Se une a líderes religiosos y civiles para exigir revertir la nueva política de asilo
De la Redacción / El Diario de El Paso
Las nuevas restricciones al asilo político en Estados Unidos propuestas por el presidente Joe Biden hace unas semanas, han desatado un repudio general entre promotores de los derechos humanos de los migrantes, quienes consideran que traiciona el espíritu de este país.
El obispo de El Paso, Mark Seitz, considerado uno de los prelados católicos más destacados en la defensa de los migrantes, se unió a otros líderes comunitarios y religiosos para exigir al presidente Biden que dé marcha atrás a la iniciativa que haría prohibitivo el asilo.
“Como obispo en la frontera, estoy profundamente preocupado por esta nueva propuesta de limitación de asilo de la administración. Esta política es un importante paso atrás en un momento en que realmente necesitamos una reforma significativa”, dijo Seitz en una videoconferencia en la que participaron clérigos de diferentes religiones que conforman la Campaña Bienvenidos con Dignidad.
La organización está compuesta por más de 100 organizaciones nacionales y regionales comprometidas a transformar la forma en que Estados Unidos recibe y protege a las personas obligadas a huir de sus hogares para garantizar que sean tratadas con humanidad y justicia.
Según la ley de Estados Unidos, los migrantes que huyen de la persecución pueden solicitar asilo independientemente de cómo lleguen a suelo estadounidense. La regla del presidente Joe Biden, que podría entrar en vigor en mayo y expirar después de dos años, supondría la inelegibilidad de asilo para quienes ingresen ilegalmente.
La sanción facilitaría al Gobierno la deportación de las personas que cruzan la frontera y que expresan temor a sufrir daños, lo que podría reducir el número de personas que pueden ingresar a los Estados Unidos en espera de una audiencia en los tribunales de inmigración federales.
Para monseñor Seitz, quien preside el Comité de Migración de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, la propuesta de Biden es una política que perpetúa la noción equivocada de que las medidas de aplicación de mano dura son de alguna manera una solución a las realidades en la frontera.
“Décadas de enfoques similares han demostrado lo contrario. La Iglesia católica en los Estados Unidos ha rechazado sistemáticamente las políticas que debilitan el acceso al asilo para aquellos que más lo necesitan y los exponen a más peligros”, expresó el obispo, quien es invitado frecuente en debates a nivel nacional sobre migración.
“Debido a que ese es el resultado probable de esta propuesta, me opongo firmemente a su implementación”, concluyó tajante el prelado.
El anuncio conjunto de los departamentos de Justicia y Seguridad Nacional es el último movimiento de la administración destinado a apuntalar una vulnerabilidad potencial para Biden si se postula para la reelección el próximo año. Después de asumir el cargo, Biden revirtió y eliminó muchas de las medidas de inmigración de la administración Trump, pero las promesas del presidente de crear un sistema más ordenado se han visto socavadas por las frecuentes escenas de caos fronterizo y un número récord de cruces ilegales.
Apoyan otras voces
La rabina Jill Jacobs, directora ejecutiva de T’ruah: The Rabbinic Call for Human Rights, agregó: “Para la comunidad judía, entendemos que la política de inmigración es una cuestión de vida o muerte… no podemos permitir que la historia se repita. Vamos a ser fuertes en nuestra insistencia de que las personas que buscan protección fueron creadas a imagen de lo divino”.
Jacobs considera que la administración Biden quiere rechazar a más personas y enviarlas de vuelta al peligro.
“Si siguen adelante con esta prohibición, será una violación de las obligaciones legales y morales de nuestra nación. En lugar de implementar esta regla, deben priorizar la protección de los derechos humanos sobre todo lo demás”, dijo la religiosa judía.
Por su parte, la abogada Haddy Gassama, directora Nacional de Política y Defensa de UndocuBlack Network, dijo: “La inmigración es un problema afroamericano. El Gobierno de Biden inauguró el Mes de la Historia Afro con la deportación de inmigrantes haitianos”.
Y agregó: “La prohibición de asilo propuesta confirma lo que muchas organizaciones de inmigrantes afrodescendientes han destacado en los últimos años. A pesar de las promesas de campaña de ser una administración que priorizaría la equidad racial, a Biden no le importan los inmigrantes afros”.