Jirones de nuestra historia
Del meritito Parral
María Elisa Martiniana Griensen Zambrano nació el 2 de enero de 1888 en Hidalgo del Parral, Chihuahua, Elisa fue la penúltima de catorce hermanos (nueve mujeres y cinco hombres; murieron Valentín que nació en 1874, murió ese mismo año; José Luis de 1874, murió al año siguiente José Clímaco de 1882, murió ese año y María Panfila, de 1884, murió ese año) del matrimonio formado por Juan Alberto Griensen, hijo de franceses y María Guadalupe Lucía Zambrano Ballesteros, hija de españoles radicados en Chihuahua; cuando Elisa tenía tres años, fallece su padre y meses más tarde muere su madre, quedando los diez hijos restantes en el desamparo total, esta difícil situación seguramente influyó en el decidido carácter de Elisa.
Como pudo, Virginia la hermana mayor, entonces de 24 años y que ya trabajaba, se hizo cargo de todos sus hermanos; se supo organizar y puso a trabajar a María Luisa de 22 años, a Juan Fernando de 20 y a María de 15 años; mientras que Sofía de 14 años y Flora de 11 años, se hicieron cargo de la casa y de los más pequeños; era muy sabido en Parral de la desafortunada situación de los Griensen Zambrano, motivo por el que nunca faltaban personas caritativas que les brindaran ayuda; aunque Virginia la hermana mayor aceptaba y agradecía la ayuda que en ocasiones les llegaba, siempre les prohibió a todos sus hermanos el andar pidiendo a la gente, para eso trabajaban duro.
La vida da muchas vueltas
Los hermanos Griensen Zambrano sobrevivían, con muchas penurias y estrechez económica, pero permanecían unidos; a Virginia le preocupaban dos cosas: que ninguno de sus hermanos fuera a caer en alguna enfermedad seria y la educación de los menores, a quienes Virginia no quería descuidar su educación ni que crecieran siendo unos analfabetas e ignorantes, pero la vida da muchas vueltas.
Un buen día tocan a la puerta de los Griensen, era el joven Pedro Alvarado perteneciente a la familia más acaudalada de Parral, una persona muy altruista y futuro heredero del imperio minero de su padre Don Francisco Alvarado; el joven Pedro acudió a la casa de los Griensen para ofrecerles ayuda, quería saber de qué manera podría él contribuir a mejorar la situación de los hermanos Griensen y lo que sucedió fue que al abrirse la puerta y ser recibido por Virginia, el joven quedó impactado por la presencia de la joven mujer, Pedro quedó boquiabierto y sintió un flechazo de amor a primera vista que atravesó su pecho; con solo ver a Virginia, supo que el amor estaba tocando a su puerta. Virginia sintió lo mismo, pero lo supo disimular muy bien…como toda buena mujer.
Pedro Alvarado y Virginia Griensen iniciaron una relación de noviazgo, aunque ambos estaban enamorados uno del otro, Virginia accedió a la relación para ver si realmente funcionaba y funcionó muy bien; cuando la relación se consolidó, Virginia fue muy clara con Pedro, no permitiría más ayuda de él que la que ya habían pactado en un principio; con todo y esto, las lenguas viperinas que nunca faltan ya murmuraban que Virginia había atrapado al joven millonario para asegurar su futuro y el de sus hermanos. Nada más falso.
En 1895, Pedro Alvarado Torres y Virginia Griensen Zambrano contraen matrimonio y ahora sí, la situación de los hermanos Griensen Zambrano, cambió por completo, Pedro Alvarado había heredado el imperio minero de su padre, llamado “La Palmilla”, un conglomerado de doscientas minas y haciendas de beneficio, que proporcionaban una enorme riqueza; Pedro Alvarado llegó a ser el hombre más rico de México, al grado de ofrecerle al Presidente Porfirio Díaz hacerse cargo de pagar la deuda externa de México; con mucha cortesía, Porfirio declinó el ofrecimiento.
Pedro Alvarado se hizo cargo de todos los hermanos Griensen Zambrano y su situación cambió por completo.
El Palacio de Alvarado
La vida de Elisa Griensen y sus hermanos cambió para siempre de manera muy positiva, cuando Pedro Alvarado construyó su famoso Palacio de Alvarado, todos se mudaron ahí, los hermanos Griensen más los hijos que fueron naciendo de Pedro y Virginia; la vida de Elisa pasó de las penurias a la opulencia absoluta; en esta etapa, Virginia se encargó muy bien de aterrizar a todos sus hermanos con los pies en el suelo, nunca perdieron ni su sencillez ni su forma de ser gentiles con todas las personas.
Elisa aprendió de Pedro Alvarado, la buena costumbre del altruismo, ella veía todo lo que su cuñado hacía por la ciudad de Parral y por los más necesitados, a pesar de su enorme riqueza; todas esas lecciones de sencillez, humildad y altruismo fue aprendiendo Elisa Griensen del hombre considerado el más rico de México; así fue creciendo Elisa y pasando de la infancia a la adolescencia, hasta que un día Pedro Alvarado le pregunta a Elisa si desea irse a estudiar a los colegios de El Paso, Texas como sus hermanos, Elisa acepta y se va a Estados Unidos a aprender el inglés y culminar sus estudios.
La Expedición Punitiva en su contexto
Por razones que los historiadores aún no han podido entender, Pancho Villa y la División del Norte fueron perdiendo fuerza, el caso es que algo sucedió con Villa después de derrotar y derrocar a Victoriano Huerta en la Batalla de Zacatecas, eso fue en 1914, a partir de ahí Villa entró en franca guerra contra Venustiano Carranza que había sido declarado como nuevo Presidente y su grupo Constitucionalista; Carranza había logrado que el famoso y sombrío grupo de “Los Sonorenses”, encabezados por los Generales Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Benjamín Hill y Ángel Flores (este último sinaloense) se unieran a él, además todos ellos enemigos declarados de Villa.
En 1915, Villa perdió varias batallas contra su acérrimo enemigo Álvaro Obregón, la más dolorosa fue la derrota en Celaya; la División del Norte ya no era aquel temible ejército de más de 45 mil hombres armados hasta los dientes, Ejército que contaba con una división médica y de sanidad, servicios de alimentación, servicios de suministros y hasta su propia fuerza aérea, pero aún era un ejército presentable en cualquier batalla.
Villa traza un plan con la intención de hacerse con el control de las ciudades de Agua Prieta, Hermosillo, Culiacán y Mazatlán para demostrarle a Carranza quien mandaba en todo el norte del país; el 1 de noviembre de 1915 ataca Agua Prieta, Sonora, pero ahí ya lo estaban esperando Obregón y Calles, mientras que Benjamín Hill lo esperaba en Hermosillo y el General Ángel Flores lo esperaba en los límites de Sonora y Sinaloa, es decir, ya conocían a la perfección todo su plan.
La estrepitosa derrota de Agua Prieta le dejó claro a Villa que había soplones entre su gente y que había sido traicionado por el Presidente Woodrow Wilson; esto lo enfureció tanto que en Santa Isabel masacró a 28 ingenieros de minas estadounidenses que se dirigían a las minas de la Alta Tarahumara; el 9 de marzo de 1916 Villa al frente de sus últimos 500 hombres, atacó, arrasó e incendió la ciudad de Columbus, Nuevo México, asesinando a hombres, mujeres y niños, todos en su mayoría estadounidenses; todo ello en represalia por la traición del Presidente Wilson.
La Expedición Punitiva en su operación
La respuesta del Gobierno de Estados Unidos fue enviar a la Expedición Punitiva con 15,000 hombres al mando del General John Pershing, incluida maquinaria pesada y una división aérea; toda esa operación militar de gran envergadura, con el único objetivo de llevar a Estados Unidos vivos o muertos a Pancho Villa, Candelario Cervantes, Martín López, Francisco Beltrán y Pablo López; partieron de Columbus, Nuevo México, cruzando la frontera con Puerto Palomas, Chihuahua. A su paso por rancherías, pueblos y ciudades, los gringos saqueaban, asesinaban mexicanos y violaban mujeres.
El General Pershing se posesiona de la Ciudad de Chihuahua y desde ahí envía al Mayor Frank Tompkins a sitiar la ciudad de Parral mientras llegaba Pershing, suponiendo ellos que ahí se encontraban Villa y sus secuaces, pero Tompkins desobedece la orden y entra a Parral cometiendo abusos y crímenes ante el terror de la población y la indulgencia de las autoridades, pero ahí estaba la joven Elisa Griensen dispuesta a hacer algo por su ciudad.
… alguien tiene que hacer algo!!
El 12 de abril de 1916, la joven Elisa Griensen acude con el Presidente Municipal de Parral, José de la Luz Herrera y en plena calle le exige tomar la iniciativa para sacar a los gringos de Parral, recibiendo respuestas vagas y burlas del presidente; mucha gente, al ver como Elisa le exigía a la autoridad su intervención en favor de su propia ciudad, se le fueron uniendo en la exigencia, Elisa toma rumbo al cuartel militar, ya con un buen grupo de ciudadanos siguiéndola.
Llegan al cuartel e increpa al Jefe Militar, el General Ismael Lozano por qué no sale con sus hombres a defender la plaza que está bajo su encargo y su responsabilidad, obteniendo como única respuesta que el General Lozano se encogiera de hombros y la ignorara, gesto que Elisa interpretó como miedo, desinterés y apatía, para luego preguntarle a Lozano delante de toda su tropa y de los ciudadanos que la acompañaban, si no le daba vergüenza que sus soldados vieran que estaban comandados por un cobarde.
Enseguida, Elisa Griensen se dirige al depósito de armas del destacamento militar, toma un enorme y pesado fusil Máuser y un puñado de balas que guarda entre sus ropas, todo esto ante la mirada atónita y avergonzada de las tropas del General Lozano que ya estaban pasando un episodio verdaderamente bochornoso para hombres entrenados y pagados para combatir y defender a la Patria.
Cerca del cuartel militar estaba la Escuela Primaria Oficial # 99, hacia donde Elisa se dirigió, mientras que el General Lozano, movido más por la vergüenza pública que por las ganas de actuar, ordena a sus tropas y se va a las afueras de Parral, donde se encontraba el Mayor Frank Tompkins y su Decimotercer Regimiento de Caballería; al llegar, el General Lozano haciendo acopio de la gallardía y el valor que parecía haber perdido, le ordena a Tompkins que se retire de Parral y deje de molestar a la ciudadanía.
Sin inmutarse, Tompkins le responde con desparpajo y cinismo: “General, yo entré a Parral atendiendo la invitación que usted me hizo a través del Capitán Meza”, entonces Lozano le revira que: “es imposible que el Capitán Meza le haya invitado a venir a Parral y menos en mi nombre, si él lo derrotó y lo echó de Santa Rosalía (Camargo)”, el Mayor Tompkins , en su misma actitud impasible no respondió nada; esta situación ya estaba provocando malestar entre la población que comenzaba a enardecerse.
Mientras, Elisa Griensen…
Mientras que todo eso sucedía entre el General Lozano y el Mayor Tompkins, Elisa Griensen se fue a la escuela primaria cercana al cuartel, entró a la dirección y tomó la Bandera de México que en toda escuela existe; el director, que en ese momento estaba en clase con los niños de quinto grado, la ve salir con la bandera y un fusil y la increpa, los niños, curiosos como son a esa edad, le preguntan qué va a hacer y Elisa les responde que tenemos que sacar a los gringos de Parral; otro niño le dice que acuda con los soldados y la policía, Elisa se inclina junto al niño y le dice la histórica frase: “He buscado ayuda y no me han escuchado; sin embargo… alguien tiene que hacer algo”
La respuesta fue inmediata, los niños de quinto y sexto grado, dentro de su inocencia le dijeron que ellos le ayudaban, ante la imposibilidad del director que no pudo evitar que los chiquillos se fueran tras de Elisa, quien se enfiló a encarar a Tompkins; en el trayecto se le fueron uniendo muchas personas hombres y mujeres, ciudadanos que estaban inconformes con la presencia de las tropas estadounidenses en Parral, pero que necesitaban de un liderazgo para manifestarse; así que avanzaron lanzando consignas de “Viva Villa” y “Viva México”, mientras que Elisa, al frente de la multitud enarbolaba en alto la bandera, con el fusil colgado al hombro y así se fueron hasta donde se encontraban Tompkins y Lozano.
Al llegar al lugar, se les unió el gentío que ya se había arremolinado en el sitio; entonces Elisa Griensen, dirigiéndose al Mayor Frank Tompkins le ordena salir de Parral, Tompkins la mira con desdén, lanza un escupitajo a los pies de Elisa, haciendo una mueca burlona monta su caballo y voltea a ver al General Ismael Lozano, a quien parecía se le había escapado el valor y la gallardía; alrededor de Elisa ya estaba toda una multitud y junto a ella veinticuatro niños de la Primaria # 99; Elisa vuelve a ordenarle a Tompkins retirarse de Parral, no obteniendo respuesta, entonces Elisa le entrega la bandera a uno de los niños, se descuelga el fusil del hombro, entre sus manos en posición de ataque.
En ese momento los niños, al grito de “váyanse, váyanse” lanzan piedras a los soldados gringos, dos de ellos apuntan con sus fusiles al grupo de niños, obligando a Tompkins a ordenar la retirada ante el nutrido ataque de piedras, palos, tomatazos y cebollazos por parte de la turba de encolerizados ciudadanos parralenses; en el intento de huida, Elisa Griensen hace disparos hacia las tropas estadounidenses, cayendo dos soldados; es hasta ese momento cuando el General Ismael Lozano y sus tropas encuentran el valor y la gallardía y van en persecución de Tompkins, que habían huido hacia el poblado de Santa Cruz de Villegas, en donde se cruzan con una tropa carrancista que los derrota resultando herido el Mayor Tompkins.
Este hecho histórico colocó a Elisa Griensen como una de las heroínas en la historia de México.
Cabos sueltos
+ Estos hechos pusieron al ejército estadounidense en ridículo, la prensa internacional destacó el hecho de que una jovencita mexicana había echado en corrida al poderoso ejército del norte, hechos que fueron determinantes en el fracaso de la Expedición Punitiva.
+ Años más tarde, el joven Edgar Kock, uno de los niños de la Escuela Primaria # 99 afirmó que él fue quien encabezó la revuelta y sacó a los soldados gringos de Parral; los historiadores lo consideraron como un joven egocéntrico ávido de publicidad y reflectores.
+ El Mayor Frank Tompkins escribió en su parte militar que ya había llegado a un acuerdo de retirada con el General Lozano, sin embargo, las crónicas y testimonios señalan lo contrario.
+ Al enterarse de los hechos, Pancho Villa quiso conocer a la joven heroína, así que llegó a Parral para visitarla:
-“A ver muchachita, ¿conque tú eres la que le echó bala a los gringos?, ¿Por qué lo hiciste?, ¿Eres Villista o eres Carrancista?” le preguntó Villa.
-“Sí mi General Villa, yo soy ésa mera… y no soy ni Villista ni Carrancista, lo hice por Parral y por México… porque alguien tenía que hacer algo”.
+ La Expedición Punitiva del General Pershing fue un absoluto fracaso militar, 15,000 hombres con lo más moderno de la industria militar de la época no pudieron localizar ni mucho menos capturar a los cinco hombres buscados; sostuvieron nueve batallas en Chihuahua y las perdieron todas, siete contra Pancho Villa y dos contra el Ejército Federal Carrancista; convertidos en vergüenza mundial, regresan a Estados Unidos tan solo para justificarse con la ridícula historia de que había sido un ensayo militar para entrar a la Primera Guerra Mundial.
+ Elisa Griensen Zambrano fallece el 14 de noviembre de 1972 en Ciudad Juárez, Chihuahua a los 84 años de edad; su nombre está inscrito en letras de oro en el Muro de Honor del Congreso del Estado; el año de 2016 fue declarado “Año de Elisa Griensen”.
Fuentes Bibliográficas:
+ radioformula.com.mx
+ Facebook.com
+ latitudmegalopolis.com
+ elagora.com.mx
+ elsoldeparral.com.mx
+ ancestors.familysearch.org
+ archivoshistoricoschihuahua.wordpress.com
+ juarez.gob.mx
+ es.wikipedia.org