En el reality ‘Escuela Imparables’, la empresaria Silvina Moschini aconseja a 10 mujeres de diversas nacionalidades sobre sus empresas
Mauricio Angel/ Agencia Reforma
CDMX.- Silvina Moschini tiene claro el valor del programa Escuela Imparables, pues cree que si hubiera existido un proyecto así de inspirador cuando ella era niña, le habría cambiado la vida al evitarle mucho llanto y frustraciones.
El reality de E! Entertainment está basado en el empoderamiento femenino al dar herramientas a 10 emprendedoras que pueden aplicar al crecimiento de sus empresas.
Durante los episodios, ellas reciben mentoría directa de Moschini, la primera mujer latinoamericana en llevar una empresa a la condición de “Unicornio” (valuación de más de mil millones de dólares sin cotizar en la Bolsa).
“En mi generación ser emprendedor era el plan B, lo que hacías si no tenías trabajo o lo que hacías entre trabajos. Fui educada para seguir, no para liderar. Mi generación no era la de mujeres empoderadas, yo me había rebelado mucho contra eso sintiendo que podía dar más.
“Mi primera experiencia en el programa fue contarles mi historia y viéndoles la carita de ilusión cuando les decías que hay un mejor horizonte. Hubiera sido egoísta si teniendo cosas para brindar para poder llevar un cambio, no lo hacía”, recordó la empresaria argentina en entrevista.
En esta temporada, que se transmite los jueves a las 20:00 horas por E! Entertainment, los perfiles de las participantes son diversos en edades, nacionalidades y tipo de emprendimiento.
Lo mismo incluyeron a una mujer que se dedica a encontrar “tesoros” en tianguis para después comercializarlos en mercados artesanales, que a una boxeadora que incursionó en el mundo de los alimentos.
Durante los episodios, además de recibir enseñanzas para mejorar, serán expuestas a presión con diferentes pruebas para elegir a una ganadora.
Escuela Imparables se trata de mujeres distintas en distintos estadios en su vida y en su negocio. Todas juegan un rol importante en la dinámica del show. Algunas aportan más experiencia, otras aportan más sueños y frescura, otras más conocimiento técnico, otras inteligencia social y emocional.
“Les contaba cómo lo hice yo y preguntaba qué están enfrentando para, entre todas, definir el camino lógico para razonar en cada uno de los casos. Les ayudas a pensar, a que se cuestionen. Todas ganaron”, destacó Moschini.