Jirones de nuestra historia
A quien admiraba, le transmitió lo sanguinario
Nacido bajo el nombre de Leonardo Teófilo Guadalupe Ignacio del Sagrado Corazón de Jesús Márquez Araujo, a pesar de tan kilométrico y santo nombre, nadie se imaginaba el monstruo que se estaba gestando en él; Leonardo nació el 8 de enero de 1820 en la Ciudad de México; hijo del Capitán Cayetano Márquez y de María de la Luz Araujo, desde niño todo lo que vio en su entorno, fueron armas, militares, uniformes y batallas.
Su padre, el Capitán Cayetano Márquez sirvió toda su vida al Ejército Realista y fue una de las personas de máxima confianza del sanguinario General Félix María Calleja del Rey, bajo cuyas órdenes estuvo toda su carrera militar, hasta que Calleja se fue de México en 1818; por ese motivo Leonardo desde pequeño oyó a su padre hablar maravillas del General Calleja y sus grandes “hazañas” bélicas, por lo que Leonardo tuvo desde niño a quien admirar.
El niño Leonardo era muy listo y desde muy pequeño inició su educación primaria; a finales de 1829, su padre es enviado como Comandante de la Compañía Presidial en Lampazos, Nuevo León, a donde se mudó la familia y el 15 de enero de 1830, con diez años de edad decide que quiere seguir los pasos de su padre e ingresa al ejército como cadete en la Compañía que su padre dirigía (la Secretaría de la Defensa Nacional tiene registrado al Cadete Francisco Márquez como el más joven inscrito en el Colegio Militar con una edad de doce años; seguramente Leonardo Márquez en sus inicios fue instruido por su padre).
Muy joven inicia su carrera militar
En 1836, a sus dieciséis años de edad, Leonardo Márquez ya es subteniente del Ejército Mexicano y es asignado al Batallón de Mezquitán, donde comenzó a mostrar sus enormes talentos militares. A Márquez, como a muchos otros militares, les tocó un México muy turbulento que estaba tratando de estabilizarse como país en lo político, en lo económico y en lo social; las luchas por el poder estaban generando esas turbulencias, todos querían el poder, los militares, los empresarios, los comerciantes, los hacendados, los liberales, los conservadores y por supuesto, la Iglesia; y toda esa turbulencia social generaba un caos político que ocasionaba que los Presidentes, algunos duraban unos cuantos días y ya estaba otro y así por el estilo; toda esa situación generaba que México no se podía asentar como país para comenzar a desarrollarse y toda esa época le tocó a Leonardo Márquez, quien fue parte de ese proceso.
Como integrante del Batallón Mezquitán, son enviados a Matamoros Tamaulipas, donde son puestos bajo las órdenes del General Vincenzo Filizzola (italiano nacionalizado mexicano), para pelear en la Guerra de Texas; ahí comenzó Leonardo Márquez a mostrar su gran talento como militar, se ganó el apodo de “El Tigre” por la manera tan rápida y sigilosa para mover a sus tropas, esa capacidad y habilidad no la tuvo nunca ningún otro militar mexicano, mostrando su gran valor y coraje en las batallas; pero también comenzó a mostrar signos de excesiva violencia y crueldad desmedida.
Después de la Guerra de Texas es enviado a labores militares en Zacatecas, Aguascalientes y San Luis Potosí, es aquí donde decide hacerse al lado del Partido Conservador. En esta etapa de México, la política y la lucha por el poder se dividen en Liberales y Conservadores, el Ejército también se divide, los militares toman partido según sus preferencias políticas y es entonces que muchos de ellos, habiendo sido compañeros de armas, se llegan a enfrentar en esa lucha por el poder.
En 1839, “El Tigre” Leonardo Márquez es puesto al frente de la Compañía de Cazadores, ese agrupamiento constaba de treinta y dos soldados; uno de esos días, Márquez al frente de su Compañía se desplazaba a campo traviesa en el lugar conocido como Lomas de San Luis, cuando son atacados por trescientos soldados del ejército liberal; Márquez rápido movió a sus tropas y aprovechando las fallas del terreno fue atacando y mermando al enemigo, hasta que emprendieron la huída. Este hecho impulsó la carrera de Leonardo Márquez, pero también marcó el inicio de su negra fama, fue ascendido a Teniente, pero también el General Santa Anna al leer su parte de novedades sobre los hechos le cuestiona el porqué no hubo heridos ni prisioneros, Márquez responde con un simple y vago “así es la guerra, mi General”, al indagar entre la tropa, Santa Anna se entera de que Márquez había ordenado rematar a todos los heridos.
Crece la fama y la carrera del “Tigre” Márquez
A partir de aquí se comenzó a construir la fama del ahora Teniente Márquez, en 1840 es nombrado Comandante del Ejército en Tampico, Tamaulipas donde duró tres años; de ahí fue trasladado a Jalapa, Veracruz como instructor militar, era muy evidente que los mandos militares lo querían mantener lejos de los combates y las batallas, hasta que en 1846 combatió al lado del General Antonio López de Santa Anna en contra de la invasión de Estados Unidos; en 1849 de manera extraña y sin explicación alguna, Leonardo Márquez se da de baja del ejército y se dedica a la agricultura, pero eso no era lo suyo, no se sentía vivo entre los surcos, extrañaba la pólvora, los balazos y las batallas.
En 1853 es nombrado Comandante del Batallón Activo de Toluca y con ese batallón se le ordenó imponer la paz en los Estados de Veracruz, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Guanajuato y Estado de México; en ese tiempo fue nombrado también Comandante y Alcalde de las ciudades de Jalapa, Veracruz así como de Zamora y Maravatío, Michoacán; durante esos años fue ascendiendo diversos grados en la milicia, también en esta época conoce y traba amistad con los generales Tomás Mejía y Miguel Miramón.
En 1854 recibe el grado de General Brigadier por su lealtad al General Santa Anna; el ahora General Brigadier Leonardo Márquez pretende tomar por asalto la Ciudad de Puebla para ponerla en manos de los conservadores, pero fue derrotado por el joven Coronel Porfirio Díaz, quien no solo lo derrota, sino que lo persigue haciéndolo huir hacia Veracruz, en donde lo obligó a exiliarse en Cuba. Cuatro años más tarde, en 1858 el General Márquez regresa a México para adherirse al golpe de Estado conservador que encabezó el General Félix Zuloaga; el ahora General Porfirio Díaz se entera de la presencia de Márquez en Veracruz y va en su búsqueda, esto obligó a Márquez a esconderse durante seis meses en un panteón de un pueblo veracruzano, de ahí pretendió embarcarse hacia Tampico, pero fue hecho prisionero y liberado por su amigo el General Tomás Mejía. El asunto con Porfirio Díaz ya era de carácter personal.
A pesar de todo, el General Márquez entró con el pie derecho, pues su amigo el General Miguel Miramón había tomado el poder y era Presidente de México; Miramón lo hace Gobernador de los Estados de Michoacán y de San Luis Potosí, en donde derrotó a las fuerzas liberales del General Ignacio Zaragoza y en Zacatecas le asesta la primera de dos derrotas al liberal General Santos Degollado; el Presidente conservador Miguel Miramón lo premia haciéndolo Gobernador del Estado de Jalisco, en donde lo mejor que hizo fue decretar la ley para la reconstrucción y refundación de la Universidad de Guadalajara.
“El Carnicero de Tacubaya”
Siendo Gobernador de Jalisco, el General Leonardo Márquez se dedicó a incrementar el número de sus tropas, a una intensa preparación en disciplina y tácticas militares de sus soldados, así como a dotarlos de una buena vestimenta y uniformes, y por supuesto bien pagados y equipados, todo ello para tenerlos listos y afilados para el combate. Y ese día llegó, el 20 de marzo de 1859 recibe un comunicado de Antonio Corona, Gobernador del Distrito Federal, en laque le pide su urgente presencia, puesto que el General Santos Degollado se dirigía hacia ahí para tomar la ciudad; el General Márquez reacciona de inmediato.
Fiel a su costumbre, Márquez hace gala de movilidad y en diez días llega a la Ciudad de México, llegó antes que Santos Degollado y eso le dio tiempo para preparar la defensa de la capital y evitar que cayera en manos de los liberales, así es que le presenta un plan de batalla al Gobernador Antonio Corona. Por su parte el General Santos Degollado antes de atacar a la Ciudad de México sabía que iba a ser una muy cruenta batalla y ante la escasez de personal médico en sus filas, solicitó apoyo de médicos, enfermeros y enfermeras afines a la causa liberal como voluntarios para asistir a los posibles heridos en sus tropas; se alistaron un total de cincuenta y tres voluntarios.
El 11 de abril de 1859, como se esperaba, la Batalla de Tacubaya fue muy sangrienta y al final se impuso el General Leonardo Márquez, quedando indefenso el General Santos Degollado, a quien sin ningún miramiento ni piedad ordenó fusilarlo; después ordena que los cincuenta y tres voluntarios médicos liberales auxilien y curen a los soldados heridos conservadores, para luego ordenar el fusilamiento de todos los oficiales y jefes conservadores prisioneros y heridos; por último, ordena sean fusilados los cincuenta y tres voluntarios médicos, hombres y mujeres ajenos a la batalla, que solo habían asistido como voluntarios.
Esto le originó al General Leonardo Márquez fuertes críticas de la prensa, la opinión pública y por supuesto de los liberales, la prensa lo calificó como “El Carnicero de Tacubaya”, apodo lapidario que ya nunca se pudo quitar de encima; sin embargo, “por haber salvado a la Capital de las garras liberales”, su amigo el Presidente, General Miguel Miramón lo premia con el ascenso a General de División. Al ser cuestionado por la prensa, Márquez exhibió a su amigo el Presidente, al decir públicamente que todo había sido por una orden de Miramón y presentó un comunicado con dicha orden, solo que en el comunicado se leía que fusilara solo a los jefes y oficiales liberales, no se mencionaba nada más; otra cosa, dicho comunicado con la orden había llegado dos horas después de ocurrida la masacre, por lo que para todo el mundo quedó claro que el General Márquez había actuado por decisión y cuenta propia. A los voluntarios y ciudadanos civiles masacrados la Historia los reconoce como “Los Mártires de Tacubaya”.
Antes de convertirse en traidor a la Patria, Márquez asesinó al General Leandro Valle y después a Melchor Ocampo, quien era el brazo derecho de Benito Juárez.
El Carnicero de Tacubaya traidor a la Patria
A principios de 1862 ocurre la Segunda Intervención Francesa en México y el General Leonardo Márquez en un acto por demás abyecto y traicionando todos los principios de lealtad a la Patria, se pone a las órdenes del General francés Charles Ferdinand Latrille, Segundo Conde de Lorencez, para atacar a México y al ejército liberal del Presidente Benito Juárez.
Márquez, junto con los Generales Juan Nepomuceno Almonte (hijo de José María Morelos), José Mariano Salas, Refugio Tánori, Emilio Langberg, Joaquín Miramón, Miguel Miramón, Tomás Mejía, Tomás O´Horan y Ramón Méndez; todos ellos se pusieron bajo las órdenes de Lorencez y de los Generales franceses, quienes, al ver las habilidades de Márquez en sus movimientos y desplazamiento de sus tropas, lo apodaron “Leopardo” Márquez.
A la llegada de Maximiliano de Habsburgo para asumir el Segundo Imperio Mexicano, el General Leonardo Márquez se postró ante Maximiliano, jurándole lealtad a él y a la Corona; como retribución, Maximiliano lo nombró Embajador Plenipotenciario para el Imperio Otomano (actual Turquía), Grecia, Persia (actual Irán) y Jerusalén (actual Israel). La labor diplomática del General Márquez fue muy buena para los intereses del Emperador Maximiliano, Márquez estrechó lazos con todos esos países y firmó tratados comerciales, marítimos y tratados de intercambio cultural, así como el establecimiento de Embajadas y Consulados para el tránsito de ciudadanos.
De paso, y por encargo de Maximiliano, el General Márquez actuó como mediador para recomponer la relación de esos países con Francia y el Gobierno de Napoleón III. De regreso a México, por sus servicios diplomáticos, el Emperador Maximiliano le otorga la condecoración de La Gran Cruz de Guadalupe y La Gran Cruz del Águila Mexicana y por instrucciones de Napoleón III y en agradecimiento a sus servicios diplomáticos prestados a Francia, le otorga a nombre del pueblo francés, La Cruz de Comendador de la Orden Imperial de la Legión de Honor, siendo el encargado de prenderla en su uniforme, el General Achille Bazain.
Después de esto, el General Márquez peleó defendiendo al Imperio de Maximiliano en contra del Ejército Republicano del Gobierno Itinerante de Benito Juárez, quien defendía a la República como podía, basando sus esperanzas en un grupo de cuarenta y cinco Generales de primera línea que le eran completamente leales a la República y un número mayor de Coroneles y Oficiales; Márquez comenzó a perder batalla tras batalla contra los liberales, pero no solo era él, la realidad era que los franceses y el Imperio se habían ido debilitando
En 1867, Napoleón III ordena la retirada de las tropas francesas de México, Maximiliano había resultado ser un Emperador muy débil y ya no tenía caso seguir apoyándolo, lo que provocó el avance de las tropas mexicanas y el inicio del derrumbe del Segundo Imperio Mexicano; el General Márquez entendió muy bien la situación, Juárez ya había salido de Paso del Norte rumbo a la Ciudad de México, los Generales juaristas estaban recuperando las ciudades y el General Mariano Escobedo venía por Maximiliano, quien se había refugiado en Querétaro y desde ahí hacía los últimos y cada vez más vanos esfuerzos por salvar lo que quedaba del Imperio.
“Los Cuatro Emes”
Márquez sabía que era el final y también sabía que Juárez había ordenado a sus Generales que quería vivos a “Los Cuatro Emes”, y esos eran Maximiliano, Miramón, Mejía y Márquez, quien buscando salvar el pellejo le dice a Maximiliano que le otorgue permiso para ir a la Ciudad de México por refuerzos y éste accede, pero nunca más lo volvió a ver, era la oportunidad de “El Carnicero de Tacubaya” para escapar de la ira de Juárez y huye hacia Veracruz, pero al enterarse de que el General Porfirio Díaz ha recuperado la Ciudad de Puebla, paso obligado a Veracruz, se disfraza de arriero para poder evadir a Díaz.
Maximiliano, los Generales Miguel Miramón y Tomás Mejía son hechos prisioneros, Juárez pregunta “por la cuarta eme” y pensando en la posible huida del país, envía a Porfirio Díaz a Veracruz a por él, pero cuando Díaz llega, Márquez ya había zarpado con rumbo a Nueva York y de ahí se fue a La Habana, Cuba, en donde se enteró de los juicios y fusilamientos de las otras tres emes.
En 1895, el General Leonardo Márquez en pleno gobierno de su peor enemigo Porfirio Díaz, por mediación del Secretario de Gobernación, Manuel Romero Rubio, suegro del Presidente Díaz le solicita le permita poder regresar a su país; Díaz dejó muy claro que aceptaba solo porque se lo solicitaba su suegro; Márquez regresó a México en enero de 1895, pero solo seis meses le duró el gusto, ya que su protector Don Manuel Romero Rubio falleció en julio de ese mismo año.
Una vez sepultado Romero Rubio, Porfirio envía a su sobrino el General Félix Díaz, Jefe del Estado Mayor Presidencial, con un mensaje verbal, Félix Díaz le dice: “General Márquez, se va usted del país o se va usted a la cárcel; el Presidente me espera con su respuesta”; Márquez se regresa a Cuba, donde falleció en 1913 a la edad de 93 años.
El General de División Leonardo Márquez Araujo, “El Carnicero de Tacubaya” está en la deshonrosa lista de mexicanos traidores a su Patria.
“Allí donde hay desolación, lágrimas, dolor y muerte, allí donde la barbarie humana ha cobrado víctimas; sin duda por allí ha pasado el General Leonardo Márquez”. General Félix Zuloaga.
Fuentes Bibliográficas:
+ enciclopedia.udg.mx
+ relatosehistorias.mx
+ cndh.org.mx
+ moderna.historicas.unam.mx
+ infobae.com
+ mediateca.inah.gob.mx
+ rediab.uanl.mx
+ es.wikipedia.org