En la época de lo que el escritor Mario Vargas Llosa definió como la “dictadura perfecta en México”, el control hegemónico del PRI en el gobierno, no existían las encuestas de preferencia electoral.
En la época de lo que el escritor Mario Vargas Llosa definió como la “dictadura perfecta en México”, el control hegemónico del PRI en el gobierno, no existían las encuestas de preferencia electoral, porque simple y sencillamente no hacían falta, la definición del candidato presidencial, a cargo de quien era presidente en ese momento, era suficiente para saber quién ganaría la elección, y no fue sino hasta finales de los 80’s, principios de los 90’s, que surge en nuestro país una competencia electoral real, más o menos consensuada y convenida, pero finalmente real.
Y es esta competencia electoral real la que propicia la aparición de las casas o empresas encuestadoras, es decir, quienes se dedicaron a medir estadísticamente, probabilísticamente, las posibilidades de uno u otro candidato a obtener el triunfo en la elección.
Cuando nos referimos a métodos estadísticos y probabilísticos, hablamos de ciencia, de datos duros, de metodologías probadas en esas materias para explorar las preferencias, las costumbres, las percepciones, las ideologías de las personas.
Debo aclarar que las encuestas de preferencia, estudios de mercado y “focus group” o grupos de enfoque, ya existían desde mucho antes, como parte de la mercadotecnia comercial, pero no se aplicaban al ámbito político-electoral porque no era necesario, lo hacían las empresas para medir el impacto de sus productos, las necesidades de sus consumidores, y con eso incrementar sus ventas, tarea en la que siempre han tenido el éxito perseguido, lo que comprueba la eficacia y eficiencia de tales ejercicios.
En conversación telefónica con Roy Campos, presidente y director general de Consulta Mitofsky, me explica que su empresa nace en 1995, en febrero de ese año, está a punto de cumplir 30 años en el mercado de las encuestas de preferencia político electoral, pero que se han mantenido a lo largo de todos esos años, gracias a una política de consistencia y ética empresarial.
“Te has de imaginar, que varios, muchos, gobernadores, alcaldes, candidatos, se nos han acercado a pedirnos una encuesta en la que salgan bien, o en primeros lugares, y nuestra respuesta siempre ha sido la misma, vendemos encuestas, nosotros no vendemos ni puntos, ni posiciones ¿Quieres una encuesta? Te la vendo, pero no te aseguro que vas a salir bien, o en los primeros lugares”, me confía Roy Campos en la entrevista.
El entrevistado también reconoce que a lo largo de todo ese ejercicio profesional se han cometido errores, “por supuesto que sí y muchos” asegura, pero también afirma que “Siempre hemos salido a dar la cara, siempre salimos a explicar o aceptar las fallas cometidas, pero nadie ha dicho ni podrá decir que nos ha pagado para que cometamos esos errores”
Es un hecho incontrovertible, que, al día de hoy, Consulta Mitofsky junto con otras 4 o 5 casas encuestadoras son referentes nacionales en todos los procesos electorales del país, consultadas y referidas por todos los analistas políticos y comentaristas de noticias, ese es un hecho que nadie puede negar y que confirma lo dicho por Roy Campos. Las encuestadoras van a seguir existiendo y teniendo demanda, el problema no son ellas, el problemas es quienes usan las encuestas y cómo las usan.
El motivo de la llamada con Roy fue la encuesta que publicó recientemente, en la que el presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuellar, aparece en primer lugar y en la que da cuenta del posicionamiento o aceptación que tienen los alcaldes del país, de todo el país, y en la que midieron a 150 municipios con mayor presencia en el territorio nacional.
De entrada me dijo: “Mira, entiendo bien el ruido que se hizo, todo el mundo está peleando por el 2027 como un punto, como un objetivo, y entiendo el ruido, en Morena ya está desatada la candidatura y todo el mundo ven y creen que una aprobación alta es como un como un punto a favor cuando la verdad es que la definición de las candidaturas ya cada partido tendrá sus métodos, y no, no va a usar esto, o sea no esto, no, pero un poco ahí que hay que recordar que Morena ¿qué es lo que hace? O el PRI, no importa qué partido, toman sus mejores cuadros los meten en un proceso y sea por algo así o que utiliza con algún método, y Morena lo que hace es una encuesta, pero a quiénes ponen la lista de esa encuesta, ese es el secreto y esta encuesta lo que está diciendo es que Cruz Pérez Cuéllar, como número uno nacional, no me lo vayan a dejar fuera de esa encuesta bueno, es que de todos modos no lo iban a dejar fuera”
Mi pregunta iba enfocada especialmente a lo que ocurre dentro de Morena, porque es donde está más acentuada la lucha por la nominación, y, obviamente, el fuego amigo, si es que se le puede llamar “amigo” a cualquier clase de fuego en contra.
Pero lo que se desprende de lo dicho por Roy Campos, es que si hoy Morena tuviera que decidir su candidato a la gubernatura del estado, tendría que ser necesariamente Cruz Pérez Cuéllar, por el posicionamiento que muestra, porque en este momento ninguna otra figura interna de Morena lo iguala en ese sentido, al igual que si en el PAN o la alianza con el PRI tuvieran que elegir hoy, pues sería obligadamente Marco Bonilla que aparece en el ranking número 7 de su encuesta nacional de alcaldes. Hoy por hoy, no hay más en ambos frentes, Cruz Pérez Cuéllar por Morena y Marco Bonilla por el PAN y sus aliados. No hay más.
La segunda consecuencia de ese “ruido” al que se refiere Roy Campos es, por supuesto, la encuesta que presentó el alcalde de la capital, Marco Bonilla, a los pocos días de la de Consulta Mitofsky, pero esta avalada o realizada por una empresa absolutamente desconocida en el ámbito de las encuestas.
Incluso Roy reconoció en la entrevista que no había escuchado el nombre de la empresa antes, pero se negó a emitir algún juicio de valor sobre la validez de la misma, porque “Mira, en algún momento todas las encuestadoras hemos sido nuevas, y hemos empezado, no la voy a descalificar ni mucho menos” dijo.
De una búsqueda simple en Internet, en su página web oficial, pudimos saber que Statistical Research Corporation, la encuestadora de Marco Bonilla, tiene su sede en Monterrey, Nuevo León, que tiene presencia de baja a regular en todas las redes sociales, y que tiene más de 850 estudios realizados (encuestas), 9 Gobiernos Asesorados, que tiene un 90 por ciento de precisión en elecciones (sin que presente alguna evidencia o certificación en ese sentido), y que ha participado en 14 campañas electorales, lo que nos permite deducir que no tiene en el mercado más de 5 años (por el número de campañas en las que ha participado), porque ellos no lo dicen en su página, no dicen desde cuándo existe la empresa y quiénes la conforman, lo que sería un valioso elemento de verificación y análisis, pero lo omiten.
Sin embargo, y pese a la aparente novatez o impericia de la encuestadora SRC, coincido con Roy en que no se le debe descalificar solo por ese hecho, finalmente existe, realizó un ejercicio que, coincidentemente le favorece al alcalde de la capital, y pues bueno ahí están los datos y las trayectorias para evaluar.
Lo que finalmente queda de todo esto, y es lo que se debe analizar y reflexionar es que, a poco menos de 2 años del proceso electoral de 2027 (porque el proceso como tal inicia en octubre de 2026), la definición de candidaturas y muy probablemente de gobernador para el estado, solo está entre dos nombres, Cruz Pérez Cuéllar por Morena, y Marco Bonilla por el PAN y/o sus aliados. En este momento, no hay otro escenario posible.
Vendrán muchas encuestas más, y mucho más ruido tanto interno como externo en ambas corrientes políticas, lo cierto es que la ventaja que hoy tienen uno y otro se antoja muy difícil de remontar, porque siguen activos y en constante trabajo de posicionamiento, digo, para que lo consideren quienes tengan alguna aspiración parecida.
Ganar una elección estatal, como lo es la gubernatura de Chihuahua, no es cualquier cosa, es un proyecto político de enorme calado, se requieren muchos factores y elementos, condiciones, conozco ex gobernadores a los que ese proyecto les llevó al menos 9 años desde su planeación, diseño, ejecución y logro, por eso, a quienes afirman que algunos andan muy adelantados, les diría, al contrario, les falta meter el acelerador a fondo. Ya no queda mucho tiempo.