Las bravuconadas que le sirvieron bien en la arena política son menos útiles en un plano legal dominado por evidencia verificable
Associated Press
Washington— El marcado repudio de jueces federales que él designó. Los alegatos de largo alcance de fraude por la procuradora general de Nueva York. Ha sido una semana con amplios problemas legales para Donald Trump, quien tiene que enfrentar los desafíos que se están acumulando mientras el expresidente opera sin la protección otorgada por la Casa Blanca.
Las bravuconadas que le sirvieron bien en la arena política son menos útiles en un plano legal dominado por evidencia verificable, en donde los jueces han visto con recelo en esta semana sus alegatos y en donde una investigación sobre un fraude que ocurrió cuando Trump era presidente quedó expuesto a la vista del público en una demanda estatal que consta de 222 páginas.
En política “uno puede decir lo que quiera si a la gente le gusta, sí eso funciona. Sin embargo, en el terreno legal, la cosa es diferente”, comentó Chris Edelson, experto en poder presidencial y profesor de Gobierno de la Universidad Americana.
“Es un terreno en donde hay consecuencias tangibles para los errores, engaños, falsos testimonios, de una manera que no aplica en la política”.
Esa diferencia entre la política y la ley fueron evidentes en tan solo un período de 30 horas en esta semana.
Trump insistió en Fox News en una entrevista que fue transmitida el miércoles que los registros gubernamentales altamente clasificados que él tenía en Mar-a-Lago ya habían sido desclasificados, y que un presidente tiene el poder de hacerlo “con solo pensarlo”.
Sin embargo, un día antes, el árbitro especial que sus propios abogados recomendaron, pareció escéptico cuando el equipo de Trump rechazó presentar información para apoyar su afirmación de que los documentos habían sido desclasificados.
El miércoles por la mañana, la procuradora general del Estado de Nueva York Letitia James, acusó a Trump en una demanda por inflar su patrimonio en billones de dólares y engañar habitualmente a los bancos acerca del valor de sus activos.
Horas después, tres jueces de la Corte de Apelaciones del Onceavo Circuito — dos de ellos designados por Trump — le entregaron una impactante derrota en la investigación sobre Mar-a-Lago.
La corte rechazó enfáticamente los argumentos de que él tiene derecho a un árbitro especial para hacer una revisión independiente de 100 documentos clasificados que fueron obtenidos durante el cateo que hizo el FBI el mes pasado.
Ese fallo abrió la puerta para que el Departamento de Justicia reanude el uso de registros clasificados en su investigación.