Hablemos de Alzheimer, otra pandemia global y mortal
En el marco del Día Mundial del Alzheimer, y en medio de la pandemia por COVID-19, resalta el hecho de que la enfermedad de Alzheimer es otra pandemia que le ha arrebatado la vida -en sentido literal y figurado- a un sinfín de personas.
Clasificar como “pandemia” al Alzheimer tiene sentido porque, sin duda alguna, es una enfermedad presente en todo el mundo. Pero, a diferencia de otras pandemias, ha perdurado por más de un siglo (considerando solo el año de su descubrimiento) y no hay esperanza de encontrar una cura para ella. Es -quizás- por eso último que Cristina Maragall, presidenta de la Fundación Pasqual Maragall, catalogue a la enfermedad de Alzheimer como una “pandemia estructural”.
Y es que -por ejemplo- mientras que la pandemia de la COVID-19 pudiera terminar en uno o dos años, la pandemia de Alzheimer se extenderá por tiempo indefinido y de manera exponencial. Es decir, según las estimaciones de la OMS, para el 2030 serán alrededor de 60 millones las víctimas -directas- esta cruel y devastadora enfermedad, y para el 2050 la cifra se elevará hasta los 100 millones.
Para México la situación tampoco es alentadora porque, de acuerdo con el Dr. Amador Macías, especialista en Geriatría de alto nivel, la pandemia de Alzheimer triplicará, en los próximos 30 años, el número de pacientes con la enfermedad de Alzheimer en México; es decir, serán aproximadamente 2.2 millones de pacientes.
Debe quedar claro que no se trata de desestimar la gravedad de la pandemia de COVID-19 ni minimizar que, en tan solo diez meses, ha causado la muerte de 31 millones de personas a nivel mundial (casi 75 mil en México, según cifras oficiales). De lo que se trata es de reflexionar sobre otra grave y mortal enfermedad global para la cual, a pesar de los avances científicos, tecnológicos y tecnocientíficos, no hay cura y representa la 6ta causa de muerte en el mundo.
Y para que esa reflexión sea más profunda, es necesario saber que, según el “Informe Mundial sobre el Alzheimer 2019”, los fondos para la investigación sobre el Alzheimer han sido -y siguen siendo- insuficientes porque no se ha logrado crear conciencia en el sentido de que, el Alzheimer, no es solo un simple efecto de la vejez sino una enfermedad que puede manifestarse antes (y a veces, mucho antes) de los 65 años.
Será pues hasta que las personas entiendan y comprendan que el Alzheimer es una de las mayores crisis de salud y sociales del siglo XXI, cuando -quizás- los gobiernos dejarán de ser indiferentes ante dicha problemática y -también quizás- consideren incrementar el financiamiento público para la investigación, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
En esta ocasión, finalizo citando lo dicho por la médica -jubilada- estadounidense, Tess Gerritsen: “El Alzheimer nos está matando literalmente, y la única forma de luchar contra este ‘crimen’ es a través de una oleada de personas que continúan elevando sus voces y fondos para asegurarse de que reciba la atención que se merece”.
Aída María Holguín Baeza
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