entre los jóvenes músicos mexicanos y mexicoamericanos que están actualizando sonidos antiguos para un amplio público nuevo, en canciones conocidas como corridos tumbados.
No está solo. Gente como Natanael Cano, Grupo Frontera, Banda MS, Grupo Firme y Junior H también han estado ampliando los públicos para la variedad de estilos agrupados en Estados Unidos como “música regional mexicana”.
La música regional mexicana no se basa en computadoras, sino en instrumentos en gran parte acústicos tocados a mano: guitarras, acordeones, metales. Muchos de los mayores éxitos, como “Ella Baila Sola”, en realidad son valses.
Intérpretes con raíces mexicanas -como Selena, Ritchie Valens, Question Mark and the Mysterians, Jerry García (de Grateful Dead), Freddy Fender, Carlos Santana y Los Lobos- han dejado claro desde hace mucho tiempo que la música en Estados Unidos tiene vínculos mexicanos elaborados, aunque rara vez celebrados.
En ciertas formas, el que la música regional mexicana tenga un público más amplio parece una inevitabilidad demográfica. El censo de 2021 en EU contó 38 millones de estadounidenses de origen mexicano, por mucho, el subgrupo latino más grande. Obviamente, su música no iba a permanecer bajo el radar pop para siempre. Se produce una especie de crossover.
Natanael Cano, un pionero de los corridos tumbados a fines de la década del 2010, dividió su álbum del 2022, NataKong, entre producciones electrónicas con influencias trap y canciones acústicas; recurrió al productor de música dance electrónica Steve Aoki para un track, “Kong 2.0”. Bad Bunny ha traído sus propios versos estilo reguetón -muy diferentes de las melodías de los corridos tumbados- a las canciones regionales mexicanas de Cano y de la banda texana Grupo Frontera, que tuvo uno de sus propios éxitos al reelaborar astutamente un éxito colombiano, “No Se Va”, de Morat, en una cumbia estilo mexicano.
Antes del lanzamiento de Génesis, Peso Pluma tuvo colaboraciones con una variedad de estilos: se unió al cantante mexicano Yng Lvcas en “La Bebé”, un tema de reguetón; lanzó un sencillo con el productor electrónico argentino Bizarrap (“BZRP Music Sessions, vol. 55”) y rapeó en “Plebada” junto al rapero de dembow dominicano El Alfa.
Pero tener una canción como “Ella Baila Sola” en el Top 10 de Estados Unidos demuestra que las tácticas de crossover ya no son obligatorias. La letra está en español y los instrumentos son acústicos, lejos de la norma electrónica del pop.
Los corridos tumbados actuales reúnen múltiples elementos de estilos regionales mexicanos, como ranchera, norteño, banda y mariachi. Llevan adelante un elemento central de la música mexicana: un sentido estoico de la ironía. Es probable que una historia de desilusión o traición esté salpicada de carcajadas o gritos burlones de “¡ay!”.
Como en el hip hop, los artistas impulsan constantemente las trayectorias de otros -y la suya propia- con colaboraciones y apariciones especiales. En Génesis, Peso Pluma comparte pistas con Natanael Cano, Junior H, Jasiel Núñez y media docena más.
La música regional mexicana, como muchos otros estilos pop, es en gran medida un mundo de hombres; los videos de bandas como Grupo Firme están llenos de camaradería machista borracha, pero eso también está evolucionando. Uno de los éxitos recientes de la música regional mexicana es el grupo Yahritza y Su Esencia, del agrícola Valle de Yakima, en Washington.
Yahritza, quien todavía es adolescente y tiene padres michoacanos, está respaldada por dos de sus hermanos en su EP del 2022, Obsessed -el título está en inglés, pero las canciones están en español-, con temas que incluyen “Soy el Único”, un vals de voz cruda sobre el amor perdido que escribió cuando tenía 14 años. Yahritza tiene el talento emocional y habilidoso de compositores como Taylor Swift; su voz es herida, íntima y fuerte, que trasciende el lenguaje y llega hasta los sentimientos.
La promesa largamente ignorada de la música regional mexicana, al llegar a un público más extenso, es que le restaurará al pop la emoción a escala humana -desafiando la tecnología y tocando directamente a cada escucha-.